LA FRATERNIDAD UNIVERSAL Y AMLO
El pasado 9
de noviembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al encabezar una
sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, del cual México es
miembro no permanente por el periodo 2021-2022, propuso la adopción por la
Asamblea General de las Naciones Unidas del Plan Mundial de la Fraternidad y el
Bienestar[1], con el objeto de
garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas que viven en
condiciones de pobreza en todo el mundo.
El Plan no
sólo no ha sido tomado en serio por las principales potencias mundiales (dos de
las cuáles, China y Rusia, criticaron en la misma sesión del Consejo de
Seguridad que ese no era el foro apropiado para presentar dicha propuesta),
sino que ha ido cayendo rápidamente en el olvido, ante la “operación militar
especial” iniciada por Rusia en contra de Ucrania desde el 24 de febrero de
este año, y las consecuencias geopolíticas, económicas, diplomáticas y sociales
que han provocado en todo el mundo.
Sin embargo,
con la persistencia que caracteriza a AMLO, desde la presentación del
mencionado plan, no hay evento o reunión en la que el presidente mexicano no
haga referencia a la necesidad de la “fraternidad”.
La última,
fue cuando presentó, en términos generales, su visión de cómo deber ser la
reforma educativa que propondrá su gobierno (una más), en donde insistió que un
tema que debía tomarse muy en cuenta era la formación de los alumnos en el
humanismo y la “fraternidad”[2].
¿De dónde
sale este apego presidencial a ese término?
Con cierta
frecuencia AMLO hace mención sobre la consigna principal de la Revolución
francesa “Libertad, Igualdad y Fraternidad”; por lo que ese apego a la
“fraternidad” podría venir de ahí.
También
podría ser por la influencia del “cristianismo”, al que AMLO ya ha aceptado que
se adscribe, es decir no es católico.
En este
sentido, la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice)
dirigida por el pastor cristiano Arturo Farela Gutiérrez ha estado sumamente
cercana al gobierno de AMLO y a él en lo personal, como se ha hecho patente también
con el apoyo que el Partido Encuentro Solidario (antes Encuentro Social) ha
dado al gobierno de AMLO. Este partido fue fundado y está integrado por
seguidores de las iglesias cristianas evangélicas (en las últimas elecciones de
2021, perdió el registro al no alcanzar el mínimo establecido por la ley de 3%
de los votos válidos).
Ya tenemos
dos fuentes que explicarían ese apego presidencial al término “fraternidad” y a
su insistencia en incluirlo en casi todas sus intervenciones públicas.
Pero hay una
tercera fuente, quizás menos conocida, pero que también es factible que haya
influido poderosamente en el presidente para el uso reiterado del término
aludido. Y esta fuente es la del novelista Luis Spota (1925-1985).
Spota fue un
periodista y escritor mexicano (de padre italiano) muy conocido en los años
sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado, que escribió una saga de novelas
conocida como “la Costumbre del Poder”[3] (1975-1980) , en la que de
manera novelada y con nombres inventados y en un país ficticio, explica la
forma en que el presidente en turno (en ese entonces Luis Echeverría Alvarez)
escogería a su sucesor; y posteriormente cómo dicho sucesor (José López Portillo)
desarrollaría su campaña presidencial y su periodo presidencial.
En la última
novela La Vispera del Trueno (perdón por el spoiler), el personaje
principal, el presidente Víctor Avila Puig (supuestamente López Portillo), es
convencido por sus principales asesores de buscar ganar un premio denominado
“De la Fraternidad Universal”, sólo entregado cada 25 años a personajes
mundiales de la talla de Gandhi, Churchill o Patricio Lumumba.
Para ese fin,
todos los recursos financieros, materiales y humanos del gobierno son
utilizados para convencer al Comité encargado de dar el premio (formado por 99
personalidades de todo el mundo), de que lo conceda a Avila Puig; y se usa para
ello la recién descubierta “riqueza petrolera” del país, con la que se trata de
comprar, convencer y hasta chantajear a gobernantes y personalidades mundiales
para que el susodicho presidente, gane el mencionado premio.
Al final, es
un obispo sudafricano (se supone que sería Desmond Tutu) el que gana el premio,
con la consecuente frustración del presidente Avila Puig.
También en
la misma novela, el mencionado presidente dirige su política para que en un
referéndum, se le ratifique como presidente y así pueda estar otros 5 años en
el poder.
Y para
rematar, durante toda la novela se perfila la manera en que, ante la ineptitud,
corrupción y desfiguros de los gobernantes civiles, los militares comienzan a
asumir cada vez más y más funciones y roles en el gobierno, hasta que al final
de la novela, acaban por establecer una especie de tutela sobre Avila Puig,
quien no tiene otra opción más que hacer lo que las fuerzas armadas le ordenan.
Demasiadas
coincidencias con lo que ha sucedido durante el gobierno de AMLO como para no
pensar que el entonces joven funcionario López Obrador (como delegado del
Instituto Nacional Indigenista en Tabasco, a fines de los años setenta y principios
de los ochenta), no hubiera leído algunas de las entonces muy famosas novelas
de Spota, y no se hubiera quedado con muchas de las ideas expresadas en las
mismas. Es sólo una especulación.
[1]
https://presidente.gob.mx/presidente-propone-a-la-onu-aplicar-plan-mundial-de-fraternidad-y-bienestar-para-revertir-la-pobreza-global/#:~:text=Explic%C3%B3%20que%20se%20trata%20de,tarjeta%20o%20monedero%20electr%C3%B3nico%20personalizado.
[2]
Fraternidad: Unión y buena correspondencia entre hermanos o entre los que se
tratan como iguales.
Raluy Poudevida, Antonio; Diccionario Porrúa de la
Lengua Española; Editorial Porrùa; México, 1976; 10ª edición.; p.338
[3]
Retrato Hablado, Palabras Mayores, Sobre la Marcha, El Primer Día, El Rostro
del Sueño y La Víspera del Trueno.
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