La prudencia imprudente del
presidente
Si quería evitar un
precedente de intervencionismo, podría haber sido dueño de su silencio, como
otras veces
Hernán Gómez Bruera
https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2020/11/10/la-prudencia-imprudente-del-presidente-223772.html
Puedo coincidir con el presidente López Obrador en
que la decisión de postergar la felicitación a Joe Biden fue guiada por el
interés de ser prudente. Hay un antecedente: en la elección de 2000, cuando
George Bush aventajó a Al Gore por un cerrado margen, Ernesto Zedillo no
expresó postura alguna mientras duró la controversia, muy a pesar de que varios
líderes del mundo se precipitaron en felicitar al ganador.
Por más que el margen de victoria de Biden se
antoje irreversible, como explica la siempre asertiva Natalia
Saltalamacchia (shorturl.at/nruC0),
emitir una felicitación cuando uno de los jugadores no reconoce el resultado y
no se ha producido una declaratoria formal de triunfo o una sanción legal que
lo avale, influye inevitablemente en el proceso y puede contravenir el
principio de no intervención consagrado en la Constitución.
En lo que no puedo coincidir con el Presidente es en el descuido
de sus palabras al hablar de todo esto. Hasta ahora, tirios y troyanos, habían
reconocido que, en la relación con Estados Unidos,
López Obrador había actuado con la prudencia adecuada. Esta vez, sin embargo,
reflejó una falta de contención que –aunque no resultará fatal para la relación
bilateral, como quiere ver la oposición— será como empezar con el pie
izquierdo.
Si el Presidente no quería sentar un precedente de
intervencionismo ni enemistarse con Trump, en sus casi
tres meses restantes de gobierno, podría haber sido dueño de su silencio, como
otras veces. Lo que tocaba en un caso como éste era cuidar milimétricamente sus
palabras o —¿por qué no? — simplemente recurrir a un guion escrito por
diplomáticos de carrera. A veces es bueno seguir el criterio de los
profesionales.
En lugar de eso, después de aseverar que “no queremos ser
imprudentes”, AMLO cometió al menos tres imprudencias: La primera: extrapolar
lo ocurrido en EU, con la elección de México en 2006,
dejando así abierta la duda de un posible fraude en el país vecino. Pero, ¿Qué
necesidad? La segunda: repetir una vez más, durante la mañanera del lunes, que
“Trump ha sido respetuoso con nosotros”, generando innecesariamente sospechas
sobre una simpatía o preferencia con el todavía presidente.
Para colmo agregó algo ostensiblemente falso: que el presidente
Trump no ha sido “injerencista.” Pero, ¿Qué necesidad? La tercera, mientras
formulaba una crítica a los medios mexicanos, no tuvo mejor idea que citar el
caso de censura al mensaje de Trump por parte de medios de comunicación de EU,
como ABC,
CBS y NBC, que decidieron cortar la transmisión del mensaje presidencial por
lanzar acusaciones sobre un fraude electoral. Con ello, AMLO pone
a Trump en un papel de víctima frente a los medios de su país y termina por
opinar sobre asuntos de política interna de otra nación, sobre los cuales dice
no querer opinar. De nuevo, ¿pero qué necesidad?
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