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Zapata

martes, 11 de agosto de 2020


KAMALA HARRIS Y EL TRIUNFO DEL LOBBY PRO-ISRAEL
El 19 de julio del 2019 escribimos en este blog el artículo “KAMALA HARRIS, CANDIDATA DEL LOBBY PRO-ISRAEL”. Hace más de un año afirmábamos lo siguiente; “Para el poderoso lobby pro-Israel, que tiene en la bolsa al chantajeable y manipulable Trump, es muy importante que quien vaya a enfrentársele en las elecciones del 2020, también sea un o una demócrata totalmente bajo el dominio del lobby”.
Así también incluimos algunos datos de su biografía como: “Harris es hija de una doctora especialista en cáncer de mama, Shyamala Gopalan, hija de un diplomático de la India, quien se casó con un profesor de economía jamaiquino (Donald Harris); se conocieron mientras hacían sendos posgrados en la Universidad de Stanford.
Pero en 1971 la doctora Gopalan se divorció del profesor Harris y se fue a vivir y a trabajar a Montreal, Canadá en donde fue contratada en el Hospital General Judío. Así, desde temprana edad (8 años), Kamala tuvo gran cercanía con dicha comunidad, lo que fortaleció sus lazos con la misma.
Posteriormente, la hoy senadora, se casó con el abogado judío Douglas Emhoff.”
Y señalábamos que: “La senadora Harris es una apasionada defensora del Estado de Israel, siendo invitada a hablar ante el American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), en donde se ha manifestado en contra de las resoluciones de la ONU que condenan la ocupación de los territorios palestinos por Israel y en donde también reconoció sus fuertes lazos con Israel, desde su niñez; ha condenado el boycott contra Israel conocido como Boycott, Divestment and Sanctions (BDS), catalogándolo como ‘anti semita’; ha copatrocinado resoluciones del Senado en las que se condena a la ONU por ser ‘anti Israel’; ha viajado a Israel para entrevistarse con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y ha manifestado que Israel ‘cumple con los estándares internacionales en materia de derechos humanos’; condenó al presidente Obama por no apoyar a Israel en la ONU, poco antes de dejar la presidencia, siendo la primera resolución que copatrocinó Harris como senadora (antes que cualquier otro tema); está en contra de que el tema de Israel se ‘partidice’, y por el contrario desea que el apoyo a Israel sea de republicanos y demócratas por igual; fue apoyada en su campaña para el Senado, por las dos senadoras judías de California, Barbara Boxer, a quien sustituyó, y Dianne Feinstein; etc.[1]
Finalizamos el artículo con la siguiente reflexión: “Así, lo más probable es que el lobby apoyará con todo a Harris para que quede como candidata, ya sea a presidente o al menos a vicepresidente, si es que Biden finalmente puede superar la muy competida campaña para lograr la nominación.
El caso de Harris no es inusual. El lobby normalmente va buscando posibles futuros candidatos, entre los hijos de los propios políticos estadounidenses, a quienes ‘casa’ y también ‘caza’ en favor de su causa, para que en el momento en que lleguen a las grandes ligas de la política, su posición hacia Israel sea de completo apoyo.
Tal el caso de Harris, pero también de la hija de Trump, Ivanka, casada con el empresario inmobiliario judío, y asesor del presidente estadounidense, Jared Kushner (encargado del ‘plan de paz’ para Medio Oriente, que dará todo a Israel y obligará a los palestinos a aceptarlo o a enfrentar su extinción); la hija del expresidente, Bill Clinton y de Hillary, Chelsea, casada con el empresario judío Marc Mezvinsky; la hija del expresidente John. F. Kennedy, Caroline, casada con el promotor cultural judío, Edwin Shlossberg; etc.[2] Y todos estos matrimonios han engendrado numerosos hijos, que serán criados en las altas esferas del poder político y económico de los Estados Unidos, con uno de ambos padres judío y devoto amante de Israel, con lo que el lobby asegura para futuras generaciones a muchos políticos que defenderán a muerte no sólo la existencia, que ya está más que garantizada de Israel, sino su dominio en el Medio Oriente; y especialmente el vasallaje económico, político y militar de Estados Unidos a ese país.”
Y a lo anterior habría que agregar que el hijo de Joe Biden, Hunter, quien se encuentra en medio del escándalo (que será continuamente explotado por Trump durante la campaña), de la empresa ucraniana Bursima, en donde “laboró” (sin vivir nunca en Ucrania) con un sueldo de más de 80 mil dólares mensuales, está casado con la cineasta judía sudafricana Melissa Cohen.
Así, como la anticipamos hace más de un año, Harris fue nombrada a la candidatura vicepresidencial demócrata por Joe Biden, quien de llegar a la presidencia lo haría a los 78 años, con evidentes señales de deterioro mental, lo que le abrirá las puertas, ya sea por incapacidad mental o por muerte, a la senadora Harris a la presidencia. Y en el último de los casos, esperará el periodo de cuatro años de Biden, quien casi seguramente no buscará la reelección, dejándole a la devota subordinada de Israel y de su poderoso lobby en Estados Unidos, la candidatura presidencial.
No cabe duda que los grupos pro israelíes (y el gobierno de Israel) tienen un dominio abrumador sobre el gobierno de Estados Unidos, y aseguran el mismo no solo a través de la “compra” de los políticos demócratas y republicanos por igual, a los que financian sus campañas con cientos de millones de dólares, sino también creando lazos familiares que lleven a los políticos estadounidenses a identificarse con los objetivos israelíes, sin necesidad de convencerlos con dólares, sino mediante esposas, esposos, yernos, nietos, etc.
Por ello el lobby pro-Israel estadounidense está muy satisfecho de que su candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris (tenían como segunda opción a Susan Rice), haya sido “escogida” por el muy amigable candidato presidencial demócrata Joe Biden.
Y con ello, todas las concesiones y ganancias que el gobierno de Netanyahu ha obtenido de Trump en estos casi cuatro años de su presidencia, se verán asegurados con la dupla Biden-Harris, en caso de que triunfen en las elecciones de noviembre. Y si no, pues seguirá el sumiso Trump haciendo lo que Netanyahu y el lobby pro-Israel le indiquen en lo relativo a la política de Oriente Medio y en especial en la defensa de la política de apartheid y expansionista de Israel.


[2] En otros casos, cuando no se puede emparejar a un judío o judía con el hijo de un expresidente o político destacado, entonces se escoge a una promesa dentro de las clases desfavorecidas, y se le ayuda a subir, a cambio de su sumisión a Israel. Tal el caso de Obama, en cuya carrera la multimillonaria familia Pritzker de Chicago jugó un papel fundamental (pero aún así, Obama demostró algo de independencia cuando se negó a bombardear Siria; cuando negoció el acuerdo nuclear con Irán y cuando permitió que en el Consejo de Seguridad de la ONU se aprobara una resolución condenando los asentamientos ilegales israelíes en los territorios palestinos).

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