La vida cotidiana en un país de la OTAN
Marcos
Roitman Rosenmann
https://www.jornada.com.mx/2022/06/30/opinion/018a1pol
Nada es lo
que parece. Me despierto escuchando que los chinos quieren invadir Europa
a medio plazo. Les debo mirar con recelo. Son muchos y mal intencionados.
Vienen a imponer el totalitarismo comunista, y lo hacen sibilinamente,
inundando el mercado con su tecnología. Hay que frenarlos. Debo hacer boicot a
Huawei, Xiaomi, Meizu y sus mercancías. Poco a poco seremos sus esclavos. No es
el único enemigo, ellos tienen aliados. Rusos, iraníes, hindúes. Además cuentan
con armamento nuclear, misiles de largo alcance, armas químicas, tecnología
espacial de última generación. Nos están ganando esta guerra silenciosa.
Tengo miedo,
mucho miedo. Me siento atacado por todos los flancos. Chinos, rusos, radicales,
musulmanes terroristas, chavistas, comunistas. Inmigrantes ilegales
provenientes de África, Asia y América Latina. Camino indefenso. Entro en
pánico, en estado de shock. ¿Quién nos puede proteger de semejante
enemigo? ¿Existe algún superpoder? Por suerte, los medios de comunicación me
informan, tengo un amigo, un aliado al cual menospreciaba. Hoy, le debo mostrar
pleitesía, es el guardián de la guerra, puedo sentirme seguro. Sin saberlo,
reconozco sus siglas: OTAN. Puedo respirar tranquilo. No hay nada que temer.
Hoy paseo
por la calles de Madrid sin peligro de ser atracado por rusos, chinos o
bielorrusos. La OTAN se encarga de velar por nosotros. Sus responsables, me
dicen que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, es un demócrata
consumado, un adalid de la libertad de expresión. Me señalan que el gobierno
polaco, encabezado por Andrzej Duda, es un amante de las libertades. Un digno
representante de los valores de Occidente que acoge a cientos de miles de
refugiados ucranios, que huyen de la invasión rusa. Me informan que el primer
ministro húngaro, Viktor Orbán, se suma a la lucha por defender la democracia y
abre sus fronteras a los ucranios.
La OTAN está
de regreso y Estados Unidos es su mascarón de proa. Nos protege del eje del
mal. Ahora deben reunirse para diseñar el futuro. Madrid les acoge. Nuevos
socios y cientos de millones de dólares en armamento a lo cual sumamos la
propuesta de ampliar sus fronteras, cubriendo el Sahel en el flanco sur. Es
decir enviar tropas a Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria,
Chad, Sudán, Eritrea. Son las fuerzas de despliegue rápido de la OTAN, cuyos
integrantes pasarán de 40 mil a 300 mil soldados. Ocupar el Sahel les permitirá
adueñarse de materias primas, tierras raras, combustibles fósiles a la par que
ser muro de contención a la inmigración ilegal. Todo este esfuerzo, nos
recalcan, es por nuestra seguridad. Para ello, nos apuntan que Europa y Estados
Unidos invertirán en dichos países una cantidad cercana a los mil millones de
dólares para su desarrollo. Así, no saldrán de sus naciones. La felicidad me
embarga. En Madrid, la OTAN muestra su poderío. 50 millones de euros en
seguridad. 40 mil miembros de las fuerzas de seguridad desplegadas. Control de
carreteras, radares, brigadas antiterroristas en las cloacas, francotiradores
en los hoteles, drones, cierre de espacio aéreo, aviones de guerra surcando los
cielos, zonas de exclusión. Todo por la paz y la seguridad.
Pero al
instante dudo. Estoy confuso. Hace un año, los mismos que hoy dicen blanco,
ayer decían negro. Los rusos eran amigos, los gobiernos de Polonia y Hungría,
ultraconservadores, xenófobos, racistas y homófobos. Nos abrumaban con noticias
sobre la persecución de las minorías sexuales LGBT+, la represión a los
movimientos sociales y su condición de euroescépticos. Asimismo, me informaban
que los suecos eran neutrales al igual que los finlandeses. Las noticias sobre
Ucrania no eran muy disímiles. Zelensky, era un hombre gris, corrupto, en manos
de la oligarquía. Un títere.
Necesito ir
al sicoanalista. Mis amigos, ahora son mis enemigos y mis antiguos enemigos son
ahora mis amigos. Debo digerir que los rusos son responsables de todos los
males que afectan a Europa y el mundo. Inflación, desempleo, crisis
alimentaria. Son culpables y deben recibir su merecido. No forman parte de
nuestro mundo, hay que expulsarlos de los países democráticos de nuestra Europa
comunitaria y atlantista. Sus bienes deben ser expropiados. Hay que someterlos
a escarnio público. ¡Rusos fuera! Y me advierte: no te olvides de los chinos.
La terapia funciona. Me siento liberado y orgulloso de vivir en un país de la
OTAN. El sicoanalista lo paga el ministerio de Defensa. Ahora entiendo todo.
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