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Zapata

miércoles, 16 de febrero de 2022

 ¿GUERRA HÍBRIDA CONTRA AMLO?

Esa es la nueva teoría del gobierno del presidente López Obrador (AMLO). Que los intereses de la “mafia del poder”, que ahora sólo está constituida por medios de comunicación críticos, algunos empresarios encabezados por Claudio X. González (Kimberly Clark)[1], trasnacionales españolas,  el Partido Acción Nacional (PAN) y los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y el que sería el “jefe” de toda la trama, Carlos Salinas de Gortari, han iniciado un “golpe blando” o una “guerra híbrida” con objeto de derrocar a AMLO.

La hipótesis es que, en vista de que electoralmente no pueden derrotar a la coalición gobernante (Morena, PT, PVEM y ahora al parecer también el PRI), los intereses económicos y políticos que se beneficiaron con los gobiernos neoliberales (1982-2018), están promoviendo una “guerra mediática” en contra del proyecto de “transformación” del gobierno de AMLO, por lo que el presidente ha llamado claramente a que todos los actores políticos, sociales y económicas asuman un bando: o están con él (y con la “transformación” de México y la “purificación” de la vida pública nacional); o están con sus enemigos (todos los que no están con él).

En suma, reitera lo que afirmó en su discurso por el tercer aniversario de su administración, el 1 de diciembre del 2021: están conmigo o en contra mía; no hay “medias tintas”. A la George Bush.

No hay mayor peligro para una verdadera democracia (que México nunca lo ha sido), ni para los derechos y libertades de los ciudadanos, que desde el poder político se establezca tajantemente que cualquier crítica, cualquiera, se considere un intento de golpe de Estado. Esa es la definición de dictadura, más bien de totalitarismo.

Stalin, Franco, Pinochet, Mao, definían en esos términos “aliado o enemigo” la política interna y también la externa de sus países. No podía haber una crítica sana del quehacer público, ni contrapesos institucionales y de la propia sociedad civil. Las objeciones, críticas, inconformidades, son consideradas como parte de la estrategia de los enemigos internos, y por lo tanto deben ser eliminadas, aplastadas.

Sólo se permiten los elogios, los aplausos, las alabanzas, a los líderes, al gobierno. Cualquier otra expresión es parte de un ”complot” maligno para destruir al gobierno y por supuesto, al país mismo.

Qué tristeza que el gobierno que se suponía iba a corregir precisamente todos esos excesos, injusticias y abusos de poder, ahora esté usando los mismos instrumentos (espionaje, información confidencial, amenazas, etc.) que utilizaron los gobiernos de derecha, a los que tanto atacó y criticó (justificadamente).

Lo peor de todo esto es que no sólo se ha polarizado a niveles peligrosísimos la sociedad mexicana, con dos bandos usando las peores prácticas e instrumentos para lastimarse mutuamente, sino que los principales problemas del país han quedado olvidados y mal atendidos por esta lucha por el poder entre dos coaliciones que ponen al pueblo como pretexto para sus ilegales acciones, que finalmente es el que resulta golpeado por la corrupción, la ineficacia, la ambición, la demagogia y la megalomanía de quienes se proclaman los líderes de estos dos polos, que están acabando por destruir al país.



[1] En vista de que la mayoría de los oligarcas ahora ya son “aliados” de AMLO.

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