Honduras: el horror después del fraude
Juan Manuel Karg *
La jornada 3 de Diciembre de 2017
Bajo estado de sitio, que suprime las garantías constitucionales y en
medio de violentas represiones policiales, Honduras continuaba ayer cargando
dudosos datos de la elección presidencial del domingo pasado, casi una semana
después de la votación.
Las protestas contra el Tribunal
Supremo Electoral comenzaron el jueves, cuando por primera vez la tendencia,
anunciada a comienzos del lunes, cambió: Juan Orlando Hernández comenzaba a
superar misteriosamente a Salvador Nasralla, quien se anunciaba nuevo presidente
electo de Honduras y ya había recibido el saludo del tercer candidato en
cuestión, el liberal Luis Zelaya, además de presidentes latinoamericanos, entre
ellos Evo Morales Ayma.
La posibilidad de fraude había sido
anunciada una y otra vez por observadores y analistas que siguieron los
comicios dentro y fuera de aquel país. Incluso, la agencia francesa Afp, a la
que nadie podría tildar de partidaria de Nasralla, había destacado esa
posibilidad el sábado previo a la elección, en un informe audiovisual en el que
se presentaba el testimonio de diversos hondureños de a pie. Por este escenario
el ex presidente Manuel Zelaya Rosales, quien fue depuesto por un golpe de
Estado en 2009, pidió el viernes que se cuenten todas las actas en presencia de
todos los sectores políticos, seguro del triunfo de Alianza, el amplio espacio
político que se unificó contra la relección de Juan Orlando Hernández.
Pero todo se agravó: Hernández no solo
hizo caso omiso a ese pedido, sino decretó estado de sitio. Las imágenes que
circulan en videos amateur son elocuentes: gases lacrimógenos
cayendo cerca de periodistas, torturas a detenidos en protestas y tanques por
doquier en las calles. La impunidad de quien decide quedarse a como dé lugar.
Y, sobre todo, silencio internacional: los grandes medios continentales,
aquellos que cubrían minuto a minuto -aunque de modo parcializado, claro– lo
que sucedía en Venezuela hace apenas meses, ahora hacen mutis por el foro ante
el cuadro que se despliega en Tegucigalpa, San Pedro Sula y otras ciudades. El
presidente de la república y el presidente del Tribunal Supremo Electoral son
los principales culpables, declaró Nasralla sobre lo sucedido.
Párrafo aparte merece la dubitativa
actuación de las instancias regionales latinoamericanas y sudamericanas,
amesetadas por el cambio de color político en algunos países del Cono Sur. No
han actuado y no parecen dispuestas a hacerlo. La doble vara de algunos es
evidente: el autodenominado Grupo de Lima, que una y otra vez
expresó preocupación por la situación en Venezuela meses atrás, no puede emitir
palabra, porque precisamente Honduras, el Estado de Juan Orlando Hernández, es
uno de sus integrantes.
El horror después del fraude ha llegado
a Honduras. Lamentablemente, en forma de estado de sitio. Y será por 10 días
más, de acuerdo con la disposición. Juan Orlando Hernández y la derecha
regional parecen dispuestos a todo para no perder un país estratégico de
Centroamérica.
* Politólogo UBA/analista internacional
Twitter: @jmkarg
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