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Zapata

viernes, 6 de abril de 2018

PEÑA ENVÍA DOBLE MENSAJE A TRUMP


Por un lado, Peña logró concitar el apoyo de los candidatos presidenciales a su respuesta a las medidas anunciadas por Trump, aunque su mensaje[1] de 5 minutos iba dirigido primordialmente para consumo interno, ya que en Estados Unidos no hubo mayor reacción a las palabras del presidente mexicano.
Así también, el rechazo del Senado mexicano a las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, y especialmente el exhorto para que México suspenda la colaboración con Washington en materia migratoria y de seguridad, le da un “colchón” a Peña para negociar con las instancias inferiores del gobierno de Estados Unidos en esas materias, ya que en algún momento puede esgrimir que una posición todavía más agresiva de parte de los estadounidenses, lo puede llevar a acatar la recomendación del Senado.
Sin embargo, por otro lado, el canciller Videgaray le hizo el juego al gobierno estadounidense al convertirse en su vocero, ya que Relaciones Exteriores se encargó de clarificar que la Guardia Nacional que se desplegará en la frontera, no irá “armada” y no realizará acciones de control migratorio o aduanal.
Pero da la casualidad qué la secretaria de Homeland Security, Kirjsten Nielsen, en una entrevista “banquetera” en Washington, dijo que sí irán armados los miembros de la Guardia Nacional, pero que no estarán “cargadas” dichas armas, lo que relativiza bastante el anuncio hecho por Videgaray. Y es que la derecha estadounidense iba a comenzar a criticar el envío, ahora se sabe, de 4000 miembros de la Guardia Nacional, si no iban a estar armados y tampoco van a ayudar a detener a los migrantes indocumentados.
Así también, Videgaray y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, estuvieron en Washington reuniéndose con Jared Kushner, el yerno de Trump; y el representante comercial Robert Lighthizer, para asegurarse de que la última ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), no se descarrile por este último desencuentro en materia migratoria.
Y es que para Peña y Videgaray, es fundamental que el TLCAN se firme lo antes posible, para tenerlo como reaseguro y como bandera electoral en los comicios presidenciales mexicanos, por lo que es posible que se haya convenido con las autoridades estadounidenses, que por un lado Peña “salvara cara” enviando el mensaje a Trump en el que supuestamente le recomienda dirigir sus frustraciones en materia de política doméstica en esa dirección y no a los mexicanos; y por el otro lado, en lo “oscurito”, nuestro país acepta las decisiones estadounidenses y se compromete a redoblar sus esfuerzos para detener la migración centroamericana (aunque la famosa “caravana” aún no se ha detenido y algunos de sus líderes insisten en que llegarán a Estados Unidos; ya están arribando a la CDMX); a cambio de que el TLCAN se firme lo antes posible (posiblemente en la Cumbre de las Américas en Perú), aún a costa de dar numerosas concesiones a los estadounidenses en la renegociación.
Hasta ahora ya tres gobernadores fronterizos han manifestado su apoyo a la medida de Trump, los de Arizona, Nuevo México y Texas. Aún falta el de California, Jerry Brown, quien mantiene un contencioso legal con el gobierno federal, por las llamadas “ciudades santuario” y la determinación del gobierno estatal de no ayudar a las autoridades federales en su “cruzada” antiinmigrante.
Así que Peña sigue con su doble juego, intentando demostrarle a México que sí defiende la dignidad nacional y se planta ante el presidente de Estados Unidos; pero al mismo tiempo, le asegura a éste que sí atiende sus preocupaciones e indicaciones, a cambio de que la tan anhelada firma del TLCAN no se ponga en riesgo.

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