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Zapata

viernes, 3 de agosto de 2018

¿DE DÓNDE SALDRÁ EL DINERO PARA LOS PROYECTOS DE LÓPEZ OBRADOR?

Ayer el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señaló que todos los mexicanos tendrán que contribuir para el desarrollo del país, refiriéndose a los impuestos, a los que ahora no se les llamará así, sino “contribuciones”.[1] De igual forma señaló que ya no se deben condonar impuestos y recomendó a los gobiernos municipales no aumentar, en términos reales, las contribuciones por agua y predial.
Los detractores de AMLO han señalado continuamente que todas sus promesas de campaña y sus propuestas desde que ganó las elecciones implican un costo altísimo. Insisten en que no hay recursos para todo lo que propone hacer AMLO como becas para estudiantes, nuevas universidades, reconfiguración de refinerías (y por lo menos la construcción de una más); plantar un millón de árboles; aumentar pensiones a adultos mayores y ayudas a discapacitados y madres solteras; realización de proyectos de infraestructura como el del Istmo de Tehuantepec, el tren rápido de la Riviera Maya y el que iría a Querétaro, entre otros.
Según “analistas” del periódico El Financiero[2] las propuestas de AMLO costarían anualmente 1 millón de millones, 20 mil 400 millones de pesos.
El presupuesto de egresos para 2018 sumó un total de 5 billones 279 mil 667 millones de pesos, de los cuales 2 billones, 379 mil, 219 millones de pesos fueron para “desarrollo social”; 1 billón, 051 mil, 494 millones de pesos para “desarrollo económico”; 1 billón, 476 mil, 502.5 millones de pesos para gasto “no programable” (para financiar obligaciones; aquél que no se usa para proveer de bienes y servicios a la población, ni para la operación del gobierno); y, 372 mil, 450.4 millones de pesos para la operación del gobierno.[3]
AMLO ha propuesto que una parte importante de este presupuesto se reoriente, se racionalice y se compacte, de tal manera que se consigan ahorros, como por ejemplo en compras del gobierno, en disminución de salarios y prestaciones de la alta burocracia; en reducción de gastos innecesarios como compras de vehículos para los funcionarios, remodelación de oficinas, asesores, guardaespaldas, secretarias, choferes, etc.
Es difícil saber en estos momentos, cuánto dinero del presupuesto podrá ahorrarse o redireccionarse para cumplir con las promesas de López Obrador.
Pero lo que sí sabemos es lo que año con año los “contribuyentes” de este país dejan de pagar de impuestos, y que estarían obligados a hacer.
En estudios recientes realizados por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) y la Universidad de las Américas (Puebla)[4] se señala que se evade el pago de impuestos en el equivalente al 2.6% del Producto Interno Bruto, es decir alrededor de 510 mil millones de pesos al año. Los principales evasores son los arrendatarios (tasa de evasión de 76.22%); las personas físicas con actividad empresarial con el 68%; las personas morales o empresas con el 30%; mientras que las personas físicas asalariadas no declaran su ISR en un 13.43%[5].
La mayor parte de la evasión fiscal proviene de actividades empresariales y no de los causantes cautivos que reciben salarios y que deben pagar tasas de hasta 35%, mientras que según la organización Fundar, el 10% de las personas más ricas del país sólo pagan en promedio un 11% de tasa de Impuesto sobre la Renta[6].
Por otro lado, el SAT condona, regresa o permite deducir impuestos a los grandes contribuyentes, lo que entre 2013 y 2016 sumó un total de 994,712 millones de pesos.
Tan sólo en 2016 el SAT devolvió impuestos por 257,674 millones de pesos que beneficiaron a 2,018 grandes contribuyentes -sobre todo de la industria automotriz, refinación de metales y maquiladoras- y 15 de esos grandes contribuyentes acumularon devoluciones por 104,263 millones de pesos.
De ahí que, si el gobierno de López Obrador está dispuesto a disminuir los deducibles, las condonaciones y las devoluciones, principalmente a los grandes contribuyentes; y si el SAT logra disminuir la evasión fiscal, se recuperarán gran cantidad de recursos para los proyectos propuestos por AMLO.
Por ejemplo, si de ahorros, compactación y redirección en el presupuesto (desarrollo social, desarrollo económico y gobierno; dejando de lado el gasto no programable) es decir 3 billones, 803 mil, 165 millones de pesos, se pudiera recuperar un 5%; es decir, 190,158 millones de pesos, se estaría obteniendo el 18.6% del billón 20 mil 400 millones de pesos que los críticos de AMLO señalan se requerirán anualmente para cumplir con su programa de gobierno.
Si en el curso de la administración de AMLO se pudiera reducir la evasión fiscal del 2.6% actual a alrededor de 1% del PIB, estaríamos hablando que se estarían recuperando alrededor de 314 mil millones de impuestos al año; es decir, otro 30.77% de lo que se requeriría anualmente para el proyecto de gobierno de AMLO.
Y aquí viene lo mejor, las 400 más grandes empresas del país acumulan ingresos anuales de alrededor de 5 millones de millones de pesos[7], pero sólo pagan en realidad el 1.7% de impuesto sobre la renta, esto es 85 mil millones de pesos.
Si pagaran al menos el 5%, estaríamos hablando de 425,000 millones de pesos, es decir el 41.65% de lo que se requeriría anualmente para las propuestas de AMLO.
Hacer pagar a las grandes empresas de este país, que reúnen a la clase más adinerada y poderosa, un 294% más de impuestos, que no implicaría que se les estuvieran aumentando, sino sólo que pagaran  una parte más justa de lo que ahora pagan, implicará un choque frontal con ellos, que muy probablemente llevaría a un rompimiento de la supuesta “luna de miel” que actualmente hay entre AMLO y los grandes empresarios del país.
Pero AMLO no va a tener otra opción que intentar hacerles pagar lo que en justicia deberían contribuir estos grandes consorcios, y que gracias a los vasallos gobiernos neoliberales de los últimos 30 años, han podido exentarse de un pago medianamente justo por las riquezas que han acumulado en el país.
Con estas tres fuentes (18.6%, 30.77% y 41.65%) se estaría financiando el 91.02% de los programas y propuestas de AMLO.
Y aún faltan rubros como el lavado de dinero, que llega a ser en el país del orden de 50 mil millones de dólares[8], y que prácticamente no es combatido, ni lo fue por las autoridades del país en los últimos treinta años.
Estamos hablando de una cantidad de 942,500 millones de pesos (al tipo de cambio de hoy, de 18.85 pesos por dólar).
Sería muy iluso pensar que con el nuevo gobierno se podría recuperar toda esa cantidad para el erario público, pero suponiendo que se pudiera recuperar un 5%, estaríamos hablando de 47,125 millones de pesos; es decir, otro 4.6% de lo necesario para el programa de gobierno de AMLO (ya sumamos 95.62%).
López Obrador ha señalado que, conservadoramente considera que por corrupción se pierden al año 500 mil millones de pesos. Por ejemplo, sólo este año el 80% de los contratos del sector público se hicieron sin licitación, lo que no necesariamente implica corrupción, pero sí opacidad y por lo mismo desconfianza.
Si combatiendo el tráfico de influencias, la opacidad y la falta de vigilancia y evaluación en los contratos y proyectos gubernamentales se pudiera recuperar una cantidad sustancial (por ejemplo, de los 344 fideicomisos públicos opacos)[9], estaríamos hablando de alrededor de unos 200 mil millones de pesos que podrían recuperarse para los programas y propuestas de AMLO. Esto es 19.6% de lo que se requeriría anualmente para llevarlos a la práctica (95.62 más 19.6), lo que permitiría una holgura de 15.2% más de recursos de los requerimientos calculados por los “expertos” de El Financiero.
Como se puede apreciar, recursos hay, lo que falta es voluntad política para redireccionarlos, recuperarlos y sobre todo enfrentar políticamente a los poderosos intereses que los tienen secuestrados. Y además de ello una inobjetable honestidad, gran organización, competencia administrativa y constancia en la aplicación de estos objetivos.
¿Estará dispuesto AMLO a enfrentarse a estos grandes intereses económicos y políticos para conseguir los recursos que necesita? ¿Podrá conformar un equipo lo suficientemente competente, honesto y decidido para lograrlo? Esas son las preguntas que se deberán contestar en los próximos meses.

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