El derrocamiento de Evo Morales y
la primera guerra del litio
por Thierry Meyssan
Desde finales del
siglo XIX, el mundo se había acostumbrado a las guerras del
petróleo. Pero ahora comienzan las
guerras del litio, que es un mineral fundamental para
la fabricación de teléfonos celulares… y también para la de automóviles eléctricos. Un historiador y un periodista británicos lograron obtener una serie de documentos del Foreign Office –el ministerio de Exteriores del Reino Unido– que demuestran que Londres organizó de punta a cabo el derrocamiento del
presidente de Bolivia, Evo Morales, para apoderarse de las reservas de litio de ese país.
RED
VOLTAIRE | PARIS (FRANCIA) | 16 DE MARZO DE
2021
https://www.voltairenet.org/article212410.html
¿Recuerdan ustedes el derrocamiento del presidente boliviano Evo
Morales, a finales de 2019? En aquel momento, la prensa
dominante anunciaba que Morales había transformado su país en una
dictadura y que “el pueblo” lo había sacado del poder.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) publicó un
informe donde “certificaba” que había existido fraude en la elección
presidencial boliviana –en la cual Evo Morales había sido reelecto en
primera vuelta– y que lo ocurrido no era un golpe de Estado
sino un “regreso a la democracia”.
Para no acabar como el presidente chileno Salvador Allende, Evo Morales
se fue a México, donde denunció que había sido objeto de un golpe
de Estado organizado por fuerzas deseosas de apoderarse de las reservas
de litio de Bolivia. Al no ser capaz de identificar a quienes
se movían detrás de los golpistas, su denuncia fue ridiculizada
en Occidente.
Sólo nosotros, desde la Red Voltaire, revelamos
entonces que la operación que derrocó al presidente Evo Morales
había sido ejecutada por una comunidad de católicos croatas descendientes de
ustachis (también llamados “ustachas”), asentada en el departamento boliviano
de Santa Cruz desde el fin de la Segunda Guerra Mundial,
en realidad una de las redes stay-behind montadas por
la OTAN después de aquel conflicto [1].
Un año más tarde, el candidato del partido del presidente Evo Morales
–el Movimiento al Socialismo (MAS)– ganó por amplia mayoría una nueva
elección presidencial [2]. Esta vez no hubo reclamos sobre
la legitimidad de la elección y Evo Morales pudo regresar a su país,
donde fue acogido triunfalmente –aunque ya no como presidente
de Bolivia [3]. La supuesta dictadura
de Morales nunca existió pero la que Jeanine Áñez había
instalado –gracias a la complicidad de los altos mandos del ejército y de
la policía– acababa de ser expulsada del poder mediante las urnas.
En Londres, el historiador Mark Curtis y el periodista Matt Kennard
lograron acceso a documentos desclasificados del ministerio británico
de Exteriores (Foreign Office). Y acaban de publicar sus
conclusiones en el sitio web Declassified UK, asentado en Sudáfrica
desde que fue blanco de la censura militar en Reino Unido [4].
A lo largo de su carrera, Mark Curtis nos ha mostrado que la
descolonización no modificó la política del Reino Unido.
Nosotros mismos ya hemos citado sus trabajos en al menos una
decena de artículos publicados en Red Voltaire.
El nuevo trabajo de Mark Curtis muestra que el derrocamiento del
presidente boliviano Evo Morales fue resultado de una orden del ministerio
británico de Exteriores y de varios elementos de la CIA
estadounidense, y que no pasó por la administración Trump.
El objetivo de la operación era hacer posible el saqueo del litio
boliviano, que despierta la ambición del Reino Unido en el actual contexto de
la transición energética.
En 2009, la administración Obama ya había emprendido en Bolivia una
intentona golpista, frustrada por el presidente Evo Morales y cuyo
resultado fue la expulsión de varios diplomáticos y funcionarios
estadounidenses en aquel país. Por su parte, la administración
Trump parece haber aparentado que dejaba las manos libres a los
neoconservadores en América Latina, aunque impidiéndoles sistemáticamente
proceder a la ejecución final de sus planes.
El litio es un elemento fundamental en la fabricación de baterías y está
presente en los llamados “salares” existentes en las montañas de Chile,
Argentina y principalmente en Bolivia –países que conforman el «triángulo
del litio»–, así como en el Tíbet. Pero también está presente,
en forma sólida, en ciertos minerales que se extraen en minas,
como en Australia. Actualmente, el litio se ha convertido en un
elemento clave, más importante incluso que el petróleo, en el
contexto de los Acuerdos de París sobre el cambio climático.
En febrero de 2019, el presidente Evo Morales había autorizado el
TBEA Group –una empresa china– a explotar las principales reservas
de litio de Bolivia. Así que en Londres se trazó un
plan para robar el litio boliviano.
Evo Morales, dirigente aymara, fue electo presidente de Bolivia
en 2006. Había llegado al mundo de la política a través
del sindicalismo, como dirigente de los pequeños productores de hoja
de coca –una planta local prácticamente indispensable para las poblaciones
que viven a grandes altitudes sobre el nivel del mar, pero que
también puede ser procesada para convertirla en la conocida cocaína, la
poderosa droga públicamente prohibida en Estados Unidos.
Al convertirse en el primer miembro de los pueblos originarios electo
presidente de Bolivia, Evo Morales encarnó el regreso de esas poblaciones
al poder, al que nunca habían tenido acceso desde la
colonización española.
En este punto, se impone una pequeña cronología:
Ya en 2017-2018, el
Reino Unido había enviado expertos a la empresa nacional boliviana Yacimientos
de Litio Bolivianos (YLB) para evaluar las condiciones para la eventual
explotación de las reservas de Bolivia.
En 2019-2020, Londres
financia un estadio para «optimizar la exploración y la producción del litio
boliviano utilizando la tecnología británica».
En abril de 2019, la
embajada del Reino Unido en Buenos Aires organiza un seminario con
representantes de Argentina, Chile y Bolivia, responsables de empresas
mineras y responsables gubernamentales, para presentarles las ventajas que
representaría para ellos trabajar con la London Metal Exchange –la Bolsa
de Metales de Londres. El gobierno del presidente Evo Morales envió
un ministro como representante de Bolivia.
Justo antes del
derrocamiento del presidente Evo Morales, el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) estuvo financiando los proyectos británicos.
Mucho antes del golpe
contra el presidente Evo Morales, el ministerio británico de Exteriores
recurrió a una empresa de Oxford –Satellite Applications Catapult– para
cartografiar las reservas de litio. El mapa así obtenido fue distribuido
por el Banco Interamericano de Desarrollo –el ya mencionado BID– sólo después
del derrocamiento de Evo Morales.
Meses después del
derrocamiento de Evo Morales, la embajada del Reino Unido en Bolivia
y la empresa Watchman UK organizaron un seminario con 300 actores
del sector del litio. Watchman UK se especializa en cómo manipular
poblaciones enteras para llevarlas a participar en proyectos contrarios a
sus propios intereses, o sea en cómo evitar que esas poblaciones
se rebelen.
Antes y después del golpe de Estado contra el presidente Evo
Morales, la embajada británica disminuyó su actividad en La Paz
–la ciudad sede del gobierno boliviaano– para concentrar su interés
en la región de Santa Cruz, donde los descendientes de los croatas
ustachis habían obtenido legalmente el poder. La embajada británica
comenzó a realizar allí numerosos eventos culturales y comerciales.
Para neutralizar a los bancos bolivianos, la embajada británica
organizó –8 meses antes del golpe de Estado– un seminario sobre
seguridad informática. En ese evento fue presentada la firma DarkTrace (creada
por el MI5 británico) y se explicó a los participantes que sólo los
establecimientos bancarios que utilizaran los servicios de DarkTrace podrían
trabajar con la City londinense.
Mark Curtis y Matthew Kennard señalan que Estados Unidos
no participó oficialmente en el golpe contra Evo Morales… pero
varios funcionarios salieron de la CIA para orquestarlo.
Por ejemplo, DarkTrace reclutó a Marcus Fowler, un especialista de
la CIA en ciberoperaciones, y a Alan Wade, ex jefe de inteligencia
de la CIA. El personal encargado de preparar el golpe era
principalmente británico, como los responsables de Watchman UK,
Christopher Goodwin-Hudson –ex militar de carrera y posteriormente
director de la seguridad en Goldman Sachs– y Gabriel Carter –miembro del
Special Forces Club de Knightsbridge, quien pasó por Afganistán.
El historiador Mark Curtis y el periodista Matthew Kennard aseguran
también que la embajada británica en Bolivia proporcionó a la
Organización de Estados Americanos (OEA) los datos que fueron utilizados para
«probar» el supuesto fraude en la elección presidencial.
Aquel “informe” de la OEA fue posteriormente desmentido por
investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) [5], antes de que los electores bolivianos
se encargaran de desmentirlo definitivamente en las urnas, en la
elección siguiente.
Los hechos están confirmando los trabajos del historiador británico Mark
Curtis. En 3 años, desde el golpe de Estado
en Bolivia –realizado en 2019–, hemos mostrado el papel del
Reino Unido en la guerra contra Yemen [6] y en el conflicto del Alto Karabaj
(2020) [7].
El Reino Unido realiza guerras cortas y operaciones secretas,
evitando en la medida de lo posible que su acción quede bajo
las luces de los medios. Controla la percepción pública sobre
su presencia utilizando para ello una multitud de agencias de prensa
y de medios de difusión que Londres subvenciona en secreto. Utiliza todos
esos medios y agencias de prensa para explotar el país según
su propia conveniencia. E incluso puede hacer durar esa situación por el
mayor tiempo posible, manteniendo la certeza de que sus víctimas volverán
a recurrir a su supuesta ayuda, lo cual pone a Londres en situación
de ser el único actor capaz de aplacar los conflictos que inicia.
[1] «Bolivia,
laboratorio de una nueva estrategia de desestabilización», por
Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de noviembre de 2019.
[2] «Resultado
de la elección presidencial en Bolivia. Una sonora bofetada para la
“coalición occidental”», por el general Dominique
Delawarde, Red Voltaire, 22 de octubre de 2020.
[3] «Regreso
triunfal de Evo Morales a Bolivia», Red Voltaire,
22 de noviembre de 2020.
[4] “Revealed: The UK
supported the coup in Bolivia to gain access to its ‘white gold’”, Matt Kennard, Daily Maverick, 8 de
marzo de 2021.
[5] «El
fraude de la OEA sobre la elección de Evo Morales», Red Voltaire,
4 de marzo de 2020 y Analysis of the 2019 Bolivia Election,
Jack R. Williams y John Curiel, MIT, febrero de 2020.
[6] «La
primera guerra de la “OTAN-MO” perturba el orden regional», por
Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de marzo de 2020.
[7] «Victoria
de Londres y Ankara en el Alto Karabaj, derrota para Soros y los armenios»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de noviembre
de 2020.
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