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Zapata

lunes, 9 de abril de 2018

OCCIDENTE E ISRAEL A UN PASO DE LA GUERRA CON SIRIA, IRÁN Y RUSIA

Como lo adelantamos desde hace semanas en este blog, Occidente e Israel, ante su derrota en Siria e Irak, pues sus mercenarios y terroristas quedaron fuera de combate, por la alianza de Rusia, Siria, Irán, Irak y Hezbollah; han decidido escalar el conflicto y revertir su derrota, primero intentando usar a los kurdos, lo que fracasó estrepitosamente ante la intervención turca; y ahora directamente, mediante la fabricación de un nuevo ataque de “falsa bandera” por parte de los mercenarios que estaban en el este de Gouhta y que ahora se desplazaron a Douma, en donde realizaron su criminal acción, para después endosárselo al gobierno de Assad.
El objetivo es el mismo, derrocar a Assad, acorralar y de ser posible iniciar una guerra contra Irán, que destruya al régimen de Teherán; echar del Medio Oriente a Rusia y evitar que China desarrolle en la región su nueva “Ruta de la Seda”.
Pero para ello esta nueva acción se requería realizar de manera veloz, para no dar tiempo a poner en duda la “culpabilidad” de Assad, ni que se realizara una investigación de los hechos, pues como se está observando en el otro ataque de “falsa bandera”, el caso Skripal, todo el teatro armado por el gobierno británico se le está cayendo a pedazos; y cada vez resulta más claro que Rusia no tuvo nada que ver en el mismo.
Pues bien, para evitar un nuevo ridículo, el ataque, la histérica propaganda occidental y las acusaciones machistas como las de Trump (el “animal Assad”); así como la respuesta militar, ahora realizada por Israel, a la base aérea siria de Homs, a través de aviones F-15, que ocasionaron la muerte de 14 soldados sirios, se realizó en menos de 72 horas; para de esa manera limitar la respuesta política y militar de Siria y Rusia, que por supuesto han negado la autoría del ataque por parte de los sirios; y para también abrumar a la zombificada opinión pública occidental con el fait accompli del ataque, la culpabilidad y el castigo, sin dar oportunidad de una respuesta de parte de los acusados, y menos de una investigación. Ahora los medios occidentales están difundiendo que el ejército sirio no permite la entrada de investigadores independientes para esclarecer el hecho, cuando saben perfectamente que esa zona está dominada por los mercenarios y terroristas, y son ellos los que permiten o no ese acceso; el ejército sirio tiene rodeada esa área y abrir un corredor para la entrada de los supuestos “investigadores”, que increíblemente ahora ya están en el lugar, representaría la posibilidad del ingreso de armas para los mercenarios y terroristas; o a la inversa, una vía de escape; por lo que forzosamente se requiere una negociación, que las potencias occidentales no están dispuestas a realizar. Los lacayos de Occidente realizan el atentado; pero Occidente es el juez, define a los culpables y administra el castigo. Qué cómodo.
Está claro que las apresuradas declaraciones de Trump, señalando la semana pasada que deseaba una pronta retirada de sus tropas de Siria; aunado al rápido derrumbe de la falsa narrativa anti rusa por el caso Skripal, que cada vez más se advierte como una fabricación de los servicios de inteligencia (no muy inteligentes por cierto) británicos; así como el inminente inicio de la Copa Mundial de Futbol en Rusia, lo que puede dar una imagen positiva de Putin; la reunión en Ankara de los líderes de Rusia, Irán y Turquía para definir un cese al fuego en Siria[1]; llevaron a los neoconservadores, el lobby pro Israel y el complejo militar-industrial-de seguridad de Washington, así como al propio Netanyahu, a realizar la operación en Douma, para seguir con el acorralamiento de Rusia; el escalamiento de la agresión contra el gobierno de Assad, y la preparación de la salida de Estados Unidos y posiblemente del lacayo gobierno francés de Macron, del acuerdo nuclear con Irán en el mes de Mayo; lo que puede implicar el banderazo de salida de las agresiones directas a Irán, y con ello obligar a Rusia a reaccionar, a menos de un mes del inicio del Mundial; lo que pondrá a Moscú en una posición delicada, pues responder con acciones militares al tsunami de provocaciones de Occidente e Israel, podría provocar un boicot al Mundial de parte de los países occidentales (algo que hará fracasar al Mundial); y de no generar una respuesta a las sanciones económicas y políticas de Washington y Europa por los supuestos ataques a los Skripal; en Douma y la inventada intervención rusa en las elecciones estadounidenses (y hasta en las europeas y mexicanas), debilitaría la posición rusa ante Occidente.
Lo que cada vez es más claro es que el doble juego hipócrita de Netanyahu de presentarse como amigo de Washington y de Moscú, ya no puede sostenerlo más, y por ello ordenó el ataque contra la base aérea siria, lo que debería dejar claro a Putin, que el dos caras de Netanyahu[2], no merece ya más consideraciones diplomáticas de su parte.
Lo que también está claro es que Occidente está decidido a enfrentar con todo y por todos los medios a sus competidores estratégicos en todo el planeta; pues la guerra comercial de Trump contra China; el encarcelamiento de Lula en Brasil; la encarnizada persecución política contra Cristina Fernández en Argentina; los crecientes ataques en la prensa estadounidense contra el puntero en las elecciones presidenciales mexicanas Andrés Manuel López Obrador; y las continuas presiones y amagos de intervención contra Venezuela (que durante la Cumbre de las Américas en Perú se intensificarán), demuestran que Occidente está decidido a mantener su hegemonía mundial a como dé lugar, sin miramientos y sin importarle las consecuencias desastrosas a las que llevará al planeta.



[1] Y habría que sumarle el fin de semana, el arrollador triunfo electoral de Viktor Orban en Hungría, un aliado de Putin.
[2] Además de que sigue con su criminal matanza contra los palestinos en Gaza, lo que no ha sido condenado por Occidente, ni lo será; con lo que demuestran su hipocresía con respecto a los ataques de “falsa bandera” en Siria.

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