El rostro del autoritarismo
El hecho de que una científica
rechace la existencia de problemas que están a la vista de todos nos indica
que, de ganar la Presidencia, no habrá políticas públicas para solucionarlos.
Pablo Hiriart
mayo 21, 2024
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2024/05/21/el-rostro-del-autoritarismo/
Del pobre nivel del tercer
debate entre las candidatas presidenciales, conservo el escalofrío de haber
visto en la pantalla el rostro del autoritarismo en la persona de Claudia
Sheinbaum.
Para ella no existen los
problemas.
Para ella no existen los que
piensan diferente.
Al finalizar el debate borró
la sonrisa que forzó durante el encuentro, no volteó a ver a nadie para
despedirse, bajó y se fue como si no hubiera nadie más que ella en el foro.
Xóchitl la buscó con la
mirada.
Luego, la candidata opositora
volteó a ver a Máynez, esbozó un gesto para acercarse y el candidato de
Movimiento Ciudadano volteó la cara.
Esa escena final pintó mejor
que cualquier frase el momento en que se encuentra el país: en la antesala de
una dictadura.
O régimen autoritario con
tintes dictatoriales, como se quiera entender.
Y el papel de Máynez, que le
esquivó la mirada a Xóchitl para no despedirse. No fue por desprecio a la
candidata opositora, sino por terror a Sheinbaum.
Durante el debate Sheinbaum no
contestó, no dialogó.
De hecho no fue a un debate,
sino a un monólogo de mentiras y a ignorar a los demás.
Con lo enseñado el domingo
quedó claro que ella es la antítesis de la democracia.
Es todo lo opuesto a la
apertura.
La rigidez personal e
ideológica hecha candidata presidencial.
Si López Obrador la impulsó
con la idea de que Sheinbaum sea su Medvedev (el títere que usó Putin cuando se
retiró cuatro años de la Presidencia de Rusia para volver después), se equivocó
por completo.
Sheinbaum no es, en sentido
figurado, Medvedev. Es Putin.
Vimos en pantalla a una
creyente del pensamiento único: el suyo.
No oye a nadie ni habla con
nadie. Tampoco mira a nadie.
Mostró la frialdad del
autócrata y no la curiosidad del científico, que supuestamente es.
Cualquier científico, o
político con apertura de miras, sabe que para solucionar un problema primero
hay que reconocerlo.
Para Sheinbaum los problemas
no existen o están en franco declive.
El hecho de que una científica
rechace la existencia de problemas que están a la vista de todos nos indica
que, de ganar la Presidencia, no habrá políticas públicas para solucionarlos.
Su deshonestidad intelectual
fue evidente en el debate.
Escogió de manera selectiva
datos aislados y acomodó hechos específicos con el propósito de encubrir la
realidad o simular una situación inexistente.
Vivimos los días más violentos
del año, hay un vendaval de homicidios en el país, y ella seleccionó otros
datos para dar sustento a un argumento falso: la criminalidad va en retirada.
Dio lecciones para disminuir
la migración ilegal a Estados Unidos. Atacar las causas, dijo, y sólo señaló la
pobreza, y se refirió a América Central.
Eso es deshonestidad
intelectual.
México venía de dos sexenios
en que la tasa de migración hacia Estados Unidos se había reducido
prácticamente a cero (salidas contra regresos).
Durante el actual gobierno el
número de detenciones y expulsiones de mexicanos en la frontera (uno pudo haber
intentado cruzar muchas veces) ha sido histórico: 2 millones 800 mil.
La pobreza es uno de los
factores que impulsan la migración, pero el principal es la inseguridad y la
violencia en los países expulsores. México en primer lugar.
Se presentó como la candidata
de la democracia, y Morena tiene en el Congreso la propuesta de eliminar la
autonomía de la Corte y del INE.
Todo el poder al Ejecutivo y
su partido.
Planteó la desaparición de los
diputados plurinominales, que fueron creados para darle cabida en el Congreso a
las minorías, esencialmente a la izquierda. Ahora, ya en el poder, suprímanse
los pluris.
Con asombrosa sangre fría se
presentó como la candidata de la honestidad, contra “ellos”, es decir Xóchitl y
las fuerzas que la apoyan. Mostró gobernadores priistas y panistas tras las
rejas.
Esos gobernadores fueron
detenidos en los gobiernos del PRI y del PAN. Ahora los premian con embajadas
y, en cambio, persiguen a intelectuales críticos.
Vivimos en el gobierno de
mayor opacidad en el gasto público que se recuerde: ha cerrado como datos
secretos por diez y 15 años los gastos en las obras dispendiosas del sexenio.
La doctora rechazó, sin ningún
argumento, el informe elaborado por un equipo de científicos que concluyó que
300 mil mexicanos murieron de covid en la pandemia por negligencia del
gobierno. No debieron haber muerto.
Las maromas anticientíficas de
la candidata Sheinbaum, de profunda deshonestidad intelectual, nos recuerdan a
los jerarcas soviéticos que quisieron ocultar la catástrofe en la planta
nuclear de Chernóbil.
Sacó a colación la matanza del
68 para endosar a Xóchitl y a quienes la apoyan (“ellos”) la acusación de ser
“la represión, nosotros la libertad”.
Los principales fundadores de
Morena (López Obrador entre otros) entraron a militar al PRI después de la
masacre y jamás dijeron nada. Se fueron del PRI cuando el partido gobernante
abrió la economía y creó el IFE para iniciar la democratización del país.
Se podría llenar esta plana y
diez más con las muestras de deshonestidad intelectual dadas por Claudia
Sheinbaum en los debates.
Lo peor está en su talante
autoritario o dictatorial.
Arrogante y fría.
Dueña de la verdad absoluta.
La personificación de la
antítesis de la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario