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Zapata

jueves, 10 de octubre de 2013

Minoría super poderosa (10 de Octubre 2013)

La designación de Janet Yellen como la nueva presidenta de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), ha generado un alud de comentarios de admiración y muy favorables sobre ella en diversos medios de comunicación y en las redes sociales. Se ha difundido con profusión sus estudios y trayectoria y se le califica como una persona tan preocupada por mantener a raya la inflación, como en la necesidad de seguir estimulando a la economía de Estados Unidos para que se creen los empleos que tanto necesita la población. Sin embargo, en todos esos comentarios y análisis se omite deliberadamente que esta señora forma parte del mismo grupo de tecnócratas -vinculados por estudios en las mismas universidades o por haber trabajado en el gobierno o en instituciones financieras, que llevaron al desastre a la economía de Estados Unidos y a la del mundo entero hace 5 años.
Janet Yellen forma parte de una minoría super poderosa que maneja las finanzas de los Estados Unidos, y a través de ellas, las del planeta, constituida por los mega bancos (ahora más fuertes y consolidados, después de que eliminaron a varios competidores con la crisis del 2008) que controlan a la Reserva Federal de los Estados Unidos. Como se sabe, la Reserva Federal es un sistema constituido por 12 bancos regionales, los que a su vez pertenecen mediante acciones, a unos cuantos bancos privados de Estados Unidos (Citigroup, JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Bank of America, entre los más relevantes);  la FED tiene la potestad de imprimir dinero y prestarlo, tanto al propio gobierno de los Estados Unidos, como al resto de instituciones financieras que componen el sistema. Ni el presidente, ni el Congreso de Estados Unidos pueden controlar o limitar ese poder de la Reserva Federal, que quedó establecido en su ley fundamental, aprobada casi a escondidas por los legisladores estadounidenses (a los que encontraron, pues muchos estaban de vacaciones), el 23 de diciembre de 1913 (hace casi 100 años).
Yellen jamás abrió la boca para alertar (antes de que sucediera), o denunciar las prácticas abiertamente fraudulentas, o por decir lo menos, irresponsables de los mega bancos que se dedicaron a "envolver" en instrumentos financieros muy complejos, como los derivados, los miles y miles de millones de dólares de préstamos hipotecarios que se habían otorgado por casi 15 años en los Estados Unidos, a personas sin capacidad de pago y que por lo mismo, eran una bomba que iba a estallar en cualquier momento. Estos bancos, que formaron parte de ese gran esquema de préstamos irresponsables, se dieron a la tarea de esconderlos en numerosos fondos e instrumentos de inversión, deuda y cobertura, que diseminaron por todo el mundo (como una verdadera enfermedad), con lo que la crisis que sólo hubiera afectado al sistema financiero de Estados Unidos (con eso ya se hubiera convertido en una crisis internacional), se esparció por todo el mundo. Uno de los principales culpables de toda esta maquinación fue el entonces presidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que primero alentó (junto con el entonces Secretario del Tesoro Robert Rubin) a que se otorgaran esos créditos hipotecarios riesgosos (los subprime, denominados así porque no llegaban a la calificación máxima de prime, es decir, contar con las suficientes garantías de que podían ser pagados), y después reventó a esos incautos que pidieron los préstamos, al elevar las tasas de interés, de prácticamente uno por ciento de interés en el 2001, a casi 6% para principios del 2007, con lo que el pago de intereses por dichos créditos (todos pactados a tasa variable, pues eran subprime), se fueron a la estratosfera, al subir en un lustro casi un ¡600%!
La señora Yellen, junto con Ben Bernanke (entonces el segundo de abordo de Greenspan) vieron y vivieron todo esto, y en ningún momento alzaron la voz para criticar, denunciar o proponer correcciones de fondo sobre este atraco. Es decir, ella forma parte de esta cábala de usureros y defraudadores que manipulan las finanzas internacionales a su antojo. Además, no contentos con haber defraudado cientos de miles de millones de dólares mediante estas operaciones riesgosas, los mega bancos y las casas de bolsa como Goldman Sachs apostaron contra los mismos instrumentos financieros que ellos colocaron en todo el mundo. Las bolsas son como un casino, y en diferentes formas se puede especular sobre si el precio de una acción o de un bono o un fondo de inversión o deuda, subirá o bajará en el futuro. Por supuesto, estos bancos y casas de bolsa que fraguaron el fraude, sabían que los instrumentos en los que "envolvieron" los miles y miles de créditos malos, se derrumbarían, por lo que los tres últimos años antes de que iniciara la catástrofe (que ellos propiciarían), estuvieron apostando a que los precios bajarían; y cuando finalmente sucedió, se embolsaron miles de millones de dólares más.
Para terminar, estos ladrones pusieron a uno de los suyos como secretario del Tesoro en el gobierno de George Bush, Henry Paulson, quien había sido toda su vida empleado de Goldman Sachs. Cuando vino el crash, Paulson se apresuró a exigir 700 mil millones de dólares para "salvar" a los bancos. Por supuesto, los consiguió de los ingenuos legisladores estadounidenses, que así llenaron aún más los bolsillos de los usureros de Wall Street; quienes en el camino fueron desechando instituciones financieras que ya no eran útiles, y consolidaron unos cuantos mega grupos financieros desde donde están ya preparando la siguiente crisis mundial, que los dejará aún más ricos y poderosos de lo que ya son. Así que todos esos comentaristas que se están derritiendo por la simpática señora Yellen, harían bien en poner un poco de mayor atención sobre los verdaderos intereses que ella va a proteger: los de sus patrones, los banqueros y casa bolsistas de Wall Street.

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