Como lo
adelantamos desde hace semanas en este blog, Occidente e Israel, ante su
derrota en Siria e Irak, pues sus mercenarios y terroristas quedaron fuera de
combate, por la alianza de Rusia, Siria, Irán, Irak y Hezbollah; han decidido
escalar el conflicto y revertir su derrota, primero intentando usar a los
kurdos, lo que fracasó estrepitosamente ante la intervención turca; y ahora
directamente, mediante la fabricación de un nuevo ataque de “falsa bandera” por
parte de los mercenarios que estaban en el este de Gouhta y que ahora se
desplazaron a Douma, en donde realizaron su criminal acción, para después endosárselo
al gobierno de Assad.
El objetivo
es el mismo, derrocar a Assad, acorralar y de ser posible iniciar una guerra
contra Irán, que destruya al régimen de Teherán; echar del Medio Oriente a
Rusia y evitar que China desarrolle en la región su nueva “Ruta de la Seda”.
Pero para
ello esta nueva acción se requería realizar de manera veloz, para no dar tiempo
a poner en duda la “culpabilidad” de Assad, ni que se realizara una
investigación de los hechos, pues como se está observando en el otro ataque de “falsa
bandera”, el caso Skripal, todo el teatro armado por el gobierno británico se
le está cayendo a pedazos; y cada vez resulta más claro que Rusia no tuvo nada
que ver en el mismo.
Pues bien,
para evitar un nuevo ridículo, el ataque, la histérica propaganda
occidental y las acusaciones machistas como las de Trump (el “animal Assad”);
así como la respuesta militar, ahora realizada por Israel, a la base aérea
siria de Homs, a través de aviones F-15, que ocasionaron la muerte de 14
soldados sirios, se realizó en menos de 72 horas; para de esa manera limitar la
respuesta política y militar de Siria y Rusia, que por supuesto han negado la
autoría del ataque por parte de los sirios; y para también abrumar a la zombificada
opinión pública occidental con el fait
accompli del ataque, la culpabilidad y el castigo, sin dar oportunidad de
una respuesta de parte de los acusados, y menos de una investigación. Ahora los
medios occidentales están difundiendo que el ejército sirio no permite la
entrada de investigadores independientes para esclarecer el hecho, cuando saben
perfectamente que esa zona está dominada por los mercenarios y terroristas, y
son ellos los que permiten o no ese acceso; el ejército sirio tiene rodeada esa área y abrir un corredor para la entrada de los supuestos “investigadores”, que
increíblemente ahora ya están en el lugar, representaría la posibilidad del
ingreso de armas para los mercenarios y terroristas; o a la inversa, una vía de
escape; por lo que forzosamente se requiere una negociación, que las potencias
occidentales no están dispuestas a realizar. Los lacayos de Occidente realizan el atentado; pero Occidente es el juez, define a los culpables y administra el castigo. Qué cómodo.
Está claro
que las apresuradas declaraciones de Trump, señalando la semana pasada que
deseaba una pronta retirada de sus tropas de Siria; aunado al rápido derrumbe
de la falsa narrativa anti rusa por el caso Skripal, que cada vez más se
advierte como una fabricación de los servicios de inteligencia (no muy
inteligentes por cierto) británicos; así como el inminente inicio de la Copa
Mundial de Futbol en Rusia, lo que puede dar una imagen positiva de Putin; la
reunión en Ankara de los líderes de Rusia, Irán y Turquía para definir un cese
al fuego en Siria[1];
llevaron a los neoconservadores, el lobby pro Israel y el complejo militar-industrial-de
seguridad de Washington, así como al propio Netanyahu, a realizar la operación
en Douma, para seguir con el acorralamiento de Rusia; el escalamiento de la
agresión contra el gobierno de Assad, y la preparación de la salida de Estados
Unidos y posiblemente del lacayo gobierno francés de Macron, del acuerdo
nuclear con Irán en el mes de Mayo; lo que puede implicar el banderazo de
salida de las agresiones directas a Irán, y con ello obligar a Rusia a
reaccionar, a menos de un mes del inicio del Mundial; lo que pondrá a Moscú en
una posición delicada, pues responder con acciones militares al tsunami de
provocaciones de Occidente e Israel, podría provocar un boicot al Mundial de
parte de los países occidentales (algo que hará fracasar al Mundial); y de no
generar una respuesta a las sanciones económicas y políticas de Washington y
Europa por los supuestos ataques a los Skripal; en Douma y la inventada
intervención rusa en las elecciones estadounidenses (y hasta en las europeas y
mexicanas), debilitaría la posición rusa ante Occidente.
Lo que cada
vez es más claro es que el doble juego hipócrita de Netanyahu de presentarse
como amigo de Washington y de Moscú, ya no puede sostenerlo más, y por ello ordenó
el ataque contra la base aérea siria, lo que debería dejar claro a Putin, que
el dos caras de Netanyahu[2], no merece ya más
consideraciones diplomáticas de su parte.
Lo que
también está claro es que Occidente está decidido a enfrentar con todo y por
todos los medios a sus competidores estratégicos en todo el planeta; pues la guerra comercial de Trump contra China; el
encarcelamiento de Lula en Brasil; la encarnizada persecución política contra
Cristina Fernández en Argentina; los crecientes ataques en la prensa
estadounidense contra el puntero en las elecciones presidenciales mexicanas
Andrés Manuel López Obrador; y las continuas presiones y amagos de intervención
contra Venezuela (que durante la Cumbre de las Américas en Perú se
intensificarán), demuestran que Occidente está decidido a mantener su hegemonía
mundial a como dé lugar, sin miramientos y sin importarle las consecuencias
desastrosas a las que llevará al planeta.
[1]
Y habría que sumarle el fin de semana, el arrollador triunfo electoral de
Viktor Orban en Hungría, un aliado de Putin.
[2]
Además de que sigue con su criminal matanza contra los palestinos en Gaza, lo
que no ha sido condenado por Occidente, ni lo será; con lo que demuestran su
hipocresía con respecto a los ataques de “falsa bandera” en Siria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario