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Zapata

miércoles, 12 de junio de 2019

45 DIAS ANTES DE LA CATÁSTROFE


Marcelo Ebrard realmente cree que logró algo maravilloso al “ganar” 45 días antes de que Trump decida usar nuevamente la amenaza de los aranceles, para obligar a México a reducir drásticamente el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Si el canciller, tan preocupado por complacer a Trump, hubiera hecho la mitad de lo que en este blog se ha insistido desde hace más de dos años, y que hasta ahora los “expertos” en relaciones internacionales están reconociendo, es decir enfrentar al “bully”, pues él se alimenta del miedo de sus contrapartes; no estaría nuestro país en esta situación tan vulnerable y humillante.
Ahora Ebrard es de facto, secretario de Relaciones Exteriores, de Gobernación y de Seguridad. Están desaparecidos Olga Sánchez, que cada vez se empequeñece más y Alfonso Durazo, que apostaba a mantener un perfil bajo hasta el 2021, para entonces asegurar su candidatura al gobierno de Sonora. Y vaya que ha tenido perfil bajo; es un desastre el tema de la inseguridad y la violencia en el país; y ahora más que nunca en la capital de la República.
Pero para López Obrador todo tiene que ver con la mala voluntad que le tiene la prensa conservadora y sus oponentes; no hay autocrítica, no hay correcciones a políticas públicas improvisadas, no hay reconocimiento de que no se tienen planes alternativos ante las contingencias que caracterizan la función de gobierno.
Trump ya midió el terror que le tiene López Obrador; no respeto, terror; y su tremendo desconocimiento de los asuntos internacionales. Y también lo acomodaticio y servil que es el canciller Ebrard, que cree que está comprando su candidatura presidencial para el 2024, quedando bien con las élites estadounidenses. Y por ello Trump va a apretar y a humillar mucho más al gobierno mexicano y en general a los mexicanos, que otra vez le van a servir de escalón para ganar la elección presidencial en 2020.
Porque no nos engañemos, para la mayoría de los estadounidenses, incluidos demócratas e independientes, ya es demasiada la cantidad de migrantes indocumentados que están entrando a su país. Y si bien hay un gran movimiento anti-Trump en Estados Unidos; en este tema, no hay tanta animadversión a sus medidas (se puede advertir en los blogs de los principales periódicos de ese país, que hay una gran aceptación a las medidas de presión a México para que se corte el flujo migratorio irregular).
Así que Trump, en 45 días va a exigir que México se declare “tercer país seguro”[1] o si no, ahí va de nuevo la amenaza de aranceles (y a temblar López Obrador). Y va a exigir también que se detenga el flujo de drogas en un período determinado; o si no…aranceles.
El presidente de Estados Unidos ya le tomó la medida a este gobierno que se arrinconó sólo al decir, antes de entrar a la pelea, que aceptaba todo lo que quisiera Estados Unidos, con tal de seguir siendo amigos y socios. Pues así, no hay nada que negociar, se reciben órdenes y se cumplen.
López Obrador, con su pavor a Trump y a Estados Unidos; y Ebrard, con su ambición por ser presidente, están despedazando lo poco que le quedaba al país para oponer resistencia a las desbocadas exigencias de Trump y de su gobierno nativista y xenófobo. Las consecuencias inmediatas y mediatas para el país serán profundas y tremendamente negativas. Al tiempo.




[1] Porque en 45 días no se va a disminuir de manera espectacular la migración. La Guardia Nacional no está preparada para hacer ese trabajo y lo más probable es que caiga en excesos o a la inversa, queden como estatuas ante el maremágnum de migrantes que seguirán cruzando hacia México.

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