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Zapata

sábado, 7 de diciembre de 2019

SIGUE EL CHANTAJE


Después de la visita del fiscal de Estados Unidos a México, William Barr, el presidente Trump ha decidido que “temporalmente” no designará a los cárteles mexicanos del narcotráfico como organizaciones terroristas, según sus palabras, haciendo caso a la solicitud del presidente López Obrador a quien respeta y con quien tiene una buena colaboración. En cambio, se va a intensificar la cooperación entre los dos países para combatir a los cárteles.
En primer lugar, tal como sucedió con la amenaza de imponer aumentos de aranceles a todos los productos que México exporta a Estados Unidos, si nuestro país no se convertía en el “muro” contra la inmigración indocumentada; ahora, la designación de terroristas a los cárteles, sólo se detiene temporalmente, en tanto México asume más costos y da más concesiones en la ya larguísima “guerra contra el narcotráfico” que libra, sin que el gobierno norteamericano asumiera ningún compromiso, como por ejemplo reducir el flujo ilegal de armas al país, o el de dinero que cruza por la frontera para financiar a los cárteles; o menos aún, el de disminuir el consumo de drogas de su población, lo que constituye el motor principal de todo este negocio.
Pero López Obrador, otra vez, dice que es un triunfo que algo que no existía, es decir la denominación de terroristas a los cárteles mexicanos de la droga, siga sin existir, por el momento; y que a cambio de que ese algo que no existe se mantenga así, nuestro país seguirá rindiendo recursos humanos, materiales y financieros en favor de la “guerra contra el narcotráfico” que exigen las autoridades estadounidenses; insistimos, sin ningún compromiso explícito de su parte para asumir sus responsabilidades en este problema.
Es decir, el chantaje de Trump al débil y asustadizo gobierno de López Obrador sigue funcionando (y seguirá, pues la espada de Damócles de la designación de los cárteles como terroristas, así como la aplicación de los aranceles permanece, pues se les ha detenido “temporalmente”); y para colmo, como cereza en el pastel, y tal como lo anticipamos en este blog, el gobierno mexicano tuvo que aceptar que Evo Morales saliera del país, con el pretexto de una consulta médica, hacia Cuba y posteriormente a la toma de protesta de Alberto Fernández en Argentina (aún por confirmar), sin que se sepa si regresará o no a su exilio dorado en México.
En política no hay coincidencias, y el que Morales saliera del país después de la visita de Barr, sólo puede leerse como parte del pago mexicano al estadounidense, para que éste no realice acciones unilaterales en el tema del narcotráfico, por el momento.
Patética debilidad del gobierno mexicano ante el de Trump, que el presidente de Estados Unidos ha aprovechado y lo seguirá haciendo, obligando al mexicano a hacer lo que se le ordena. Muy pronto podremos ver quizás que México disminuya su apoyo a Venezuela o que comience a cerrarle las puertas al capital chino en nuestro país: Todo es posible, dado que López Obrador ha demostrado que está subordinado a Trump, y éste no va a dejar pasar la oportunidad de seguir exprimiéndolo todo lo que pueda (seguirá con el enorme yacimiento de litio que hay en Sonora).
Y por supuesto, hay que sumarle el papel nefasto del canciller Ebrard en todo esto, que con cada amenaza de Trump, aprovecha para ganar más espacio político dentro del mediocre gabinete de López Obrador, gana más puntos ante Washington como el candidato confiable para 2024, al jugar el papel de “asustador oficial de AMLO”, con lo que obtiene de él más concesiones en su favor y para el gobierno de Washington; y se pavonea como el “salvador de la patria” después de torcer todas las concesiones que hace a los gringos en nombre de México, como si fueran grandes logros para el país.


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