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Zapata

viernes, 7 de junio de 2019

LÓPEZ OBRADOR DÉBIL, CEDE ANTE TRUMP


Con una situación económica cada vez más preocupante, no sólo por las malas notas que le han estado dando las calificadoras a las deudas del país y de Pemex, así como en el grado de inversión (forma nada sutil del gran capital internacional para matar cualquier intento por cambiar, aunque sea mínimamente, la ortodoxia neoliberal), sino por la deficiente forma en que se está aplicando el gasto y la inversión públicas, ocasionando cuellos de botella que están afectando a diversos sectores de la economía, López Obrador (AMLO) ha debido ahora ajustarse a las exigencias de Trump en materia de migración, para que supuestamente se detenga la imposición de los aranceles a los productos mexicanos a partir del 10 de junio.
La verdad es que Trump quiere aplicar los aranceles, por lo menos el primer tramo que prometió (5%), a pesar de que el gobierno mexicano ceda en prácticamente todo lo que le demande, pues el envalentonado presidente de Estados Unidos, que lanzará su candidatura para la reelección presidencial el próximo 18 de junio en Orlando, Florida quiere presentarse como un presidente duro, que cumple con su promesa de detener la migración ilegal y próximamente el flujo de drogas por la frontera sur, que seguramente será la próxima exigencia al gobierno de AMLO; o si no, otra vez los aranceles, o el cierre de la frontera, o más envío de tropas a la frontera común (o a la de Guatemala y México, pues acaban de enviar 300 marines a ese país, a Belice, El Salvador y Honduras para realizar “maniobras”); o todo junto.
El gobierno de Trump quiere demostrar que puede deshacer a algún país, ya sea militar o económicamente (Irán, Venezuela, México), con objeto de enviar el mensaje a China y Rusia principalmente (a los que también tiene bajo numerosas sanciones) y al mundo, de que sigue siendo la potencia indiscutible y excepcional, que nadie debe retarla o dudar de su resolución para usar toda la gama de los instrumentos de su poder para reafirmar su hegemonía; y si en el camino su economía y la diplomacia mundial tienen que pagar un precio, pues que así sea; y si el débil y miedoso vecino del sur tiene que sufrir mucho más en lo económico, y tiene que ser humillado y exhibido ante el mundo como un esclavo que hará lo que le ordene Washington, pues también que así sea.
 Y López Obrador ha demostrado (sea lo que sea que diga en su mitin en Tijuana) que no tiene la estatura, ni la visión de estadista para enfrentar con dignidad (como él lo ha estado insistiendo en estos días, pero no se ve por ningún lado esa dignidad, pues se ha acomodado prácticamente a todo lo que le ha exigido Trump) a una situación límite como estas, que de haberse aprovechado, podría haber abierto la posibilidad de deslindarse de la dependencia en materia de seguridad que existe respecto a Estados Unidos, y de iniciar un doloroso, pero necesario camino de mayor independencia económica, sobre todo ante la perspectiva de seguir subordinado a un país y un gobierno que han demostrado hasta el cansancio, que sólo ven a México como fuente de ingresos y materias primas; que desprecian al pueblo y al gobierno mexicanos, y que ningún acuerdo o buena voluntad de nuestra parte, cambiará eso.
Grave error de AMLO seguir tendiendo la mano, que ha sido escupida una y otra vez por los estadounidenses y ello ha dejado por los suelos la dignidad nacional, la posibilidad de fortalecer la soberanía nacional y la independencia económica del país, y de poner un límite a un gobierno que considera al nuestro prácticamente como un enemigo al que hay que subyugar, exhibir y ridiculizar ante el mundo. Decepcionante y lamentable.

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