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Zapata

miércoles, 27 de noviembre de 2019

LOS “TERRORISTAS” MEXICANOS


Lo que se esperaba. Ayer Donald Trump confirmó que designará como “organizaciones terroristas” a los cárteles mexicanos del narcotráfico, sin entrar en detalles sobre el tipo de medidas que implementará contra ellos.
Quedan muchas preguntas en el aire. Primero, si esa designación incluirá a todos los cárteles, o sólo algunos.
Segundo, si las medidas contra los cárteles, ya sean las consabidas sanciones financieras y económicas, o incluso la eliminación física de los dirigentes y miembros en lo individual de los cárteles, se enfocará sólo en México, o abarcará la extensa red de socios y cómplices que estás organizaciones tienen en todo el mundo.
Si fuera una decisión para perseguirlos en todo el planeta, entonces habrá que ver qué hace el gobierno de Estados Unidos cuando se verifique que miles de armas de los cárteles son compradas en las armerías norteamericanas, muchas de las cuáles (si no es que todas), forman parte de la National Rifle Association, aliada política de Trump. ¿El gobierno estadounidense castigará económicamente o encarcelará a los dueños de esas armerías? ¿Los atacará con drones?
De la misma forma, los miles de cómplices que los cárteles tienen dentro de Estados Unidos, para pasar la droga, distribuirla y venderla; así como autoridades de diferente nivel que cubren y protegen este comercio, serían en teoría, blancos de las sanciones e incluso de la posible eliminación física por parte de las autoridades del gobierno federal.
Los bancos y casas de bolsa estadounidenses, que lavan miles de millones de dólares de actividades ilícitas, entre ellas de los cárteles, serían blanco también de las sanciones del gobierno estadounidense.
Por supuesto que los hipócritas gobernantes de Estados Unidos no van a actuar contra sus ciudadanos, por más que sean cómplices, en distintas formas y niveles, de los cárteles.
La designación de los mismos como organizaciones terroristas, lleva la intención de acorralar (todavía más) al débil gobierno de López Obrador (AMLO), al que ya se le obligó a construir un “muro humano” para detener la migración indocumentada con destino a Estados Unidos, y a aceptar en territorio mexicano a miles de solicitantes de asilo que esperan su resolución en nuestro país.
Ahora quieren obligarlo a aceptar la entrada de miles de tropas y agentes estadounidenses en territorio nacional, para así garantizar la sumisión mexicana a la hegemonía estadounidense en materia político-diplomática, militar-de seguridad, económica y financiera, dado que las veleidades “izquierdistas” de López Obrador en materia de política exterior (casos Venezuela y Bolivia), no han gustado nada en Washington; y la competencia mundial con China, está llevando a los tomadores de decisiones en Washington a asegurar su zona natural de influencia (como consideran a América Latina), para evitar que la expansión económica china siga minando el dominio estadounidense en diferentes regiones del planeta. No quieren ninguna veleidad mexicana en ese sentido.
Y para rematar, ahora que Estados Unidos enfrenta serios problemas (todavía más) en Medio Oriente con su ineficaz intervencionismo, México sirve para demostrar la fuerza y decisión del decadente imperio, y así mantener otra área más del mundo como zona de actuación del complejo militar-industrial que requiere conflictos para seguir ganando miles y miles de millones de dólares.
Y a Trump, le cae de perlas el aumento de la violencia de los cárteles del narcotráfico en México, para una vez más desviar la atención de la muy manipulable y desinformada opinión pública de su país, hacia el tema del narcotráfico, en momentos en que el impeachment toma vuelo en la Cámara de Representantes; y también como forma de quitar responsabilidad de la crisis de drogadicción y muerte por sobredosis en ese país., ocasionada principalmente por las grandes empresas farmacéuticas y por la inagotable ansia de consumo de drogas de una sociedad acostumbrada a ello por décadas; y de igual forma, tratar de cubrir los beneficios que se derivan para el sistema financiero estadounidense, el que se laven miles de millones de dólares de las actividades criminales en sus bancos, casas de cambio y casas de bolsa.
Por supuesto, todo esto juega en favor de Trump cuando está por iniciar la elección presidencial del 2020, para culpar de todos los males habidos y por haber a su vecino del sur, y así incitar más a su base xenófoba y racista para que lo apoye en las elecciones.
Dentro de esta estrategia, los aliados de Estados Unidos en México (Televisa, El Financiero, diversos comentócratas de radio y televisión, oligarcas, etc.) están alimentando la complacencia y hasta la aceptación de la atribulada clase media mexicana al intervencionismo estadounidense, justificándola en la inexistente estrategia del gobierno para combatir la criminalidad en el país.
Simplemente hay que evaluar lo que ha sucedido por décadas con el Plan Colombia, mediante el cual tropas y agentes estadounidenses han actuado en territorio colombiano, supuestamente para erradicar a las organizaciones de narcotraficantes del país; no sólo no lo han logrado, sino que ahora el negocio está más diversificado y es más lucrativo que antes.[1]
¿No será que en realidad las agencias y los militares estadounidenses no llegan a combatir el narcotráfico, sino a manejarlo en su beneficio? ¿Y no será que eso es justamente lo que quieren hacer ahora en México, además de los otros “beneficios” que obtendrían (ya mencionados) con la presencia militar, de inteligencia y policial de Estados Unidos en nuestro país?
Lo peor de todo es que el débil y asustadizo gobierno mexicano va a tratar de “convencer” a Trump de no designar a los cárteles como organizaciones terroristas, para lo cual el gobierno estadounidense lo va a obligar a dar todavía más concesiones en materia política, de seguridad y económica, sin que ello garantice que la tal designación no se vaya a realizar de todas formas.
El no haber establecido una estrategia de contención y de resistencia a las presiones estadounidenses desde el principio de la actual administración (lo cual se detalló en este blog en varias ocasiones), ha llevado a este punto de vulnerabilidad al gobierno mexicano, que fuera de unas cuantas declaraciones grandilocuentes, no se ve cómo pueda detener las medidas que Washington esté dispuesto a aplicar contra nuestro país, más que contra los cárteles del narcotráfico, a los que podría perseguir y sancionar con las leyes relativas a la delincuencia organizada, sin necesidad de designarlos como “organizaciones terroristas”.

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