Después de
dos semanas de campaña presidencial, y ya con la fabricada participación de un
quinto candidato, Jaime Rodríguez Calderón (protegido de los empresarios de
Nuevo León y de Carlos Salinas); el candidato de la coalición “Juntos Haremos
Historia”, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sigue a la cabeza en las
encuestas (según el sitio https://oraculus.mx/poll-of-polls/,
tiene 43% de preferencia efectiva, sobre 29% de Ricardo Anaya; 23% de José
Antonio Meade y 6% de Margarita Zavala; aún no hay datos sobre Rodríguez
Calderón).
Ya voceros
no oficiales de los oligarcas, como Leo Zuckerman (Televisa y Excelsior) están
proponiendo la creación de un “TUCAMLO”, o sea todos unidos contra AMLO; e
incluso, muy apropiadamente en un artículo en el periódico Excelsior, Zuckerman
recuerda la escena de la película El
Padrino, en la que los mafiosos deciden dejar atrás sus agravios
personales, inclusive el asesinato de sus hijos, a cambio de llegar a un
acuerdo para no afectar los negocios.
Pues bien, recordemos
que apenas hace unos días el llamado “padre del neoliberalismo” y a quien AMLO
ha señalado de ser el verdadero “jefe de la mafia del poder”, el ex presidente
Carlos Salinas de Gortari, festejó su 70 cumpleaños en su casa de la Ciudad de
México, a donde acudieron numerosos personajes de la política y los negocios
del país, encabezados por el propio presidente Enrique Peña Nieto.
Ya en este
blog señalamos en el mes de enero (29), qué ante la división de las opciones de
derecha, el poco crecimiento del candidato presidencial del PRI y la enorme
ventaja que tomaba AMLO en las encuestas, tanto Salinas como su amigo y aliado
Diego Fernández de Cevallos habían propuesto crear un solo frente en torno de
Anaya, para derrotar a AMLO.
Dijimos
entonces. “Ante
la evidencia de que López Obrador sigue sacando enorme ventaja al candidato del
sistema, José Antonio Meade (encuesta de Buendía & Laredo para el periódico
El Universal)[1]; y
todo indica que el joven “Maquiavelo” y clon de Carlos Salinas, el candidato de
“Por México al Frente” (PAN-PRD-MC), Ricardo Anaya, parece ser el único que
puede presentar batalla al tres veces candidato presidencial; las élites
económicas del país, y muy posiblemente la tecnocracia internacional estén
pensando en que es mejor evitar la dispersión del voto ”pro sistema” en dos
opciones (Meade y Anaya), pues esto facilitaría el triunfo de López Obrador; y
sería mejor concentrarlo en una sola opción, en este caso, el candidato panista”.
Pero para
eso se requeriría que hubiera una negociación: “El primero que tendría que aceptar sacrificar a
su candidato (ya sea cambiándolo por otro peor; o simplemente retirándole los
ilegales apoyos del gobierno federal), sería el propio Peña Nieto, quien
tendría que recibir seguridades de que Anaya no iría tras de él y su grupo por
los muchísimos casos de corrupción que han corroído al gobierno peñista, ni por
los vínculos que hay en distintas áreas del gobierno, con la delincuencia
organizada.
En
principio, Peña ya no confía en Anaya, quien rompió pactos con su gobierno,
sobre todo en relación a los procesos electorales en Coahuila y el Estado de
México; y por su parte Anaya, aún está encolerizado por la estrategia del
gobierno de Peña en exhibirlo como un corrupto, al dar a conocer la forma
grosera en que él y su familia se enriquecieron obscenamente en la última
década, utilizando los puestos públicos que ha ocupado.
De
ahí que para que pueda funcionar la estrategia de un solo frente contra López
Obrador, primero se tendrían que restañar heridas y lograr pactos firmes y con
garantías entre Peña y Anaya; de lo contrario, difícilmente el grupo peñista
accederá a sacrificar electoralmente a Meade.
La
segunda negociación tendría que ser con los grupos “políticos” del PRI, como
los de Osorio Chong, Beltrones, Eruviel Avila y la CTM, los cuales si bien no
quieren a Meade, el que se les planteara que ahora deben perder la elección en
favor de un panista, y todo ello para mantener un sistema económico que ha
devastado a las bases sociales del PRI, parece un exceso (“suicídate y después te
hago un homenaje”).
¿Qué
se les tendría que prometer a estos grupos regionales, sumamente corruptos,
para que dejen pasar a Anaya; y, qué garantías exigirían para que Anaya no los
persiga y los exhiba como corruptos, una vez que llegue a la presidencia?
El
precio de la aceptación de estos grupos para apoyar a Anaya puede ser
exorbitantemente alto, pues puede implicar que la supuesta estrategia
anticorrupción del “joven Maquiavelo” tenga que ser abandonada, aún antes de que
comience.
Y
por último, quizás la negociación menos difícil, pero igual habría que hacerla,
sería con el grupo de Meade y los tecnócratas que lo apoyan (Nuño y Videgaray),
a los que habría que asegurar posiciones en el nuevo gobierno y/o en organismos
financieros internacionales; y también impunidad, por sus muchas complicidades
y omisiones en materia de corrupción (por ejemplo la llamada “Estafa Maestra”;
el caso Odebrecht o el desvío de recursos de la SHCP para campañas del PRI; es
decir el “caso Chihuahua”).
Tantas
negociaciones; tantas seguridades y garantías para grupos de poder; y tantas
rendiciones de promesas llevarían a desnaturalizar por completo las propuestas
“innovadoras” del “joven Maquiavelo”, y con ello sería un blanco fácil para
exhibirlo como un hipócrita y un vendido.
Veremos
si la desesperación de los oligarcas y los tecnócratas los lleva a sacrificar
electoralmente a Meade y se arriesgan a ese tipo de negociaciones para tratar
de que el “joven Maquiavelo” Anaya pueda llegar a la presidencia.”
Todo parece
indicar que estas negociaciones que preveíamos desde enero, ya están en curso,
y dependerá de como le vaya a Meade en el primer debate presidencial el próximo
22 de abril, para comenzar a impulsar la estrategia de negociación con Anaya
(por ejemplo, completo olvido de sus operaciones ilícitas para enriquecerse;
garantías de que se le exonerará a él, a sus familiares y socios); y la de
abandono de la candidatura de Meade, a quien tendrán que prometerle una jugosa
indemnización (parecida a los 1000 millones de pesos que se le facilitaron a la
perdedora candidata presidencial del PAN en 2012, Josefina Vázquez Mota,
supuestamente para una asociación civil de ayuda a los migrantes en Estados
Unidos); así como a los grupos regionales que supuestamente apoyan a Meade
(Osorio Chong, Beltrones, Paredes, Eruviel Avila, etc.).
El terror de
los oligarcas y las trasnacionales es que López Obrador, a pesar de haberles
dado garantías de que no afectaría sus intereses, con la inclusión de miembros
de la derecha y de la subclase política corrupta en su equipo, ha reiterado que
no seguirá con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad
de México (NAICM) y toda la “ciudad” que se construiría a su alrededor, y que
es el gran negocio de este sexenio.
De hecho el
costo original del NAICM era por 169 mil millones de pesos, pero por lo pronto
ya subió a 180 mil millones de pesos (aunque otros cálculos ya lo sitúan en 212
mil millones de pesos)[2]. Y la “ciudad” de
servicios, hoteles y logística de comercio internacional que se construirá
alrededor en un total de 4,431 has. de los municipios de Atenco y Texcoco, implicaría
una inversión de un millón de millones de pesos.[3]
Así también,
en materia de contratos para la explotación petrolera, si bien no han llegado
más que 4000 millones de dólares, se espera que para la próxima década las
inversiones potenciales (incluyendo el valor del petróleo extraído), sean por
200 mil millones de dólares.
Y justamente
esas dos piezas del rompecabezas neoliberal, son las que ha puesto en
entredicho AMLO, señalando que no seguirá con la construcción del aeropuerto
(lo pondrá en la base militar de Santa Lucía); y revisará los contratos de exploración
y extracción petrolera pactados con las trasnacionales.
Además, no
están seguros que AMLO vaya a quedar conforme con la renegociación del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y en una de esas “vete” su
aprobación por parte del Senado (aun firmándolo Peña antes de que llegara
AMLO); pues entonces se requeriría de las dos terceras partes del Senado para
superar el “veto” de AMLO, lo que muy posiblemente no puedan conseguir los
partidos de derecha, después del resultado electoral del próximo 1º de Julio.
Todo ello
tiene en pánico a los oligarcas, tecnócratas, trasnacionales y subclase
política corrupta, por lo que es muy posible que si en las próximas dos semanas
Meade no crece como esperan, entonces se inicie la operación “cicatriz” con
Anaya y la creación del “TUCAMLO”, para así mantener el poder, como sea; y los
negocios mal habidos que han hundido a México por décadas.
López Obrador saca una
ventaja de 16 puntos a Meade (32 a 16%); mientras que sólo le saca 6 puntos a
Anaya (26%).
[2] http://www.eluniversal.com.mx/metropoli/edomex/nuevo-aeropuerto-costo-50-mmdp-mas
[3] http://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/aerotropolis-el-gran-negocio-del-aeropuerto
No hay comentarios:
Publicar un comentario