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Zapata

jueves, 21 de noviembre de 2013

Insisten en el encubrimiento (21 de Noviembre 2013)

Durante toda esta semana hemos podido ver un esfuerzo concertado entre las principales televisoras de Estados Unidos (y sus rémoras mexicanas), para insistir que las "teorías de la conspiración" sobre el asesinato de JFK no tienen fundamento alguno, y que la explicación del "asesino solitario", Lee Harvey Oswald es la que debemos creer, porque así lo dicen las élites de Estados Unidos, que están muy conformes con esa teoría, pues así se evita preguntarse quiénes se beneficiaron del asesinato del presidente Kennedy, qué políticas fundamentales de ese país cambiaron, y con ellas el rumbo de la historia contemporánea, y como dichos cambios han afectado de manera negativa al mundo.

De ninguna manera pretendemos establecer aquí que JFK era el salvador del planeta, pero como ya analizamos en los dos artículos anteriores, JFK no estaba dispuesto a entrar en una desbocada carrera armamentista con la URSS, ni tampoco deseaba sacrificar a miles de jóvenes estadounidenses en las selvas vietnamitas.

Kennedy también se oponía firmemente a que Israel iniciara en el Medio Oriente una carrera armamentista, con su programa de fabricación de armas nucleares, y es muy probable que, como en su momento lo hizo Dwight. D. Eisenhower en 1956, hubiera obligado a Israel a salir del Sinaí en 1967, territorio que conquistó en la Guerra de los Seis Días, y no hubiera dejado pasar el criminal ataque de la aviación israelí al USS Liberty.

Es muy probable que Kennedy tampoco hubiera estado de acuerdo con el programa de espionaje del FBI, COINTELPRO, que permitía a J. Edgar Hoover mantener vigilados, no sólo a potenciales subversivos o criminales, sino a todo aquél personaje que a él le pareciera "sospechoso" o incluso "desagradable".

Además, Kennedy no protegía adecuadamente los intereses de ciertos grupos mafiosos judíos e italianos de Chicago, que al parecer ya estaban hartos de las políticas anticrimen de Robert Kennedy desde la Procuraduría de Justicia.

En resumen, varios grupos con enorme poder en Estados Unidos veían sus intereses y sus ambiciones seriamente afectados por Kennedy, y lo que menos deseaban es que estuviera otros 4 años en el poder, por lo que tramaron y ejecutaron su asesinato, con al menos la complacencia del vicepresidente Johnson, otro personaje que odiaba a los Kennedy.

De ahí que todo ese establishment, que sigue manejando los destinos de Estados Unidos, desee enterrar cualquier investigación seria que demuestre que el pobre diablo de Oswald, no fue más que un instrumento de esos mismos grupos, que lo utilizaron como "chivo expiatorio". Pero lo que nunca imaginaron era que el trastornado Oswald, no lo estaba tanto, y desde que fue arrestado la tarde del 22 de noviembre de 1963, no dejó de afirmar que él era sólo un "patsy", un simplón manipulable, que sirvió para cargarle la culpa. Por ello lo mataron, utilizando a otro mafioso de poca monta, el judío Jack Ruby, ligado a los criminales de Chicago, quien "de repente" tuvo una epifanía patriótica que lo llevó a matar a Oswald, cerrando así toda posibilidad de realizar una investigación a fondo sobre los móviles del supuesto asesino de Kennedy (Ruby entró armado a las instalaciones de la policía de Dallas, como "Pedro por su casa", y se acercó a Oswald sin que nadie lo detuviera).

Resulta de pena ajena ver la insistencia con que Televisa trata de vincular la errática estancia de Oswald en México con el asesinato, y peor aún, intentando implicar al régimen de Castro, por unas supuestas declaraciones de la escritora Elena Garro, a quien nadie en su sano juicio hizo caso nunca.

Todavía más patético resulta escuchar a los comentaristas de CNN afirmar que no hay duda de que fue Oswald quien mató a Kennedy, aunque no dan un sólo motivo de porque supuestamente lo hizo, y entrevistan a "testigos" y "expertos" que señalan que son mentiras todas las "teorías conspirativas" (las que si valen son las teorías de los locos, que se les ocurre matar presidentes); pero eso sí, no se atreven a analizar mínimamente ni una de esas "teorías", ni explican las vueltas inverosímiles de la bala "mágica", ni como los disparos desde atrás, se convirtieron en un disparo de frente que le voló la mitad de la cabeza a Kennedy, y decenas de hechos más, que por supuesto no tienen la intención de aclarar, sino sólo decir que no hay dudas de que Oswald fue el único tirador (tres disparos perfectos en menos de 7 segundos; o sea el mejor tirador del mundo entero).

Pero ¿por qué la familia Kennedy ha aceptado esta estúpida explicación del asesino solitario? Primero, recordemos que Bobby Kennedy nunca la creyó, y él deseaba aclarar el crimen, pero sabía que estaba rodeado de los enemigos de su hermano y de él mismo. 

Por ello buscó la presidencia en 1968, para denunciar la política criminal de Johnson en Vietnam y cambiarla, y desde la presidencia buscar las claves del asesinato de su hermano.

Los perpetradores del magnicidio de JFK no podían permitir que otro Kennedy los pusiera en riesgo y nuevamente no tuvieron ningún remordimiento en asesinar a Bobby (este año se cumplieron 45 años de ese asesinato, que por cierto pasó desapercibido para la mayoría de la gente). La clave de la conspiración para matar a JFK fue el asesinato de Bobby Kennedy, pues ello demostró que los mismos grupos de poder estaban decididos a evitar que esta influyente familia pusiera en peligro sus intereses y ambiciones.

Después del asesinato de Bobby Kennedy, le quedó claro a esta familia que enfrentarse a dichos grupos de poder (altos mandos de las fuerzas armadas y de los servicios de inteligencia, poderosos empresarios del complejo militar industrial, empresarios y políticos coludidos con la mafia, el lobby pro Israel que apoyaba todas las barbaridades y abusos de este país, y políticos ultraderechistas contrarios a las políticas demasiado liberales de los Kennedy), sería poner en peligro a toda su descendencia, por lo que optaron mejor por callarse e intentar colocar a otros miembros de la familia en posiciones políticas (por el asunto de Chappquiddick, los mismos grupos, lograron evitar que Edward buscara la presidencia; y , después vino ese extraño "accidente" aéreo en el que el hijo de JFK pereció en el mar).

De ahí que si se quiere buscar la verdad sobre estos hechos, no habrá forma de hacerlo a través de los medios de comunicación establecidos, pues ellos defienden estos crímenes, en la medida en que sus posiciones de poder, intereses y ambiciones, se ven favorecidos; y esperan que los ingenuos y desinformados televidentes, lectores o espectadores en los cines, a fuerza de presentar su mentira del asesino solitario una y otra vez, la acaben creyendo.

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