Hoy por
medio de Twitter el presidente Donald Trump anunció el despido de Rex Tillerson
como Secretario de Estado y nombró en su lugar al “halcón”, Mike Pompeo, hasta
hoy director de la CIA. En lugar de Pompeo nombró a la que será la primera
mujer directora de esta organización, y quien estuvo involucrada en los centros
de detención clandestinos de la CIA y en el programa de torturas durante el
gobierno de George W. Bush, la hasta hoy Subdirectora de esa agencia, Gina
Haspel (trabaja en la CIA desde 1985 y es considerada una de las funcionarias más
inclinadas al uso de la tortura, las detenciones y las operaciones clandestinas).
El
nombramiento de estos dos “halcones” en puestos tan relevantes, después de
recibir la visita de Netanyahu el 5 de marzo pasado (que llegó a Washington
para participar en la reunión anual de AIPAC)[1], no es una coincidencia.
Netanyahu
señaló al final de la larga entrevista que tuvo con Trump, que el tema fue Irán.
Y es que Netanyahu requiere ahora más que nunca que Estados Unidos aísle
nuevamente al régimen de Teherán y reinicie las hostilidades contra el de Bashar
el Assad en Siria, debido a que el Primer Ministro israelí enfrenta tres
acusaciones de corrupción en Israel y comienza ya a mencionarse a su Ministro
de Educación, Naftali Bennett, como posible reemplazo, de tenerse que convocar
elecciones anticipadas por los problemas legales de Netanyahu.
De la misma
forma, Netanyahu requiere ahora una nueva guerra en el Medio Oriente, porque la
derrota de los mercenarios y terroristas a los que apoyó para derrocar a Assad
en Siria, ha abierto la oportunidad a Irán para profundizar su presencia e
influencia en Siria y Líbano, lo que para la estructura de defensa y seguridad
de Israel constituye un riesgo mayúsculo, ya que Hezbollah tendrá más apoyo
logístico y de armamento; Assad se fortalecerá en el gobierno de Damasco e Irán
podrá tener una salida al Mar Mediterráneo, con su presencia en Líbano y Siria.
Por ello,
Netanyahu está presionando a sus aliados sionistas en el mundo para que inicien
lo antes posible acciones militares contra Siria, y nuevamente el pretexto del
supuesto uso de armas químicas en el Este de Ghouta, en donde el ejército sirio
está acabando de desalojar a los terroristas apoyados por Israel, constituye la
justificación perfecta para que Macron en Francia (lo está considerando) y
Trump en Estados Unidos inicien ataques contra los sirios, y de esa forma
evitar la consolidación del régimen de Assad.
De igual
manera, Netanyahu insiste en que se desbarate el acuerdo nuclear con Irán, para
lo que ya no tiene que convencer a Trump; pero resulta que Tillerson se oponía
a ello, por lo que Netanyahu presionó lo suficiente para que Trump removiera a
Tillerson, y en su lugar se nombrara a un “halcón” anti iraní, títere de
Netanyahu, como Pompeo. Y en lugar de éste, a una sociópata y criminal como
Gina Haspel, quien se encargó de la brutal tortura a un ciudadano árabe (Abu
Zubaydah), al que consideraba un terrorista, y al que finalmente no se le sacó
ninguna información relevante.
Ahora, a
raíz del caso Zubaydah (que perdió un ojo a consecuencia de las torturas), el
Centro Europeo de Derechos Humanos y Constitucionales ha solicitado a la Procuraduría
alemana, una orden de arresto contra Haspel, que por supuesto no ha sido
concedida ( y ahora lo será menos, con su nuevo nombramiento).
En vista de
que Netanyahu ya tiene en la bolsa a Trump y a los funcionarios que llevarán a
cabo la estrategia contra Irán y Siria, era necesario quitar presión al aparato
militar estadounidense, para que puediera dedicar todas sus energías contra el
régimen iraní.
De ahí surgió
la decisión de la reunión con Kim Jung-Un, con objeto de evitar que Estados
Unidos tuviera que enfrentar dos conflictos mayores, uno en Asia-Pacífico y
otro en Medio Oriente.
La enorme
influencia del lobby pro Israel logró que el gobierno de Estados Unidos se
enfocara en Irán y Siria, y abriera una puerta para disminuir las presiones en
la península coreana.
De lo que se
trata es que en los próximos meses Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e
Israel, ya sin tener que depender de mercenarios ni de terroristas, sino
utilizando sus propias fuerzas armadas, puedan revertir la derrota que
sufrieron ante Rusia, Irán, Siria y Hezbollah; y para ello se requería evitar
una crisis militar en Asia-Pacífico, por lo que se le dará un respiro (quizás
por un año) a Kim Jung-Un, en tanto se intenta revertir la derrota que los
países occidentales sufrieron en Medio Oriente.
Pero para
lograr eso, también requieren arrinconar a Rusia, y para ello se ha
intensificado la presión, con el inventado atentado contra un ex espía ruso en
Inglaterra, que dará el pretexto perfecto para aplicar más sanciones a Moscú y
alinear a todos los países de la OTAN en ejercicios militares y amenazas al
régimen de Putin; así como el muy probable reinicio de los ataques de Ucrania,
a las provincias pro rusas del Este (para eso le vendió nuevo armamento el
gobierno de Trump al régimen de Kiev); sin descartar algún atentado espantoso
durante la Copa Mundial de Futbol en Rusia (por algo increíblemente y en el último
momento, la selección de Estados Unidos quedó eliminada ante el débil Trinidad
y Tobago); todo con objeto de mantener ocupada y cercada a Rusia (probablemente
se organizarán manifestaciones de los aliados pro occidentales en Rusia,
denunciando un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales de
este 18 de marzo), para que no pueda intervenir con los suficientes recursos
militares, en ayuda de Assad o de Irán, una vez que se inicien las
provocaciones y finalmente los ataques contra estos dos países (y contra
Hezbollah e incluso contra el ejército de Líbano, ya que Israel se quiere
apropiar de todos los yacimientos de gas, frente a las costas de este país).
En fin, que
el gobierno de Trump es sólo una agencia del de Netanyahu y de la élite pro
sionista en el mundo, que no están dispuestos a permitir que otros países les
diputen su hegemonía en el Medio Oriente, ni que intenten detener la anexión
completa de los territorios palestinos, dejando a la población de los mismos
como parias (ya preparan Trump y Netanyahu un “plan de paz” que “tiene que
aceptar” la Autoridad Palestina, en el cual prácticamente se elimina la
creación de un Estado Palestino, y sólo quedarán pequeños territorios
desconectados entre sí, dominados por el Ejército israelí y dependientes de lo
que decida el gobierno de Tel Aviv).
[1]
La principal organización pro sionista de los Estados Unidos, de las miles que
existen en ese país.
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