Las élites políticas y económicas que han gobernado este país
los últimos 35 años, enfocan sus prioridades en el mantenimiento de su poder y
privilegios, a toda costa; en la preservación del modelo económico actual, que
le permite al 10% de la población, acumular el 65% de la riqueza; y en continuar
con la “asociación”, que realmente es una subordinación completa, a la potencia
hegemónica mundial, Estados Unidos, a pesar del rechazo que enfrentan del
titular del Poder Ejecutivo de ese país, Donald Trump.
Como objetivos complementarios, estas élites esperan mantener
la “paz social y el orden”; es decir, que las clases subordinadas sigan
siéndolo, sin protestar ni inconformarse; que no surjan contra élites que les
disputen el poder, y en caso de que se presente esta eventualidad, puedan ser
rápida y eficazmente derrotadas (política, económica, social e incluso
militarmente, de ser necesario); y que las instituciones puedan mantener ese
control sobre la población y los posibles competidores, a través de la menor
utilización posible de la coerción; aunque cuando sea necesario, no se titubee
en aplicarla.
En resumidas cuentas para los tecnócratas, los oligarcas, las
trasnacionales, la subclase política corrupta, el aparato de seguridad y los
cárteles de la delincuencia organizada, su objetivo en el 2018 es que todo siga
igual, o que mejoren sus posiciones de poder político y económico. De ahí que
lo principal es convencer a la ciudadanía de que siga votando por las opciones
sistémicas (PRI y Frente “ciudadano”), rechazando cualquier otra opción que no
se amolde a esos objetivos (Morena).
En caso de que la mayoría de la población no se “convenza”
con la propaganda del sistema para que sigan votando por su permanencia; ni que
la compra del voto, los mecanismos clientelares e incluso la coerción, sean
suficientes para lograr el objetivo; entonces se recurrirá al fraude cibernético
e incluso al más tradicional, el de los “carruseles”[1],
los “tacos”, el voto de los “muertos”, etc., especialmente en las zonas rurales
más atrasadas. Al respecto, en las últimas elecciones locales en el Estado de
México, resultó claro que las autoridades electorales no pudieron, ni quisieron
evitar o castigar varias de estas prácticas, que acabaron favoreciendo al PRI.
¿Pero para la ciudadanía, cuáles son las prioridades que
deberían considerar los candidatos y partidos políticos para el próximo ciclo
electoral?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto
Gubernamental realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), dada a conocer en Abril de este año, estos son los principales
problemas para la población mexicana:
1.
Inseguridad
y delincuencia con el 70.42% de las menciones[2].
Esta respuesta fue la más frecuente en 24 de las 32 entidades federativas.
2.
Desempleo
50.98%. Llama la atención que el desempleo sea considerado como el segundo
problema más grave en el país, si tomamos en cuenta que el gobierno de Peña
Nieto se ha autodefinido como el “gobierno del empleo”, al haberse formalizado
o creado más de 3 millones de empleos durante su sexenio, la mayoría de ellos con
sueldos menores a 3 salarios mínimos al mes.
3.
Corrupción
48.47%. Este sexenio se ha caracterizado por haber sido uno de los que mayores
escándalos de corrupción ha tenido en las últimas décadas, y eso se refleja en
las respuestas de la población. Llama la atención que no aparezca en los
principales puntos el de la impunidad, lo que denota que la mayoría de la
población aún no vincula esta falta de castigo a delincuentes y corruptos, con
la corrupción, inseguridad y delincuencia.
4.
Pobreza
39.29%. Aunque las cifras oficiales señalan que la pobreza ha disminuido a
menos del 50% de la población, la realidad es que una buena parte de los
habitantes del país han estado, siguen y seguirán estando en esa condición, y
la política económica aplicada en las últimas tres décadas, no ha conseguido,
ni es su propósito tampoco, sacarlos de dicha postración.
5.
Mal
desempeño del gobierno 30.85%. Esto refleja la gran insatisfacción de los
habitantes con la ineficacia, abuso y corrupción de los gobernantes, en todos
los niveles, órdenes y ramas del gobierno.
6.
Mala
atención de centros de salud y hospitales 17.87%. Esto representa especialmente
la falta de atención adecuada y medicamentos en el sector público, encargado de
atender a la mayoría de la población.
7.
Baja
calidad de la educación pública 13.99%. No es tan elevada la insatisfacción
ciudadana con la educación pública, pero esto no necesariamente es un reflejo
de la reforma educativa implementada por el gobierno peñista, ya que aún no se
ha completado, y apenas tiene un par de años de que inició formalmente.
8.
Mala
aplicación de la ley 8.32%. Este rubro está muy vinculado con el principal
problema, relativo a la inseguridad y delincuencia, y como en el punto
anterior, aún es pronto para saber si la reforma al sistema de justicia penal
tendrá una repercusión favorable o negativa en la percepción de la población en
este rubro.
Hay otros temas que mencionó la ciudadanía en la encuesta,
pero estos son los principales, y como se puede apreciar están muy lejos de la
preocupaciones de las élites, que se están disputando el poder entre ellas,
para seguir saqueando al país; sin importarles un pepino lo que a la mayoría de
la población le afecta y que deberían ser las prioridades, no discursivas, sino
de políticas públicas, de partidos políticos y candidatos, para las elecciones
del próximo año.
[1]
Grupos de votantes que son llevados a sufragar en varias casillas; los “tacos”
se refieren a la inserción de varias papeletas en la urna, envueltas en una de
ellas; votar con identidades falsas, como las de personas ya fallecidas, etc.
[2]
No va a sumar cien por ciento, en vista de que los encuestados respondieron de
mayor a menor importancia los temas que consideran los más graves. http://www.impactosocialconsultores.com/blog/2017/4/19/cules-son-los-principales-problemas-sociales-para-los-mexicanos
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