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Zapata

domingo, 10 de diciembre de 2017

UN FRENTE PARA ANAYA

El trepador, oportunista, traidor de sus protectores (Calderón) y aliados (cuidado PRD), y corrupto Ricardo Anaya Cortés logró su sueño, ser precandidato presidencial por el Frente “Ciudadano” por México o Por México al Frente, da igual como se llame; después de desplazar al fracasado calderonismo, ignorar al ya olvidado foxismo; y concertar una alianza (que sólo durará seis meses) con el dueño del Movimiento Ciudadano, Dante Delgado y con los “chuchos” del PRD, para desplazar a Mancera de la candidatura presidencial del frente, y así quedar como el único precandidato del mismo.
¿Por qué cedió Mancera, después de que “todo” el PRD le dio su respaldo? Básicamente porque hubiera tenido que ir sólo con el PRD a la candidatura presidencial, ya que Dante Delgado le había dejado claro que el Movimiento “Ciudadano” (MC) apoyaba la candidatura de Anaya. Y más relevante aún, si no aceptaba recular en sus ambiciones presidenciales, Mancera y su candidato (a) tendrían que ir a la elección en la Ciudad de México (CDMX) solos contra Morena, PAN y PRI, y eso sería la derrota segura. En cambio, con el apoyo del PAN en la CDMX (el MC no pinta en la ciudad), podrá competir contra Morena y eso es algo fundamental para las “tribus” perredistas, que saben que los recursos económicos y materiales del partido dependen de mantener la jefatura de gobierno en la CDMX; y por ello, fueron las “tribus” las que presionaron a Mancera para que finalmente aceptara que Anaya sea el candidato presidencial del frente, a cambio de que el PRD defina al candidato a la CDMX, que saldrá de tres prospectos.
El primero y favorito es Salomón Chertorivski, ex secretario de Desarrollo Económico, quien representa los intereses del “círculo Polanco”; grupo fundamentalmente compuesto por miembros de la comunidad judía de la ciudad, que durante 20 años han realizado jugosos negocios con los gobiernos perredistas, en materia de infraestructura de la ciudad, especulación inmobiliaria, privatización de las calles, los camellones y próximamente el agua y la basura. Para este grupo fabulosamente rico e influyente, lo más importante es que la CDMX siga siendo la fuente de sus enormes riquezas y por ello ahora ya no les interesa tener a un títere como Mancera al frente de la ciudad, sino a uno del grupo, para así asegurar la explotación bestial de la misma y de sus habitantes por los próximos 6, 12, 18 años, o los que se puedan.
Chertorivski compite contra dos piezas del “mancerismo” que no tienen tantos recursos económicos, pero que eventualmente podrían derrotarlo, si logran movilizar a las bases clientelares del perredismo en la ciudad; algo de lo que carece Chertorivski.
Así, Alejandra Barrales, que parece la opción principal de Mancera, y que fue substituida en el CEN del PRD por el cercanísimo colaborador de Mancera, Manuel Granados, intentará hacer valer los acuerdos que ella negoció con Anaya y Delgado, para que se le asigne la candidatura del frente en la CDMX; aunque no contaba con el poder económico de Chertorivski. Y el Dr. Armando Ahued, qué si bien es conocido en la ciudad y en la administración capitalina, poco podrá hacer ante sus adversarios, y quedará a la espera de que un impasse pueda provocar la designación de un tercero, como él, para la candidatura.
Por su parte,  Anaya sabe que los gobernadores panistas que no lo han apoyado del todo (como Mendoza Davis de Baja California Sur, que es muy cercano al candidato del PRI, Meade), tendrán que decidirse pronto a apoyar al candidato del frente, o romper con él y apoyar a Meade.
En todo caso, los gobernadores panistas que no apoyen a Anaya, tendrán que explicar a sus bases el porqué de esa posición; y sobre todo, si ello significa un apoyo tácito al candidato príísta, lo que podría resultarles muy costoso localmente.
Anaya tiene una larga cola que le pueden pisar, especialmente desde el gobierno peñista, al que ha traicionado en distintas negociaciones (“Fiscal Carnal”, elecciones locales del Estado de México y Coahuila, entre otras) y por ello van a ir dando a conocer a la opinión pública distintos expedientes sobre su oscuro pasado, en especial cuando fue secretario particular del gobernador de Querétaro, Francisco Garrido, período durante el cual su “familia política” (sus suegros, que son sus prestanombres), se hicieron de una fortuna inmobiliaria cercana a los 400 millones de pesos.

Por lo pronto, Anaya se sube al ring contra López Obrador y Meade, e intentará presentarlos a ambos como los representantes del pasado corrupto y autoritario, a pesar de que él formó parte de gobiernos corruptos y autoritarios como el de Garrido Patrón en Querétaro y el de Felipe Calderón (fue subsecretario de Turismo) a nivel federal, por lo que será muy ilustrativo ver como intenta desmarcarse de los gobiernos de Calderón y Fox; y al mismo tiempo trata de proteger a los aliados que trabajaron en esos gobiernos, como Santiago Creel y Jorge G. Castañeda. Total, la política es puro malabarismo, mentiras, demagogia y apostar a la corta, cortísima memoria de los ciudadanos de este país que seguirá hundido en la corrupción, la impunidad, la desigualdad, la violencia, la pobreza, a pesar de discursos, propuestas, promesas y proyectos de nación.

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