¿GUERRA HÍBRIDA CONTRA AMLO?
Esa es la
nueva teoría del gobierno del presidente López Obrador (AMLO). Que los intereses
de la “mafia del poder”, que ahora sólo está constituida por medios de comunicación
críticos, algunos empresarios encabezados por Claudio X. González (Kimberly
Clark)[1], trasnacionales españolas,
el Partido Acción Nacional (PAN) y los expresidentes
Vicente Fox, Felipe Calderón y el que sería el “jefe” de toda la trama, Carlos
Salinas de Gortari, han iniciado un “golpe blando” o una “guerra híbrida” con objeto
de derrocar a AMLO.
La hipótesis
es que, en vista de que electoralmente no pueden derrotar a la coalición
gobernante (Morena, PT, PVEM y ahora al parecer también el PRI), los intereses
económicos y políticos que se beneficiaron con los gobiernos neoliberales (1982-2018),
están promoviendo una “guerra mediática” en contra del proyecto de “transformación”
del gobierno de AMLO, por lo que el presidente ha llamado claramente a que
todos los actores políticos, sociales y económicas asuman un bando: o están con
él (y con la “transformación” de México y la “purificación” de la vida pública
nacional); o están con sus enemigos (todos los que no están con él).
En suma,
reitera lo que afirmó en su discurso por el tercer aniversario de su
administración, el 1 de diciembre del 2021: están conmigo o en contra mía; no
hay “medias tintas”. A la George Bush.
No hay mayor
peligro para una verdadera democracia (que México nunca lo ha sido), ni para
los derechos y libertades de los ciudadanos, que desde el poder político se
establezca tajantemente que cualquier crítica, cualquiera, se considere un
intento de golpe de Estado. Esa es la definición de dictadura, más bien de
totalitarismo.
Stalin,
Franco, Pinochet, Mao, definían en esos términos “aliado o enemigo” la política
interna y también la externa de sus países. No podía haber una crítica sana del
quehacer público, ni contrapesos institucionales y de la propia sociedad civil.
Las objeciones, críticas, inconformidades, son consideradas como parte de la
estrategia de los enemigos internos, y por lo tanto deben ser eliminadas,
aplastadas.
Sólo se
permiten los elogios, los aplausos, las alabanzas, a los líderes, al gobierno.
Cualquier otra expresión es parte de un ”complot” maligno para destruir al
gobierno y por supuesto, al país mismo.
Qué tristeza
que el gobierno que se suponía iba a corregir precisamente todos esos excesos,
injusticias y abusos de poder, ahora esté usando los mismos instrumentos (espionaje,
información confidencial, amenazas, etc.) que utilizaron los gobiernos de
derecha, a los que tanto atacó y criticó (justificadamente).
Lo peor de
todo esto es que no sólo se ha polarizado a niveles peligrosísimos la sociedad
mexicana, con dos bandos usando las peores prácticas e instrumentos para
lastimarse mutuamente, sino que los principales problemas del país han quedado
olvidados y mal atendidos por esta lucha por el poder entre dos coaliciones que
ponen al pueblo como pretexto para sus ilegales acciones, que finalmente es el
que resulta golpeado por la corrupción, la ineficacia, la ambición, la demagogia
y la megalomanía de quienes se proclaman los líderes de estos dos polos, que
están acabando por destruir al país.
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