2020, el año que vivimos
peligrosamente
Katu Arkonada
https://www.jornada.com.mx/2020/12/19/opinion/022a1pol
Termina un año de crisis
pandémica y comienza una larga marcha de vacunación y crisis económica, con el
desempleo creciendo y la producción y el turismo descendiendo.
Pocas
cosas positivas podemos escribir a modo de balance de este 2020. Quizá la
principal sea que la grave crisis de salud asociada a la pandemia ha dejado en
nuestras sociedades una reivindicación de la necesidad de la vuelta del Estado
después del desmantelamiento neoliberal de lo público.
La
pandemia que asola al mundo podemos calificarla, tomando la caracterización de
los sociólogos Marcel Mauss y Norbert Elías, de hecho social total, la
superposición de la estructura social y la estructura emotiva, en un hecho que
pone en juego la totalidad de la sociedad y sus instituciones, y modifica tanto
lo micro como lo macro de un mundo globalizado que ya estaba en crisis antes de
2020.
Pero de
todo lo negativo, y más allá de lo evidente, la crisis de salud que ha dejado
ya más de un millón y medio de muertos en el mundo es necesario subrayar el
aumento de la desigualdad que nos deja la pandemia. Según Naciones Unidas (1),
142 millones de personas en América Latina, una cuarta parte de la población de
la región se halla en riesgo de contraer Covid-19 por la falta de acceso al
agua potable, el uso de combustibles nocivos dentro de los hogares, y la
desnutrición. Al mismo tiempo un informe de Oxfam (2)2, señala que la fortuna
de las 73 personas que en América Latina tienen más de mil millones de dólares
ha crecido en más de 50 mil millones de dólares desde el comienzo de la pandemia.
A la
crisis económica se le une un caos geopolítico sin ningún liderazgo regional ni
mucho menos global (Naciones Unidas ni está ni se le espera), en un mundo donde
no sólo se agota el modelo neoliberal como paradigma, sino incluso el concepto
de democracia, un mundo donde crece la polarización y se da un auge de la
ultraderecha ante la falta de propuestas desde la izquierda para salir de la
crisis.
Y por si
esto no fuera poco, las crisis previas a 2020 se siguen profundizando. El
cambio climático es ya una realidad y si no hacemos algo pronto, estamos a
punto de alcanzar el punto de no retorno y el calentamiento global hará que en
no tantos años sea inviable vivir en una buena parte del planeta, comenzando
por las costas, alrededor de las cuales vive 50 por ciento de la población del
planeta. Pero no va a ser necesario esperar muchos años para ver grandes
migraciones, que ya son una realidad en América Latina, África o Asia.
Es
probable que ya no volvamos a la normalidad que conocíamos. La pandemia ha
golpeado el modo de producción y nuestro sistema de vida en general. Hemos
visto a lo largo de 2020 como el home office se instalaba en
nuestras vidas, lo que acelera la revolución tecnológica y la implementación
del 5G, pero también abre la puerta a que GAFA (Google, Apple, Facebook y
Amazon) tengan mucha más presencia en nuestras vidas que el propio Estado.
Mientras
tanto, en Estados Unidos se da un cambio de partido, que no de gobierno, pues
van a seguir gobernando Wall Street y el complejo industrial-militar, y aunque
va a continuar siendo la mayor potencia financiera y militar del mundo, dueño
de los océanos (con flotas en cada uno de ellos) y del espacio, su hegemonía
está en declive. El maquillaje es claro: un negro a cargo del Pentágono, una
mujer dirigiendo la comunidad de inteligencia y un latino al frente de
Seguridad Nacional. Pero la política seguirá siendo la misma, quizá con un
pequeño y soft power maquillaje en los casos de Venezuela, y
sobre todo, Cuba.
Pero el
movimiento Black Lives Matters continúa ahí, latente, planteando sus demandas
antirracistas, al igual que las revueltas antineoliberales y antipatriarcales
(la ola verde feminista) que surcan América Latina y el Caribe.
Una
región, nuestra América, que la Cepal calcula va a recuperar los niveles
económicos prepandemia hasta 2024, y si el crecimiento se estanca, la mejora no
se va a producir en toda la década que comenzamos. La propia Cepal reconoce que
la contracción que sufrimos es la peor de los últimos 120 años.
Ante
esto, sólo queda apostar por dejar lo más atrás posible el modelo de desarrollo
neoliberal, e impulsar modelos de justicia social, ambiental y de género que
nos permitan, junto con otro modelo de desarrollo, poder vivir la nueva
normalidad del siglo XXI pospandemia.
1 Covid,
hambre, pobreza y desigualdad: la combinación mortal que enfrenta América
Latina https://news.un.org/
es/story/2020/07/1477571
2 Aumentan
los milmillonarios de América Latina a medida que la región más desigual del
mundo se hunde bajo el impacto del coronavirus https://www.oxfam.org/es/notas
-prensa/aumentan-los-mil-millonarios-de-america
-latina-medida-que-la-region-mas-desigual
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