El servil, vasallo y corrupto gobierno del incompetente Peña Nieto
pide dejar el “pesimismo” y optar por la “buena vibra” ante la llegada de Trump
a la presidencia de Estados Unidos; además de que “confía” en que avanzará el
diálogo con la nueva administración en Washington.
Los verdaderos patrones de este pelele, o sea el fondo de
inversión Black Rock y el Consejo de Relaciones Exteriores, le han ordenado que
se empine todo lo que pueda ante Trump para salvar, lo que se pueda, del
explotador-depredador modelo neoliberal, impuesto al país desde hace 35 años.
A Peña Nieto lo único que le importa es cumplir con las
órdenes de sus jefes y al mismo tiempo, ver cómo puede salvar a los oligarcas
mexicanos, a la subclase corrupta del país y a sus socios del crimen
organizado, que deben sus fortunas mal habidas a su servidumbre a las élites de
Nueva York y Washington, que les permiten enriquecerse a través de la
corrupción, el narcotráfico, los fraudes y otras mil formas ilegales, a cambio
de que estos chantajeables individuos permitan el saqueo de los recursos
naturales (petróleo, gas, minería) y financieros del país (creciente deuda
interna y externa, y próximamente el saqueo de los casi 3 millones de millones
de pesos de las pensiones de los trabajadores mexicanos) por parte de las
trasnacionales estadounidenses.
Además, Peña sabe que si no hace lo que Trump le indique, con
objeto de salvar algo del NAFTA (por su siglas en inglés) y del modelo
neoliberal, el nuevo presidente estadounidense les puede embargar sus muchas
cuentas y propiedades a los corruptos miembros de la subclase política mexicana,
a los oligarcas abusivos y a los socios del crimen organizado.
Por ello Peña está desesperado pidiendo a los mexicanos que
hagamos “oídos sordos” a todas las invectivas que vienen del nuevo equipo de
Trump y de sus corifeos (Giuliani, Flynn y los comentaristas de Fox News, Sean
Hannity, Laura Ingraham, Bill O’Reilly, etc.); así como hacernos “de la vista
gorda” ante el cúmulo de abusos, agresiones y próximamente violaciones a los
derechos humanos de los mexicanos que viven en Estados Unidos.
A Peña no le interesa defender a los mexicanos y a México, lo
único que le importa es salvar al depredador sistema económico neoliberal, y si
para eso se tiene que empinar todo lo que pueda ante Trump, con gusto lo va a
hacer.
En México ya se debería conformar una lista de mexicanófobos
(Mexico haters) de Estados Unidos, sean periodistas, políticos, empresarios,
etc., a los que no se les debería permitir nunca más el ingreso al país.
Pero que va, un gobierno tan servil como el que tenemos,
nunca haría algo así; no se vaya a enojar Trump.
Pero Trump ya midió el tamañito de los individuos que
conforman el gobierno mexicano, y los va a humillar y a aplastar todavía más,
para satisfacción de su base de blancos (y muchos “hispanos”), racistas y
xenófobos. Y si no lo creen, al tiempo.
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