Este domingo
22 de abril se realizará en la Ciudad de México el primer debate entre los 5
candidatos a la presidencia de México: Andrés Manuel López Obrador de la
coalición “Juntos Haremos Historia”; Ricardo Anaya Cortés de la coalición “Por
México al Frente”; José Antonio Meade Kuribreña de la coalición “Todos por
México”; Margarita Zavala Gómez del Campo, candidata independiente; y, Jaime
Heliodoro Rodríguez Calderón, candidato independiente.
Ante la
creciente ventaja que las encuestas dan a López Obrador[1] (AMLO), es ya un hecho que
el resto de los candidatos irá a atacar en este primer debate a AMLO, con
objeto de detener su crecimiento y sumar puntos para su causa.
Sin embargo,
el más presionado de los 5 candidatos es el del presidente Peña, José Antonio
Meade, quien no ha podido hacer crecer las preferencias en su favor y por lo
tanto los oligarcas, los tecnócratas, las trasnacionales, la subclase política
corrupta y hasta el Grupo Atlacomulco del presidente Peña, están dándole casi
su última oportunidad de comenzar a revertir la ventaja que le llevan sus dos
principales contendientes, de lo contrario la operación “un solo frente” y “voto
útil” se echará a andar a todo vapor. Es decir, terminar las negociaciones de
un nuevo “pacto de impunidad” entre Peña y Ricardo Anaya, para así conformar un
solo polo de la derecha y del statu quo,
contra AMLO, pues será la única forma de derrotarlo el próximo 1º de Julio; o
si no, al menos dejar unos resultados tan cerrados, que la elección sea
definida por el tribunal electoral, que ya se vio con la decisión de permitir
la candidatura de Rodríguez Calderón -a pesar de la infinidad de trampas e
irregularidades que realizó para recabar las firmas ciudadanas requeridas- está
controlado (al menos 4 de los 7 magistrados), por el presidente Peña y la
subclase política corrupta, con lo que AMLO “perdería” en un juicio la
presidencia de la República.
El debate
del domingo además, será “moderado” por tres periodistas que representan los
intereses de los oligarcas, como Sergio Sarmiento, furibundo anti
lopezobradorista desde hace 20 años, quien es articulista del periódico
Reforma, propiedad de la familia Junco de Monterrey, que inicialmente apoyó a
Jaime Rodríguez Calderón como candidato independiente al gobierno de Nuevo
León, pero una vez que consiguió la gubernatura, se ha distanciado de los Junco.
Así también, Sarmiento trabaja para el Grupo Radio Centro de la familia
Aguirre, que se ha caracterizado por su oposición permanente a la carrera
política de AMLO.
Estará
también Dennise Maerker, la titular del programa estrella de noticias de
Televisa, “En Punto”; empresa que ha sido la principal detractora de AMLO desde
el rompimiento de éste con el sistema en 1987, al unirse a la candidatura
presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas (a quien Televisa atacó por años; hasta que
llegó AMLO en el 2000 para convertirse en la “bestia negra” preferida de esta
empresa, propiedad del oligarca Emilio Azcárraga Jean).
Y la tercera
periodista que “moderará” el debate, será Azucena Uresti del grupo de medios de
comunicación Milenio de Monterrey, propiedad de la familia González, que
también se ha dedicado a denostar a AMLO durante años.
Es decir, el
Instituto Nacional Electoral no incluyó a ningún periodista neutral o de
izquierda (por ejemplo, del periódico La Jornada), para emparejar un poco el “campo
de juego” en el que competirán los candidatos presidenciales; ni,
inexplicablemente la dirigencia nacional del Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena) que postula a AMLO, se inconformó o denunció ante los medios,
tan desigual conformación del panel de moderadores.
AMLO se
enfrentará a 4 muy hostiles adversarios: Anaya que ha proclamado que sólo él
puede vencer a AMLO y ya está llamando al “voto útil” en su favor; Meade quien
ha enfocado toda su campaña contra AMLO, resucitando la estrategia que utilizó
Felipe Calderón en 2006, presentándolo como un “peligro para México”, es decir
apelando al voto del miedo; Margarita Zavala, esposa del ex presidente Calderón,
quien si bien comenzó atacando a Anaya, por la disputa que mantienen ambos
grupos políticos, desde que el calderonismo perdió el control del PAN ante Anaya,
en los últimos días ha centrado sus ataques en AMLO; y Rodríguez Calderón quien
ha dicho que él va a ir sólo contra AMLO, pues los demás no le interesan y él
va por el puntero en las encuestas.
Tanto los
candidatos, como los “moderadores” intentarán que AMLO exprese ideas o frases
que puedan ser capitalizadas por sus adversarios en los siguientes días, para
presentarlo como “espantador de las inversiones”; “un peligro para México”; “un
loco”; “un ocurrente”; etc.
Así, seguramente
surgirán los siguientes temas contra AMLO:
Su rechazo a
la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en
Texcoco y su propuesta de hacer dos pistas en la base aérea de Santa Lucía.
Su rechazo a
la actual Reforma Educativa y su propuesta de negociar con maestros, padres de
familia y especialistas para transformarla.
Su propuesta
de revisar los contratos mediante los cuales se han concesionado grandes
extensiones del territorio nacional a las empresas privadas, para la
exploración y explotación petrolera.
Su expresión
en el sentido de qué de realizarse un nuevo fraude electoral en su contra, él
ya no detendrá al “tigre”; y que sean aquéllos que lo suelten, los encargados
de detenerlo.
Su propuesta
de “amnistía” para pacificar al país, lo que ha sido traducido por sus
adversarios en que va a “pactar con los criminales” y/o los va a perdonar.
El papel que
juegan sus hijos en el manejo interno de Morena.
La supuesta “opacidad”
en la que ha vivido desde que inició su carrera política, al supuestamente no
dar a conocer de qué ha vivido todos esos años.
Su reciente
uso de una avioneta privada para trasladarse en el estado de Sonora, con lo que
lo han atacado de ser incongruente, pues se ha manifestado en contra del uso del
avión presidencial y de la renta de aviones privados por parte de políticos y
funcionarios públicos.
El problema
es que un ataque constante, de tono elevado y que pueda percibirse “concertado”
entre todos los candidatos y los “moderadores” contra AMLO, puede convertirlo
en una víctima ante la población, en vez de presentarlo como el “peligro” o el
peor candidato.
De ahí qué
si los opositores a AMLO exageran en sus ataques, pueden provocar una mayor
simpatía hacia él; pues en México, el 70% de la población vive en la pobreza y
se siente a merced de los poderosos, por lo que AMLO puede ser identificado
como el representante de todos aquéllos que son permanentemente explotados,
ignorados y humillados por los ricos y los que detentan el poder.
Pero
también, si no lo hacen “resbalar”, provocándolo para hacerlo enojar y para que
haga nuevas propuestas o para que diga frases que generen polémica, AMLO podría
entonces “nadar de muertito” durante el debate, y así seguir arriba en las
encuestas.
Además, el
primer debate pone el tono y la atmósfera que pueden seguir los otros dos que
se llevarán a cabo, por lo que para los opositores a AMLO; y especialmente para
Anaya y Meade, este debate es definitorio para detener el crecimiento de AMLO
en la preferencia efectiva de la ciudadanía (puesto que en la preferencia general,
aún hay un 20% de indecisos).
Por su
parte, AMLO no puede echarse para atrás en las polémicas propuestas que ha
hecho (rechazo a reformas educativa y energética, así como al nuevo aeropuerto,
por ejemplo); y en todo caso tendrá que precisarlas mejor; ni tampoco deberá
engancharse en “peleas callejeras” con los otros candidatos, mucho menos con
los supuestos independientes, pues eso sería darles a estos un nivel de
equivalencia en la competencia que no tienen, ni tendrán.
Necesitará
estar tranquilo, enfocado y sólo contestar señalamientos que le permitan
ampliar o precisar sus propuestas de política pública, pero no caer en el juego
de acusaciones y contra acusaciones de detalle, que no le van a abonar ningún
beneficio (por ejemplo, ponerse a explicar de qué ha vivido durante sus muchos
años en la política, a dónde pretende llevarlo Meade).
Si después
de este primer debate Meade no comienza a recuperar terreno, su candidatura
bien podría quedar “abandonada” y se intensificarían las negociaciones con
Anaya para llegar a acuerdos que permitan formar un solo polo contra AMLO. Y
por su parte Anaya, deberá demostrar que es el joven “brillante” y gran
polemista que difunde en sus spots, de lo contrario puede quedarse estancado en
los niveles de preferencia que tiene actualmente. Veremos.
[1]
La última del periódico Reforma establece que la preferencia efectiva para López
Obrador es de 48%; seguido de Anaya con 26%; Meade con 18%; Zavala con 5%; y
Rodríguez con 3%. Respecto a la última encuesta de Reforma en febrero, López
Obrador subió 6 puntos; Anaya cayó 6 puntos; Meade, Zavala y Rodríguez
permanecieron igual. https://www.forbes.com.mx/amlo-sube-y-llega-a-ventaja-de-22-puntos-encuesta-de-reforma/
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