Aún sin candidatos oficiales a la Presidencia de la
República, comienzan a esbozarse algunos escenarios para las elecciones
federales y en 9 entidades federativas el próximo año; así como para la atribulada economía mexicana.
Considerando que el gobierno de Peña y el eje
tecnócratas-oligarcas están decididos a mantener, a como dé lugar, la política
depredadora neoliberal y el régimen corrupto imperante, es factible que
intenten repetir las condiciones que llevaron al cuestionado “triunfo” del PRI
en las elecciones del Estado de México, utilizando todos los recursos legales e
ilegales del Estado para mantener el poder (compra y coacción del voto;
clientelismo político; uso faccioso de los recursos financieros y materiales
del gobierno, fraude cibernético, etc.). Estas condiciones prevalecerían para
los tres escenarios previstos.
ESCENARIO “CONTINUISTA”:
Este es el escenario que esperaría lograr el gobierno peñista
y sus aliados.
Política.- En este escenario, la coalición PRI-PVEM con su
candidato (Meade) logra el “triunfo” con un par de puntos de ventaja sobre
Morena-PT (López Obrador) y 3 puntos sobre el “frente” PAN-PRD-MC (Mancera[1]
o Anaya)[2].
Se presentarían las consabidas protestas de la izquierda por
el fraude, pero relativamente reducidas (con el candidato presidencial perdedor,
asumiendo una actitud muy prudente), lo que permitiría al gobierno
controlarlas; y suponiendo un triunfo de Morena en la capital de la República y
una buena representación en el Congreso, la inconformidad tendería a disiparse.
El “frente” entraría rápidamente en negociaciones con Meade,
para que en el presupuesto del 2019 se le reconociera su “civilidad”; además,
tendría una mayor presencia estatal con una victoria en Jalisco; y, en caso de
que hubiera sido Mancera el candidato, esperaría su “recompensa” con un puesto
en el gabinete.
Economía.- Si bien cediendo en varios temas, como aceptar la
revisión quinquenal del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN);
aumentar el contenido regional de los automotores, beneficiando principalmente
a los Estados Unidos; y, aceptando algunas restricciones estacionales en las
exportaciones agropecuarias, la tecnocracia logra que Trump no deseche el
TLCAN, con lo que el peso se estabiliza; el crecimiento económico se mantiene
en lo previsto (2 a 2.5%); y mediante la disminución del impuesto a las
gasolinas, al menos durante el primer semestre del año, se mantienen los
precios en rangos “aceptables” (aunque una vez superada la elección, el
subsidio disfrazado a los combustibles desaparecería, y habría un nuevo
“gasolinazo” para fines del 2018).
ESCENARIO DEL “IMPASSE”:
Política.- En este escenario, una de las dos coaliciones
sistémicas, PRI-PVEM o PAN-PRD-MC, queda empatada con Morena-PT, en alrededor
de 34 puntos porcentuales, mientras la otra queda un par de puntos abajo.
O, las tres coaliciones quedan prácticamente empatadas con el
33% de los votos.
En ambos casos, toda la presión cae sobre las autoridades
electorales; y en última instancia, sobre el Tribunal Electoral para definir al
ganador.
Tomando en cuenta que el Tribunal está claramente inclinado
hacia el gobierno y el PRI, sería factible esperar una decisión favorable a dicha
coalición, o en su caso a la del “frente”.
En ambas posibilidades, Morena-PT recurriría a
movilizaciones, bloqueos, etc. y ello podría desatar la represión gubernamental,
utilizando las previsiones de la aprobada “Ley de Seguridad Interior”.
La demonización de la izquierda por no aceptar los
resultados; el endurecimiento del saliente gobierno peñista; la exacerbación de
las pasiones partidistas en la calle; y las provocaciones de los grupos duros
del régimen, en contra de organizaciones sociales y ciudadanos críticos del statu quo, se intensificarían, generando
una situación parecida a los acontecimientos del 68; y por lo tanto, se
incrementaría la posibilidad de la irrupción de los militares, en la “solución”
del impasse.
Economía.- A pesar de los esfuerzos de los tecnócratas
mexicanos por complacer a Trump en las negociaciones del TLCAN, éste decide que
le es más redituable demostrar a su base electoral que es duro contra México, y
anuncia la terminación del tratado comercial para 2019. Sin llevar a cabo su
promesa inmediatamente, deja la “espada de Damocles” sobre el gobierno
mexicano, esperando que la debilidad del siguiente gobierno (sin importar el
partido), lo obligue a ser más “razonable” y a aceptar las exigencias
estadounidenses.
Ello llevaría a una mayor incertidumbre en las inversiones y
en la paridad del peso-dólar; y disminuiría el crecimiento económico a 1.5 ó 2%
para 2018.
Se mantendría el subsidio a las gasolinas, para evitar una
reacción aún más violenta de la población, en especial, en caso de que el
“triunfo” electoral se le adjudicara al PRI, mediante decisión del Tribunal.
Obviamente si en este escenario se incluyera la posibilidad
de que el TLCAN hubiera sido aprobado, como se estableció en el Escenario
Continuista, la situación económica sería más controlable para el gobierno.
ESCENARIO DE “CAMBIO”:
Política.- En este escenario la coalición Morena-PT logra el
triunfo con un 35% de los votos, sobre las dos coaliciones pro sistémicas, que
terminan con una votación similar (32.5%).
Los observadores internacionales y la participación ciudadana
para cuidar la votación, inhiben en medida suficiente el fraude electoral y
ello permite el reconocimiento de la victoria de la izquierda por las
instancias electorales.
A partir de ese momento, si bien el gobierno de Peña y las
dos coaliciones perdedoras inician inconformidades ante las autoridades
electorales, con objeto de bloquear el triunfo de Morena-PT; la principal
estrategia gubernamental y de los oligarcas es generar una crisis económica, amagando
con fuga de capitales y advirtiendo a los inversionistas extranjeros sobre las
posibles medidas “populistas” del nuevo gobierno.
El objetivo es que López Obrador llegue condicionado y “contra
la pared” al gobierno; con objeto de forzarlo a moderar sus propuestas de
política económica y para evitar una campaña contra la corrupción, que ponga en
riesgo a la subclase política corrupta.
Economía.- Dependiendo de si aún está “en el aire” el TLCAN,
o ya ha sido rechazado por Trump, la coalición Morena-PT podrá tener mayor o
menor margen de maniobra, tomando en cuenta que el eje tecnócratas-oligarcas
hará todo lo posible por presionar interna y externamente al nuevo gobierno,
para que no toque el modelo depredador neoliberal.
Si el TLCAN ya no está vigente, ello le daría más margen de
maniobra a López Obrador, pues no estaría en espera del final de las
negociaciones o en su caso de la decisión de Trump de salirse o no; pues ello
constituiría un elemento más de presión de tecnócratas y oligarcas sobre él,
para que mantuviera a México en el TLCAN.
Aun así, es factible que la campaña contra el nuevo gobierno,
tanto en medios de comunicación nacionales como internacionales, para obligarlo
a ratificar a los tecnócratas al frente de Hacienda y Economía y para dar su
apoyo al modelo económico imperante, llevaría en el 2018 a una mayor
depreciación del peso frente al dólar; la tecnocracia aumentaría nuevamente el
impuesto en las gasolinas, para provocar un nuevo “gasolinazo” y así presionar
la situación económica en la que llegaría el gobierno de López Obrador; y una
posible salida concertada de capitales, provocaría una disminución del
crecimiento económico a entre 1.5 y 2% para 2018.
Los tres escenarios son meras especulaciones, ya que puede
haber diversas combinaciones y como en las elecciones de 1994, aún pueden
suceder eventos inesperados, como la irrupción de grupos subversivos (antiguos
y/o nuevos); descontrol absoluto de la violencia criminal (un nuevo
Ayotzinapa); o un magnicidio (alguna figura de la política nacional o incluso los
candidatos), que cambiaría por completo el panorama.
Pero el escenario actual, en el que la coalición gobernante,
en combinación con el “frente” opositor, que sólo es una variante dentro de la
misma coalición, han decidido descabezar o en su caso seguir controlando por
completo instituciones fundamentales para el país y para las elecciones del
próximo año, como la Procuraduría General de la República (hay un interino); la
Fiscalía Anticorrupción (aún no se nombra a nadie); la Fiscalía Especializada
contra Delitos Electorales (corrieron sin miramientos al fiscal y ahora pondrán
a uno que se acomode a sus intereses); y próximamente la Auditoría Superior de
la Federación (en donde seguramente nombrarán a alguien que les “cuide las
espaldas” por su demencial corrupción), es desolador; y constituye el escenario
perfecto para generar una crisis mayúscula como la del “impasse”.
[1]
Ante el furibundo ataque del gobierno federal y sus aliados oligarcas contra
Anaya, por lanzar sin su “permiso” su precandidatura, y la caída en picada de
la “independiente” Zavala; ahora están inflando a Mancera, que como se sabe
está en la bolsa del “circulo Polanco”, grupo de especuladores inmobiliarios y
“empresarios” consentidos del gobierno capitalino, que ponen a la venta y comercializan todo a su paso: calles,
parques, agua, basura, etc.
[2]
35% contra 33 y 32, respectivamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario