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Zapata

miércoles, 28 de octubre de 2015

NUÑO MAYER Y SUS PADRINOS

Aurelio Nuño Mayer fue nombrado secretario de Educación Pública en el gabinete de Enrique Peña Nieto el pasado 27 de Agosto en substitución de Emilio Chuayffet Chemor.
Antes, Nuño estuvo al frente de la Oficina de la Presidencia de la República desde el inicio del gobierno de Peña.
Desde su nombramiento como secretario de Educación Pública los medios de comunicación lo han situado como un posible precandidato a la presidencia de la República por el PRI, incluso con mayores probabilidades que los dos punteros iniciales, los secretarios de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong y de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso[1].  Se ha estado señalando que Nuño se ha ganado la confianza y la cercanía de Peña mucho más que los dos secretarios mencionados.
Nuño, junto con el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, permitió que la CNTE se radicalizara con objeto de desgastar la gestión de Chuayffet, para de esa manera debilitarlo y finalmente propiciar su salida (la suspensión de los exámenes de evaluación de los docentes, unos días antes de las elecciones intermedias de este año, fue la puntilla para Chuayffet); así, también su participación como uno de los principales negociadores del denominado Pacto por México, al inicio de la gestión de Peña, mediante el cual se aprobaron las “reformas estructurales” que son la base del plan de gobierno peñista, contribuyó de manera decisiva a su encumbramiento dentro del círculo cercano al presidente.
Nuño Mayer sólo tiene 37 años de edad, es originario de la ciudad de México (aunque sus padres son de Puebla); estudió Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Iberoamericana y una maestría en Estudios Latinoamericanos en Oxford, en donde tuvo como profesor al historiador australiano, especialista en la Revolución Mexicana, Alan Knight.
Si bien se inicia en el PRI (sin integrarse formalmente a él), como “vicecoordinador de Planeación Estratégica”[2] del grupo parlamentario de dicho partido en el Senado (2000-2006), el cual era encabezado por Enrique Jackson (ahora diputado federal) y dentro del cual estaban Emilio Gamboa (actual coordinador de los senadores priístas), Héctor Astudillo (nuevo gobernador de Guerrero) y Humberto Roque Villanueva (actual subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación), no es sino hasta que se convierte en coordinador de asesores del entonces presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados en 2009, Luis Videgaray, que se inserta al grupo mexiquense encabezado por el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. De 2010 a 2011 se integró al gobierno peñista como asesor.
Después colaboró en la campaña de Eruviel Avila para la gubernatura del Estado de México (2011) y finalmente se encargó de la mercadotecnia durante la campaña presidencial de Peña Nieto, en donde al parecer acabó por ganarse la confianza de este último, lo que le valió su nombramiento en la Oficina de la Presidencia.
Nuño nombró a un ex colaborador de Carlos Salinas (y del que fuera su jefe de la Oficina de la Presidencia, José Córdoba), Otto Granados (ex embajador en Chile, ex gobernador de Aguascalientes, ex vocero de la presidencia con Salinas), como Subsecretario de Planeación y Evaluación, cargo que realmente se encarga del aspecto político de tan importante secretaría y que define la estrategia que seguirá la misma dentro del plan de gobierno.
Así también, Nuño nombró como subsecretario de Educación Básica a Javier Treviño Cantú, originario de Nuevo León, quien fuera asesor de Colosio, después subsecretario de Cooperación Internacional en la Secretaría de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Ernesto Zedillo; secretario de gobierno en Nuevo León en la administración de Rodrigo Medina y diputado federal.
Como podemos ver, Nuño se encumbró rápidamente en la política (tenía 23 años cuando entró como “vicecoordinador de Planeación Estratégica” en el grupo parlamentario del PRI en el Senado), gracias a un continuo apoyo y protección de distintos miembros de la subclase política mexicana, destacando principalmente en los últimos 6 años, los siguientes: Videgaray (de quien todo parece indicar ya se desligó); Peña Nieto (que sigue siendo su principal protector); y ahora  ha establecido una alianza (¿o es acaso su nuevo mentor?) con el ex presidente Carlos Salinas.
Vale la pena mencionar también que Nuño podría tener el apoyo de un sector muy poderoso dentro de la economía y la política nacionales, si es que se confirma este vínculo.
Si bien su padre, el arquitecto Aurelio Nuño Morales, aunque nació en la ciudad de México, proviene de una familia poblana; su madre tendría origen judío (tal como la de Salinas de Gortari), por lo que según la tradición judía, dicha condición se hereda sólo a través de la madre (sin importar la religión, pues en este caso Nuño se adscribe como católico).
Si esto es así, Nuño bien podría convertirse en el candidato de una parte de esta influyente comunidad, que tiene vínculos con los lobby pro Israel de las principales potencias del mundo (Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, España), y por lo mismo se entendería el que recibiera el apoyo de importantes grupos empresariales y figuras políticas del exterior.
¿Será que el candidato “natural” de esas élites trasnacionales, que al parecer era Luis Videgaray –alumno y ex colaborador de Pedro Aspe- ha perdido fuerza y ya está en camino la transición hacia quien pretenden sea el heredero de Peña y protector de los intereses de esos grupos?




[1] Ambos desgastados y criticados; uno, Osorio por el desastre en materia de inseguridad, violaciones a los derechos humanos y el ridículo que implicó la fuga de “el Chapo” Guzmán; y Videgaray por el crecimiento económico decepcionante, los impuestos que se aprobaron en la reforma fiscal y que no gustaron a los oligarcas, y su muy pobre desempeño como articulador de las maravillosas “reformas estructurales” impuestas por el peñismo.
[2] es.wikipedia.org

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