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Zapata

miércoles, 30 de noviembre de 2016

EL GOBIERNO DE PEÑA NIETO NO QUIERE ACEPTAR QUE TRUMP NO NEGOCIARÁ; VA A IMPONER, A ORDENAR…A OBLIGAR

Los gobiernos mexicanos del neoliberalismo siempre han vivido en su fantasía. Creen que porque ya dieron, regalaron la soberanía, los recursos financieros y naturales del país, aceptaron todas las condiciones humillantes que les impusieron los gobiernos estadounidenses y las trasnacionales; están libres de cualquier política contraria a sus intereses, represalia o incluso de “malos modos”.
Realmente se creen “amigos, socios y aliados” de las élites estadounidenses. Creen que porque ellos y sus juniors han estudiado en las universidades de la Ivy League, ya son considerados como parte de la minoría que maneja el mundo.
Han acabado por creerse sus propias mentiras. Las élites depredadoras de Estados Unidos usan a dichos “tontos útiles” para saquear y mantener hundidos a sus países de origen, y a cambio estos sátrapas se enriquecen mediante la corrupción, fraudes, abusos, oligopolios y cada vez más, mediante su asociación con el crimen organizado.
Eso es el neoliberalismo mexicano; un mecanismo para mantener explotado y dominado al pueblo mexicano, mientras las élites depredadoras de Washington y Nueva York saquean el país, teniendo como capataces a los tecnócratas, oligarcas y políticos corruptos mexicanos.
Pero ahora resulta que una parte de esas élites depredadoras estadounidenses consideran el arreglo con México, como demasiado desventajoso para Estados Unidos, y están dispuestas a cambiarlo, todavía más a su favor.
Los ilusos gobernantes y oligarcas mexicanos creen que van a “convencer” a Trump y a su coalición gobernante que desbaratar el acuerdo de sumisión de México a Estados Unidos, establecido desde hace 30 años, será perjudicial para ambos.
No se quieren dar cuenta que a los nuevos amos de Washington les importa un comino lo que le pase a México, y de lo que se trata precisamente es que los “ganadores” del anterior acuerdo, incluidos los del lado estadounidense, ahora deben asumir su cuota de “pérdidas” en favor de otra parte de la élite estadounidense, que no se vio favorecida por el acuerdo inicial.
No se quieren dar cuenta que la coalición de intereses por la que apostaron perdió, y si bien dicha coalición intenta acomodarse a la nueva situación, ello no significa que en el camino estén dispuestos a salvar a sus capataces mexicanos. Muy al contrario, van a estar más que dispuestos a abandonarlos, a cambio de ponerse de acuerdo con los nuevos mandamases de Washington.
Y así escuchamos día tras día a Peña, Meade, a ese esclavo de las trasnacionales Guajardo, a Ruiz Massieu, etc. que no nos adelantemos a posibles escenarios “catastrofistas”, que la economía mexicana es “solida”; que Trump no va a llevar a cabo todo lo que prometió, pues ello también afectaría a Estados Unidos,…etc….etc…
Quieren ver la realidad color de rosa, porque no pueden entender que después de haber cumplido todo lo que las élites cosmopolitas y globalizantes de Nueva York y Washington les exigieron las últimas tres décadas; incluidas las “reformas estructurales” como parte de la Constitución, y de esa forma amarrar “para siempre” el modelo neoliberal al cuello del país; ahora resulta que no les sirvió para ganarse el favor permanente de nuestros “amigos, socios y aliados”.
No quieren entender que para las élites depredadoras de Estados Unidos el resto de los países del mundo (a excepción de Israel), son o al menos deben ser sus vasallos, sus sirvientes y hacer lo que se les dice. Aquél gobierno que se niega a ello es entonces “rebelde”, autoritario, corrupto y un peligro para la humanidad.
Trump no va a “renegociar” el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Le va a ordenar al débil y servil gobierno de Peña lo que tiene que hacer para que en no más de dos años, el déficit comercial a favor de México, se convierta en un amplio superávit para Estados Unidos; que una parte importante de empresas manufactureras establecidas en México, regresen a Estados Unidos; y, por supuesto, que ya no se muevan más empresas a México (al parecer ya logró que Carrier desista de mover una de sus plantas a México).
Así también, Trump va a obligar al gobierno de Peña a aceptar en nuestro territorio a todos los indocumentados que deporte, sin importar que sean o no mexicanos. México va a tener que cargar con cientos de miles de expulsados de otras nacionalidades, por que las autoridades estadounidenses los van a poner en los pasos fronterizos y hacerlos caminar hacia México. ¿Qué harán las autoridades mexicanas? ¿Dejarlos en el limbo o abrirles las puertas, puesto que no van a saber si son o no mexicanos? Y una vez que acepte México al primer indocumentado no mexicano en su territorio, no podrá ya hacer nada para evitar una marea de deportados de todas las nacionalidades.
Algunos ilusos economistas dicen que Estados Unidos “no podrá” imponer tarifas de hasta 35% a los productos exportados por México, porque la Organización Mundial de Comercio “lo prohíbe”. Ja, ja, se van a atacar de la risa en Washington cuando les digan que unos burócratas en Ginebra, Suiza “les prohíben” imponer tarifas a productos mexicanos. Lo harán si así lo quieren y nadie se opondrá en el mundo entero. Nadie meterá las manos por un corrupto, servil y neoliberal gobierno mexicano, que ha apostado a ser el esclavo de Washington y Nueva York por 35 años, y ahora cree poder suplicarle al imperio que no lo aplaste.
He ahí el gran ejemplo de Fidel Castro y la Revolución Cubana. Se negaron a hincarse ante el imperio. Le dieron el valor real al concepto de soberanía, a la palabra dignidad. Los mercaderes que dirigen el neoliberalismo en el mundo creen que todos y todo está a la venta. Que todo se puede comprar. Desgraciadamente en el México neoliberal esto ha sido cierto por más de tres décadas.
Pero enhorabuena que Trump le haga ver al pueblo de México (no así a las élites vendepatrias), que la gran mayoría de los estadounidenses, y especialmente sus dirigentes, desprecian a México y a los mexicanos. Sólo desean su mano de obra regalada, sus recursos naturales y saquear sus finanzas.

¿Pero el apático, “satisfecho”, alienado, coercionado y manipulado pueblo mexicano abrirá los ojos esta vez, o seguirá creyendo las mentiras y falacias de las élites depredadoras que tratan de salvar su pellejo, a costa del país?

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