Morena podría arrasar en
las elecciones del próximo año
20/12/2020
Si
los resultados de las encuestas de intención de voto se mantienen, en junio del
próximo año Morena arrasaría las elecciones para gobernador en 15 estados del
país, de acuerdo con las encuestas publicadas por El Financiero en la semana
que termina.
Los resultados apuntan a lo siguiente: Querétaro podría ser
retenido por el PAN; la alianza del PRI-PAN-PRD podría obtener triunfos en Baja
California Sur y Sonora. Podría haber una contienda cerrada -hoy favorable a
Morena frente al PAN- en Chihuahua y Nuevo León.
Pero Morena tiene una ventaja amplia en Baja California, donde
retendría la gubernatura; en Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí,
Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas, en donde quitaría al PRI del gobierno; y también
en Nayarit, quitando a la alianza PAN-PRD, así como en Michoacán, en donde
perdería el gobierno el PRD.
El escenario optimista para Morena es ganar 14 de las 15
gubernaturas en juego y su escenario “pesimista” es ganar “solo” 10
gubernaturas.
El gran perdedor de las elecciones del próximo año será el PRI,
que en el escenario más optimista perdería 7 gobiernos estatales y en el más
pesimista, perdería 8. El PAN ganaría 3 estados en el escenario más optimista y
solo 1 en el panorama más pesimista.
Claro que es temprano en el proceso electoral. Faltan varios
meses para que comiencen formalmente las campañas. En diversas entidades ni
siquiera se han designado los candidatos, pero salvo que hubiera una sorpresa
mayúscula, el dominio de Morena se va a reforzar a lo largo y ancho del país.
Cuando algunos analistas observaron estas cifras, no daban
crédito. La razón es que, a su juicio, el gobierno de López Obrador ha tenido
muy malos resultados en todos los ámbitos y por lo tanto consideran que no es
creíble que la gente pueda votar por su partido en la forma en que la reflejan
las encuestas.
La opinión respecto al mal desempeño del gobierno de AMLO la
obtenemos de nuestros círculos cercanos. Sin embargo, el nivel de aprobación
que sigue obteniendo el presidente, de 64 por ciento en la más reciente
encuesta de El Financiero, no corresponde a esta creencia.
Algunos consideran que el respaldo a López Obrador proviene solo
de los grupos clientelares, es decir, de aquellos que reciben recursos a través
de programas sociales.
Si ese fuera el factor definitivo no se podrían explicar
derrotas como la del PRI en 2018, pues hubo generosos programas sociales que
igualmente fueron administrados con criterios clientelares a lo largo del
sexenio.
La realidad es mucho más compleja y a veces choca con las
creencias más generalizadas.
Existe una amplia capa de la población que respaldó a López
Obrador en las elecciones de hace dos años y medio, con la esperanza de que
lograra cambiar el sistema y permitiera mejores niveles de vida, acceso a la
justicia, combate a la corrupción y mayores oportunidades para los ignorados
por mucho tiempo.
Es cierto, los resultados objetivos, los datos de fuentes
confiables, nos dicen que los resultados en esos terrenos han sido mayormente
negativos.
Sin embargo, López Obrador sigue construyendo expectativas y
esperanzas entre múltiples grupos, tan amplios que le alcanza para que Morena
pueda arrasar en las elecciones estatales del próximo año.
El otro factor que debe tomarse en cuenta es la ausencia de
contrincantes.
Si en los partidos opositores hubieran aparecido figuras
políticas poderosas, con capacidad de comunicación, que lograran motivar a los
electores, probablemente el balance sería diferente.
Sin embargo, cuando se observan las fuerzas políticas
opositoras, se puede llegar a la conclusión de que, con esos rivales, es muy
difícil que el partido de López Obrador pierda la partida.
Hasta ahora, el proceso de selección de los candidatos a las
gobernaturas en Morena no ha generado el nivel de enojo que algunos esperaban
entre los perdedores. Hay tensiones y fricciones en algunos estados, pero no se
ha pasado a mayores.
Un escenario al que algunos apostaban era que lo sucedido en la
disputa por la presidencia nacional de Morena en los meses pasados se repitiera
muchas veces en la contienda por la elección de candidatos, lo cual de modo
natural debilitaría a Morena. No ha ocurrido.
Tendremos que ver la evolución de las campañas, así como la
trayectoria de fenómenos importantes como la pandemia y la crisis económica en
los próximos meses para poder definir con mayor precisión cuál será el
escenario posible a nivel del Congreso Federal.
Sin embargo, no veo que los partidos opositores estén haciendo
el trabajo suficiente para poder tener una buena oportunidad de quitar la
mayoría absoluta de la Cámara de Diputados a Morena.
Tal vez no se han dado cuenta que lo que suceda en junio de 2021
puede ser determinante no sólo para los próximos años sino quizás para las
próximas décadas.
Una mayoría absoluta de Morena en la Cámara de Diputados podría
conducir a la realización de un conjunto de reformas constitucionales y legales
que generen la posibilidad de que la actual fuerza política en el gobierno
pueda quedarse otros seis años y quizás mucho tiempo más.
Mientras
los reclamos y enojos se queden en las redes sociales o en protestas callejeras
que se diluyen al paso de las semanas y los meses, se puede configurar un
escenario para que Morena se quede muchos años en el poder.
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