La letra chiquita del T-MEC
El
T-MEC ya es manzana de discordia entre la 4T y empresarios, académicos y
agricultores por la letra chiquita, pero más porque se negoció una adenda a
espaldas de casi todos.
El
subsecretario Jesús Seade jura y perjura que
consultó en su momento a varios secretarios de la 4T, al Poder Judicial y a los
dirigentes de Morena en las cámaras de diputados y senadores.
Pero
la realidad está mostrando exactamente todo lo contrario: se fue por la libre,
acusan en la iniciativa privada, legisladores y sector social.
En
la versión en español del T-MEC que circuló el miércoles por la noche se sabe
que Hacienda, de Arturo Herrera, y Banco de México, de Alejandro
Díaz de León, no podrán manosear el tipo de cambio con propósitos de
aumentar las exportaciones.
Asimismo,
que Donald Trump tiene mano libre para imponer
sanciones arancelarias cuando quiera, que Estados Unidos puede cerrar la
frontera a productos y empresas que violen el acuerdo y que desde Washington
también se vigilará la protección al medio ambiente en México.
En
el caso de la manipulación de divisas, el apéndice del T-MEC indica que los
países deben garantizar un régimen de tipo de cambio determinado por el mercado
y deberán de informar sobre sus intervenciones en los mercados de divisas
después del final de cada mes.
Con
esta disposición, el inquilino de la Casa Blanca podría extender la investigación
sobre manipulación de divisas de los socios comerciales, sobre todo México,
China y otros países.
En
el capítulo laboral, Estados Unidos puede suspender el tratamiento arancelario
preferencial a mercancías y servicios determinados de México e incluso imponer
sanciones sobre las mismas.
Además,
un panel de expertos puede verificar el cumplimiento de las obligaciones del
acuerdo referentes a libre asociación y negociación colectiva de sindicatos en
fábricas del país.
Similar
a las exigencias del capítulo laboral, el acuerdo contiene una cláusula que
establece que una violación al medio ambiente afecta el comercio y la inversión
entre las partes.
En
ese contexto, México está de acuerdo en incrementar su monitoreo para detener
la pesca ilegal marina y detener el subsidio a la pesca de especies
sobreexplotadas.
Esto
último aplica para las tres naciones. Así, si un gobierno denuncia daños
ambientales, el país acusado tendrá que demostrar lo contario.
El
sector automotor establece una cuota de 40 por ciento de la fabricación de
vehículos ligeros y pesados en las regiones que paguen a sus obreros 16 dólares
la hora, esto es tres veces más de lo que el trabajador de la rama automotriz
promedio gana en México.
Del
100 por ciento de los vehículos fabricados, el 75 por ciento deben de
manufacturarse en la región.
Las
modificaciones al T-MEC requerirán que el 70 por ciento del acero utilizado en
automóviles y camiones construidos en América del Norte se produzca por
completo en México, Canadá y Estados Unidos, impidiendo el acceso al acero
semiacabado proveniente de China y otros países.
México
y Canadá acordaron una incorporación gradual de siete años de la nueva norma
para el acero. Se eliminó la exigencia estadounidense de un estándar similar
para el aluminio, pero con la advertencia de que se reconsideraría en el
tratado en 10 años.
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