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Zapata

miércoles, 11 de septiembre de 2019

EBRARD EL CAPATAZ


El cipayo[1] Ebrard, muy ufano declaró en Washington que México presentó al gobierno de Estados Unidos los “éxitos” para reducir los flujos migratorios hacia ese país.
Se congratuló de que no hubo amenazas de aranceles o “tonos agresivos” hacia México, e incluso señaló que el presidente Trump lo saludó y él interpretó ese gesto como “vemos con buenos ojos lo que están haciendo”.[2] Y ya nada más para taparle el ojo al macho, dijo que promovió la propuesta de “congelar” el flujo de armas ilícitas hacia nuestro país. ¿Congelar? Las irá a meter a un refrigerador. No sabe ni cuantas armas llegan desde Estados Unidos, ni por dónde entran, pero “promovió” que las “congelen”. JA, JA, JA. Realmente si esto no fuera ya la humillación más patética de la diplomacia mexicana desde el Pacto de la Embajada durante la Decena Trágica en 1913, sería de risa loca.
Este pelele, que se hace llamar Secretario de Relaciones Exteriores de México, va corriendo a rendirle cuentas a sus amos estadounidenses, sobre lo que el servil gobierno de López Obrador hace para quedar bien con la potencia hegemónica, y evitar los rayos y centellas que saldrían de la Casa Blanca contra la casa de cartón en que se ha convertido el Palacio Nacional. En donde por cierto se esconde el así llamado “Presidente de México”, que pretende defender la soberanía nacional, entregando al gobierno de Trump absolutamente todo lo que le exija. Ningún gobierno neoliberal entreguista de derecha había llegado al nivel de servilismo como el de este pseudo gobierno patético de “izquierda”.
Vean a Erdogan en Turquía, le está exigiendo a Trump que establezca una zona segura en el norte de Siria, a donde pueda enviar a un millón de refugiados sirios (en Turquía hay 3.6 millones); y a la Unión Europea, que le envíe muchos más recursos para mantener al resto en su país (los europeos le han entregado 6.7 mil millones de dólares); de lo contrario, permitirá que esos millones de sirios inunden el continente europeo.
El presidente turco usa todos los medios que tiene a su disposición para que las potencias occidentales asuman su responsabilidad en la crisis de los refugiados. No le tiembla el pulso.
Pero el ignorante y asustadizo López Obrador cree que entregándole a Trump todo lo que pida lo mantendrá tranquilo. Lo que sucede es justo lo contrario; alimenta su codicia, sus exigencias y su arrogancia.
López Obrador es el Moctezuma moderno, quien creyendo que con regalos de todo tipo iba a convencer a Cortés de que regresara a sus tierras, lo único que logró fue incentivar la ambición del conquistador, que acabo arrebatándole su imperio al cobarde e ingenuo Moctezuma; quien por cierto, debido a su traición, murió apedreado por el pueblo azteca.
Y de Ebrard, qué se puede decir. Está entregando los últimos jirones de la soberanía nacional, aprovechándose de la ignorancia en temas internacionales de López Obrador, y de su pavor a Trump, para venderse al gobierno estadounidense como el candidato presidencial confiable para el 2024. Y como parte de su estrategia, está el apoderarse de ese cascarón que es Morena, a través de Mario Delgado, para evitar que alguien más le obstaculice su candidatura. Los oligarcas ya lo ven como uno de sus prospectos, pues es el “moderado” del gabinete.
Y López Obrador terminará por escogerlo como su sucesor, como lo hizo cuando era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, a pesar de las barbaridades que hizo Ebrard como Secretario de Seguridad Pública (aumento irrefrenable del crimen en la ciudad, los linchados de la Policía Federal en Tláhuac en 2004, etc.).
Pero para entonces México ya no tendrá nada que decir en materia de política exterior, migratoria, de seguridad e inteligencia, comercial y militar, pues todo se decidirá en Washington y Nueva York; y claro, Ebrard será nombrado el capataz de los gringos en la hacienda llamada México.


[1] Secuaz a sueldo; en la India era el soldado al servicio de Francia, Portugal y la Gran Bretaña en los siglos XVIII y XIX.

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