Increíble el cinismo de Peña y Videgaray, sumándose a las
sanciones del gobierno de Estados Unidos contra el de Venezuela, y pretendiendo
dar lecciones de democracia, respeto a los derechos humanos y combate a la
corrupción.
México y Colombia fueron burdamente exhibidos por Mike
Pompeo, el director de la CIA, como sus instrumentos para derrocar al gobierno
de Maduro.
¿Qué dijo Pompeo? “…recién estuve en Ciudad de México y
Bogotá ….tratando de hacerles entender
las cosas que ellos podrían hacer para obtener un mejor resultado para su
región y la nuestra (sic)”.
Según Relaciones Exteriores, de esas declaraciones no se
desprende ningún intento intervencionista por parte de nuestro país.
¿Con quién se entrevistó Pompeo? Pues con los servicios de “inteligencia”
de sus vasallos México y Colombia, y lo que hacen esos servicios está
normalmente fuera de la ley y de la mirada y supervisión de la opinión pública.
El gobierno de Estados Unidos, junto con los oligarcas
venezolanos saben que cuando se realice la consulta sobre la Asamblea Nacional
Constituyente, se demostrará que el gobierno venezolano tiene respaldo popular
y con ello va a poder afianzar el proyecto bolivariano, al que tanto temen las
clases altas de dicho país y el 1% que maneja la economía mundial, y que desea
poner de rodillas de nuevo a Venezuela, para tener a su disposición sus enormes
reservas petroleras, tal como ya las tiene en México, Colombia, Brasil y
Argentina.
El gobierno “de México”, no llega ni a eso, es una
subdirección del Departamento de Estado de Estados Unidos, encargada de este
territorio, al que se le dan órdenes que debe ejecutar, nada más.
Con qué cara Peña y Videgaray acusan de antidemocrático a
Maduro, después de los fraudes electorales permanentes que suceden en este país
(los últimos en Coahuila y el Estado de México; ya para no ir a los del 2012,
2006 y 1988 en las elecciones presidenciales); con qué cara hablan de derechos
humanos, cuando en México no se respetan los de nadie (208,000 asesinatos en
los últimos 10 años, sin resolver; 28,000 desaparecidos; el país más peligroso
para los periodistas, después de Siria y Afganistán; uno de los cinco más
peligrosos en el mundo, para los defensores de los derechos humanos); y qué se
puede hablar de corrupción, cuando se hacen pactos en los oscurito para que el
amigo de Peña, el impresentable ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, pueda
seguir disfrutando de sus millones mal habidos; y su esposa, beneficiaria de
esa corrupción, siga libre y sin ninguna orden de aprehensión en su contra.
Pero eso no le importa a Washington, en donde saben que
México y Colombia son mucho peores que Venezuela en todos los ámbitos. Lo que
les interesa es tirar a Maduro y al “chavismo” pues representan un ejemplo de
independencia respecto al dominio estadounidense, y eso no lo pueden tolerar,
por lo que están dispuestos a todo; incluida una intervención armada (en la que
seguramente participarían como “perritos falderos”, México, Colombia, Brasil y
Argentina) para lograr su objetivo.
La política exterior “mexicana” ha caído al pozo más profundo
de su historia. Se ha convertido en un apéndice de la de Estados Unidos. La
soberanía de este país ya no existe más; ha sido intercambiada por los millones
mal habidos de corruptos gobernantes y plutócratas. Pero a estos vende patrias,
que no saben lo que es eso, el patriotismo, ni la dignidad, lo único que les
interesa es quedar bien con sus amos de Washington y Nueva York. Y olvídense de
que en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se
defiendan los intereses de México. Lo único que defenderán serán sus propios
intereses y los de las empresas trasnacionales. Vergonzoso.
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