Iconos

Iconos
Zapata

miércoles, 10 de octubre de 2018

EL MAYOR PROBLEMA: INSEGURIDAD Y VIOLENCIA (III)

¿Qué propondrá el gobierno de López Obrador?
El gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a partir del 1º de diciembre próximo, está por dar a conocer su plan en materia de seguridad y al parecer dos leyes relativas a las víctimas de los delitos; así como a la amnistía.
AMLO insistió durante la campaña presidencial que se requería “perdonar”, para pacificar al país; sin que nunca quedara del todo claro a quién se debía perdonar y qué consecuencias jurídicas tendría ese perdón. Aunque hizo énfasis en que debían ser las víctimas y las familias de las víctimas, las que tendrían que otorgarlo en primera instancia.
La amnistía[1] se entendió como un “perdón” a todo tipo de criminales y corruptos, con objeto de limpiar así el camino a la nueva administración, evitándole tener que comprobar las culpas y seguir los procesos judiciales de los cientos de miles de delitos, principalmente los graves, que se han cometido en las últimas décadas; por lo que generó un rechazo muy extendido en la sociedad.
Después se intentó limitar el concepto a un perdón sólo a aquellos jóvenes, mujeres y/o campesinos, que se vieron forzados a delinquir por el crimen organizado, ya sea como distribuidores de droga al menudeo; o como cultivadores de marihuana y amapola; o incluso a aquellos presos por posesión de cantidades relativamente menores de drogas. Pero en ningún momento se aterrizó del todo esta última idea.
La amnistía también se pudo entender como el perdón a miembros de grupos armados subversivos (EPR, ERPI, etc.) y a integrantes de las fuerzas armadas y cuerpos policiales, por la comisión de delitos en su encargo, con objeto de reintegrar a los primeros a la sociedad; y de evitar un mayor deterioro en la confianza en las instituciones armadas y de seguridad, en el segundo caso. Pero tampoco se precisó si la amnistía se refería a esto.
De ahí que la propuesta de ley (o leyes) sobre las víctimas (reparación del daño, derecho a conocer la verdad, comisiones al respecto, etc.); y en su caso, sobre la amnistía, puede comenzar a aclarar estas dudas.
AMLO también insistió (aunque su equipo encargado del tema de seguridad, nunca lo avaló del todo) en la creación de la Guardia Civil (no se sabe cómo se coordinará o complementará con la Gendarmería, las Fuerzas Federales de la Policía Federal; con los Cuerpos de Defensa Rurales, etc.) con integrantes del Ejército, la Marina y la Policía Federal.
Y en materia de inteligencia, ya se estableció que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, hasta ahora dependiente de la Secretaría de Gobernación, pasará a la reestablecida Secretaría de Seguridad Pública Federal, con todos los inconvenientes que tiene el mezclar dos tipos diferentes de inteligencia, como la relativa a la seguridad nacional, con la enfocada a la seguridad pública.
Ahora se ha hablado también de dividir al país en 260 secciones o cuadrantes, para hacer el diagnóstico y el combate a la criminalidad en cada uno, disponiendo de hasta mil elementos federales (entre soldados, marinos, guardias civiles, gendarmes, policías federales, etc.) en cada uno de ellos. Es decir, un total de 260 mil elementos,[2] lo que implicaría que prácticamente la totalidad de las fuerzas armadas estaría integrada a labores de seguridad pública; o en su caso, se requeriría contratar a decenas de miles de nuevos reclutas, lo que implicaría una enorme erogación presupuestaria.
De las políticas públicas que ya se han puesto en práctica en el país, aún no se sabe cuáles de ellas se mantendrán, cuales se reformarán y cuáles se eliminarán (capacitación permanente y certificación de policías locales y estatales; mejorar sueldos y prestaciones de cuerpos policiales; mejorar equipos humanos y técnicos forenses; funcionamiento de C4 o C5; establecimiento de mandos únicos en cada entidad; mantener y mejorar el sistema de estadísticas, la coordinación interinstitucional y la cooperación internacional; homologación de códigos penales; aumento de penas en delitos graves; aumento del número de personal calificado destinado a la procuración y administración de justicia; incentivar la denuncia de los delitos; mejorar la prevención de los mismos; etc.).
AMLO ha puesto una gran importancia en estrechar la cooperación interinstitucional, tanto a nivel de las dependencias federales, como entre estas y los estados y municipios; y para ello ha señalado que él encabezará todos los días una reunión de madrugada, con los altos mandos de las fuerzas armadas y de las secretarías encargadas de la seguridad, para supervisar esa coordinación y que las decisiones que se tomen ahí, efectivamente se lleven a la práctica.
También se ha planteado la despenalización del uso de la marihuana, no sólo con fines medicinales y/o terapéuticos, sino tambien incluso recreacionales; y también el cultivo de la amapola, con objeto de disminuir la violencia vinculada al tráfico y consumo de las drogas. Ambas medidas, de intentar llevarse a la práctica, seguramente generarán rechazo en diversos sectores sociales, y especialmente en el gobierno de Estados Unidos; que acaba de promover, en el marco de la realización de la Asamblea General de las Naciones Unidas, un nuevo acuerdo de lucha contra las drogas, principalmente centrado en la prohibición y en la represión del consumo y la oferta de drogas.
Tantos temas en un problema tan complejo, que ya constituye el principal para el conjunto de la sociedad mexicana; la que, por ejemplo, sólo en 2017 registró un millón de heridos en asaltos, quienes perdieron en los mismos un total de 1,928 millones de pesos; mil millones de los cuales fueron para curar sus heridas.
México es el país con la cifra negra (delitos no denunciados) más alta de América Latina con 94%[3], debido a que: la gente considera que es una pérdida de tiempo denunciar (31%); desconfianza en la autoridad (16%); consideran que el delito que sufrieron es de poca importancia (11%); falta de pruebas (11%); trámites largos y difíciles (9%); por miedo al agresor (8%); por actitud hostil de la autoridad (3%); y, otros (10%).
De ahí que si el nuevo gobierno no presenta un plan coherente, integral (vinculación con la sociedad civil y la internacional; coordinación entre órdenes de gobierno e interinstitucional; adecuación pertinente del marco legal; reforma del sistema penitenciario, tanto a nivel federal como de los estatales; modernización de la procuración y administración de justicia; presupuesto suficiente y exento de derroches y corrupción; evaluación permanente y transparencia de toda la política pública relativa al tema de la seguridad) y que considere tanto el combate a la criminalidad en el corto y mediano plazos; así como las condiciones socio económicas y políticas que se necesitan para prevenir y disminuir la violencia y la inseguridad en el largo plazo; la ciudadanía no va a dar cheques en blanco, ni va a tener paciencia.
La sociedad, en caso de que el nuevo gobierno no dé resultados satisfactorios en este tema (no más de dos años sería un plazo razonable), responderá armándose y organizándose por su cuenta (autodefensas; policías comunitarias), con todos los riesgos que ello implica (desconocimiento de la autoridad; violaciones del marco legal vigente; linchamientos, etc.); y buscará líderes que le propongan salidas fáciles y por lo general autoritarias (tipo Bolsonnaro en Brasil); incluso “cuasi fascistas”, lo que puede acercar al país muy rápidamente a una dictadura militar, si el gobierno civil no sabe o no puede responder a la principal demanda del pueblo de México:
ALTO A LA INSEGURIDAD Y A LA VIOLENCIA. ALTO A LA IMPUNIDAD Y A LA CORRUPCIÓN. NI PERDONES, NI AMNISTÍAS, SI NO HAY JUSTICIA PRIMERO.



[1] La amnistía se tiene que otorgar a través de una ley, que extingue los antecedentes y la responsabilidad penal de aquellos que cometieron un delito. En cambio, un indulto es un acto administrativo del Poder Ejecutivo, que no elimina ni antecedentes penales, ni la responsabilidad del culpable de un delito. Lo que hace el indulto es perdonar la pena impuesta por la comisión de un delito. La amnistía elimina al delito por completo.
[2] Las fueras armadas mexicanas cuentan con 267,500 elementos y la Policía Federal con 40 mil.
[3] Seguido de El Salvador con 90%; y Brasil y Ecuador con 80%.

No hay comentarios:

Publicar un comentario