LA OPOSICIÓN SE DILUYE. MORENA SIN RIVAL PARA EL 2024.
Después de
las desangeladas reuniones de fin de semana y año de los principales partidos
políticos de “oposición” (PAN, PRI y Movimiento Ciudadano), ha quedado claro
que la reinstauración de un partido hegemónico, al estilo del viejo PRI, es un
hecho.
Para
empezar, el principal partido de “oposición”, el Partido Acción Nacional (PAN),
es un conjunto de intereses mezquinos que sólo buscan reposicionarse en los
puestos de poder (gubernaturas, senadurías, diputaciones, alcaldías), pues
están conscientes de que en los próximos dos años, perderán todavía más
gubernaturas y presidencias municipales en los estados, y Morena alcanzará a
mal gobernar entre 22 y 24 entidades federativas (contando a San Luis Potosí, “gobernada”
por el impresentable Ricardo Gallardo del PVEM).
Por ello, la
lucha entre los grupos que apoyan, por un lado, al debilitado dirigente
nacional Marko Cortés; y por otro, cada uno por su lado, a los expresidentes
Calderón y Fox, así como el nuevo grupo que se está formando en torno a
Santiago Creel; más los que aún sueñan con la candidatura presidencial del
perseguido Ricardo Anaya, es por recoger los pedazos de este partido,
después de que quede con unas cuantas gubernaturas y alcaldías, con vistas a
las elecciones presidenciales del 2024.
Saben
perfectamente que de no ir juntos con PRI, MC y lo que queda del PRD, no tienen
ninguna oportunidad ante Morena y sus oportunistas aliados PVEM, PT y PES.
En suma, el
PAN tratará de convencer a alguno de los partidos que conformaron la coalición
Va por México, con objeto de presentar una lejana posibilidad de competencia a
la candidata(o) de Morena y aliados; pero en realidad están luchando más por su
supervivencia como grupos incrustados dentro del PAN, para seguir viviendo del
presupuesto.
No tienen
proyecto de país, no presentan alternativas viables al desacreditado y odiado
neoliberalismo; y menos aún al populismo de nuevo cuño, subido en un
pseudo-nacionalismo ramplón y en la ya conocida fórmula de la economía mixta, la
rectoría del Estado y un muy deficiente Estado de Bienestar que intenta renacer
de sus cenizas.
El PRI por
su parte, sabe que o se sube a la nave de Morena, o perece. Por ello la facción
dominante de lo que queda del “partidazo”, representada por Alejandro Moreno y
Rubén Moreira, ya está orientando al partido hacia la “social democracia” y en
contra del neoliberalismo[1]; para así poder explicar,
sin “tragar tantos sapos”, como es que van a apoyar al presidente en su reforma
eléctrica, que eliminará la que los gobiernos priistas y panistas impulsaron
cuando estuvieron en el poder.
Al parecer,
una parte del PRI, lidereada por la sobrina del “jefazo” Carlos Salinas, la de
la senadora Claudia Ruiz Massieu, aún intentará dar la batalla contra la fusión
PRI-Morena, pero lleva las de perder.
Y peor aún
para dicha facción, puesto que Moreno, actual dirigente del PRI, ya amenazó que
intentará ser el candidato presidencial de la “oposición”, lo que sería la
muerte de cualquier posibilidad de alianza con el PAN, que jamás aceptaría que
este político de tercer nivel, encabece una coalición en la que el PAN aportaría
las dos terceras partes de los probables votos.
Por si fuera
poco, el Movimiento Ciudadano, ya anticipó en su convención, que no se unirá a
otros partidos de “oposición” para las elecciones presidenciales del 2024, lo
que seguramente le garantizará una votación no mayor al 10 o 12%; muy lejos de
Morena, pero suficiente para desbaratar cualquier posibilidad de que haya una
real competencia en esos comicios; y con ello, el MC se convierte por supuesto
en el principal partido “palero” del actual gobierno. Como en su momento lo
fueron el PPS y el PARM, durante los tiempos del viejo PRI.
Ante ello,
el PRD, que ya es como una especie de muerto viviente, pues también adelantó
que podría presentar su propia candidatura presidencial, con lo cual cualquier
posibilidad de un frente unido de la “oposición” ha quedado en el basurero.
Como lo
hemos dicho hasta el cansancio en este blog, Morena se está convirtiendo en la
nueva arena para la disputa por la presidencia, ya sin importar las elecciones
formales; tal como sucedía durante la época de la hegemonía priista; y por lo
tanto, los grupos de poder económico, político y mafioso se insertan, se
acercan y se presentan ante los hombres y mujeres de poder del gobierno de
López Obrador y de Morena, para negociar sus intereses (ahí están las recientes
reuniones de Consejo Mexicano de Negocios, por tres horas con López Obrador; y
la del presidente de Televisa, Emilio Azcárraga, él sólo con el presidente, por
dos horas).
“Que todo
cambie, para que todo siga igual”.
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