La DEA está de vuelta
El comeback de la DEA no sólo se explica por la hábil
estrategia de comunicación de Anne Milgram. También va aparejado al aumento del
consumo de fentanilo y de las muertes por sobredosis que éste ocasiona.
Eduardo Guerrero Gutiérrez
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/eduardo-guerrero-gutierrez/2023/09/05/la-dea-esta-de-vuelta/
La Drug Enforcement
Administration de Estados Unidos (DEA) cumple cincuenta años.
Desafortunadamente, su larga historia ha estado marcada por los fiascos y los
abusos, tanto al interior de Estados Unidos como en las decenas de países donde
opera (actualmente cuenta con oficinas en 67 naciones). La DEA no sólo ha sido
la principal promotora global de la fallida estrategia punitiva de combate a
las drogas, sino que también se le identifica como una institución corrupta e
incompetente, frecuentemente ligada a escándalos. Por citar sólo un ejemplo, en
2022, el director regional en México de la agencia antidrogas, Nicholas
Palmeri, fue removido del cargo a sólo 14 meses de haber sido designado. Lo
anterior, después de que se descubriera que Palmeri había vacacionado en Miami
con un grupo de abogados que representan a algunos de los más connotados
narcotraficantes y operadores financieros del crimen organizado. Aunque la DEA
intentó inicialmente manejar la destitución de manera discreta, el escándalo se
filtró a principios de este año.
Hasta hace algunos años, esta
mala reputación, sumada a la progresiva legalización o despenalización de
algunas sustancias –y al auge de una nueva narrativa hacia las drogas, enfocada
en la salud pública–, hacían pensar que la DEA perdería gradualmente
protagonismo y recursos, al interior del aparato de seguridad de Estados
Unidos. Sin embargo, en los últimos tiempos, la agencia antidrogas parece tener
una renovada presencia en los medios y en el debate público al norte de la
frontera.
Parte de este resurgimiento
refleja el nombramiento, en 2021, de Anne Milgram como titular de la agencia
antidrogas. Milgram, una abogada que había hecho carrera en el sistema de
procuración de justicia, ha recurrido a un discurso agresivo y, en ocasiones,
simplista, pero sumamente eficaz, en el que los cárteles mexicanos figuran como
el gran enemigo público de la salud de los norteamericanos. Gracias a su
particular estilo, Milgram obtuvo una confirmación unánime del Senado a los dos
meses de haber sido nominada para el cargo por el presidente Biden (desde
tiempos de Obama ningún director había sido confirmado, y la DEA se había
acostumbrado a ser dirigida por encargados de despacho).
El comeback de la DEA no sólo
se explica por la hábil estrategia de comunicación de Anne Milgram. También va
aparejado a una crisis real de salud pública: el explosivo aumento del consumo
de fentanilo y de las muertes por sobredosis que éste ocasiona. De acuerdo con
cifras del National Institute on Drug Abuse, de 2015 a 2021 las muertes
asociadas a los opioides sintéticos, categoría que incluye al fentanilo, se
multiplicaron siete veces, hasta rebasar las 70 mil.
En este contexto, la semana
pasada la DEA anunció una importante actualización en su lista de los diez
criminales más buscados. Salieron de la lista algunos de los capos mexicanos
más relevantes, de forma destacada Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, así
como el Mayo Zambada. En su lugar se integraron personajes vinculados a la
facción de Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa, que se especializa precisamente
en el trasiego de fentanilo hacia Estados Unidos. Entre los nuevos nombres que
aparecen como los más buscados por la DEA está Iván Archivaldo Guzmán, hijo
mayor del Chapo.
El renovado protagonismo de la
DEA –una agencia con prácticas bastante cuestionables y que sigue enarbolando
la vieja estrategia de persecución de capos– es, en términos generales, una
mala noticia para México. La DEA presiona y seguirá presionando a las
autoridades mexicanas para que enfoquen sus recursos en el combate a las redes
de tráfico trasnacional de drogas. Lo anterior irá en detrimento del combate a
otras actividades más violentas y más nocivas para la sociedad y las
instituciones mexicanas, como la extorsión generalizada. Que Los Chapitos
sustituyan al CJNG como blanco prioritario ilustra este cambio.
Sin embargo, en la coyuntura
actual, tal vez haya un aspecto rescatable del involucramiento de la DEA. Anne
Milgram ha enfatizado que, además de los capos, buscará promover juicios y
extradiciones contra las autoridades que los protejan. De forma emblemática, en
2022, el Departamento de Justicia concretó la extradición del expresidente
hondureño Juan Orlando Hernández, ocasión que Milgram aprovechó para mandar una
advertencia a todos los políticos que reciban ayuda o financiamiento del
narcotráfico para sus campañas. A la luz de estas declaraciones, así como de la
intromisión descarada del Cártel de Sinaloa en las elecciones de 2021, es
altamente probable que, durante las campañas del próximo año, la DEA busque
exhibir cualquier vínculo de Los Chapitos con candidatos o apoyos que los
primeros brinden a los segundos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario