En la reciente década, 96% de las armas incautadas en México entraron
desde EU
Ebrard y Rosa Icela Rodríguez impulsan acuerdos para frenar el tráfico
ilegal
Pertrechan al narcotráfico
Miguel Ángel Velázquez
Periódico La Jornada
Sábado 2 de enero de 2021, p. 3
https://www.jornada.com.mx/2021/01/02/politica/003n1pol
Al final de 2019, 70 por ciento
de las 34 mil 582 víctimas de homicidio doloso fueron asesinadas con armas de
fuego, más de la mitad de éstas producto del tráfico ilegal que llega de
Estados Unidos. A la fecha, la tendencia sigue al alza, sin que las autoridades
de aquel país hagan algo al respecto.
Los datos
son cada vez más aterradores. Del total de armas aseguradas por el Ejército en
México durante la década de 2010 a 2020, 70 por ciento fueron fabricadas en
territorio del vecino del norte y 30 por ciento en Europa.
Sí, en
Europa, seis países fabricaron, efectivamente, 30 por ciento de las armas que
entraron de manera ilegal a México, pero de ese tanto, 87 por ciento pasaron
por algún distribuidor estadunidense.
El
fenómeno, cuyos datos han sido recopilados sobre todo por el Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (Inegi) y por la Secretaria de la Defensa Nacional
(Sedena), advierte, por ejemplo, que de 2010 a 2018 se aseguraron 323 rifles
calibre .50 en Tamaulipas y 53 en Sinaloa, pero sólo del primero de enero de
2019 al 21 de enero de 2020, la Sedena incautó 71 fusiles Barret .50 en
diferentes estados. En Tamaulipas, 48; en Michoacán, nueve; en Sonora, cinco, y
en Sinaloa, dos.
El fusil
Barret es utilizado por más de 70 agencias de seguridad en el mundo y es capaz
de perforar blindajes de tanques de guerra, aviones militares e incluso derriba
helicópteros –con una de esa armas se atacó al secretario de Seguridad Ciudadana
de la Ciudad de México, Omar García Harfuch–; se fabrica en seis estados del
país vecino: Tennessee, Illinois, Nevada, Ohio, Carolina del Sur y Florida.
A la
sazón, Guanajuato, en 2019, fue la entidad con más homicidios dolosos: 3 mil
540; 83 por ciento de ellos estuvo asociado con armas de fuego, y de 2000 a
2019, los homicidios con armas de fuego en Tamaulipas, Michoacán y Sinaloa
aumentaron 318 por ciento, 353 por ciento y 67.7 por ciento, respectivamente.
A México
llegan, cada año, más de 200 mil armas; 41 por ciento vienen de Texas; 19 por
ciento, de California, y 15 por ciento, de Arizona. La mayoría son rifles y
pistolas semiautomáticas. Un ejemplo son los famosos cuernos de chivo,
las preferidas por el narcotráfico.
En cuatro
estados fronterizos con México, seguro no por casualidad, existen –con datos a
noviembre de 2020 que ha proporcionado la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de
Fuego y Explosivos (ATF)– 9 mil 811 armerías que surten, seguramente, a buena
parte de los cárteles de la droga en México.
En Texas, la mayor oferta
Desde luego, Texas es el estado
con el mayor número de estos negocios: 5 mil 938. El cotidiano The
Washington Post publicó recientemente un dato muy preocupante; decía
que sólo en Houston, Texas, hay 5 mil tiendas donde se pueden comprar armas.
Poco
antes de dejar el cargo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana,
Alfonso Durazo afirmó que en todo el país circulan 15 millones de armas y 85
por ciento ingresaron al país de forma ilícita. Hay estudios muy serios que
advierten que la esperanza de vida en México se redujo 0.5 por ciento a causa
de la violencia.
Esto,
aunque hasta hace un par de años una encuesta de la Escuela de Salud Pública de
la Universidad Harvard, primera realizada en México sobre los dueños de armas,
y que se aplicó en nueve de las más importantes ciudades del país, arrojó los
siguientes resultados, a la pregunta de ¿qué tan de acuerdo está con la idea de
que cualquier mexicano pueda poseer un arma de fuego?
En la
Ciudad de México, 27 por ciento estuvo en total desacuerdo con la posesión de
armas y en casi todas las ciudades consultadas la gente prefería lograr la paz
que tener un arma.
Para un
importante grupo de funcionarios mexicanos, el gobierno de Estados Unidos, bajo
la idea de que en suelo de ese país la producción y venta de armas no es
ilegal, pertrecha al narcotráfico mexicano que, además, cuenta con la
complicidad de algunos agentes de aduanas, situación que tiende a corregirse,
pero que aún se da, nos cuentan los funcionarios.
México
requiere, según los datos que hemos ofrecido, y que están en posesión de sus
autoridades, de acuerdos que pongan fin a la venta indiscriminada de armas en
Estados Unidos, aunque eso, principalmente en Texas, represente un atentado a
las libertades. Uno de los funcionarios que más han empujado la posibilidad de
lograr esos acuerdos es el canciller Marcelo Ebrard, y seguramente será un
punto sobresaliente en la agenda de la nueva secretaria de Seguridad, Rosa
Icela Rodríguez, dado el problema que representa.
Es muy
probable que desde el gobierno se impulse una demanda internacional para
condenar y tratar de frenar, de esa forma, el trasiego ilegal de armas, y es
por eso que ahora los datos sobre el ilícito en México sean cada vez más
precisos y abundantes.
Diversos operativos
La información que se tiene por
el momento de los operativos sobre tráfico de armas desde Estados
Unidos dice que en 2006 se armó el proyecto Gunrunner, y con él se
localizaron 12 mil armas, de ellas 7 mil 500 las presentó México. Entre 2006 y
2007 se montó el Wide Reciver, que identificó poco más de 450
armas; el mismo 2007 se dio el caso Hernández, que logró impedir que se
introdujeran al país 200 armas.
En ese
caso, los agentes de Estados Unidos tuvieron información de que Fidel Hernández
y algunos cómplices habían comprado 200 armas para introducirlas ilegalmente a
México. El hombre fue arrestado en Nogales, Sonora. Se les llevó a juicio en
2009, pero obtuvieron su libertad porque las autoridades mexicanas que habían
incautado las armas se negaron a proporcionar información.
Junto con
esos casos, hasta el muy conocido Rápido y furioso, se han
planteado cuando menos cinco grandes operativos en los que apenas se logra
recuperar algunas armas si se considera el caudal de las que llegan a nuestro
país de forma ilegal.
Es muy
probable que este año se marque por una intensa lucha tanto de la secretaria
Rosa Icela Rodríguez como del canciller Ebrard para buscar que el gobierno
demócrata de Joe Biden atienda los reclamos mexicanos, tanto como las
autoridades de aquí luchan para evitar que las drogas fluyan hacia Estados
Unidos.
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