¿Por qué se ubican las grandes empresas manufactureras estadounidenses
en México?
Básicamente porque en Estados Unidos se tienen que pagar
salarios mucho más altos, así como mayores impuestos; cumplir con diversas
regulaciones medioambientales, de protección al trabajador y también al
consumidor, que si bien en algunos casos también existen en México, rara vez se
aplican.
En México, las dos terceras partes de la población
económicamente activa gana 3 salarios mínimos o menos, o el equivalente a 300
dólares al mes, al tipo de cambio actual. En Estados Unidos el salario mínimo
establecido por el gobierno federal es de 7.25 dólares por hora (es decir, 58
dólares diarios), contra un promedio diario en México de 1.25 dólares por
hora; es decir, en Estados Unidos tienen que pagar al trabajador un 580% más,
si sólo tomáramos en cuenta los salarios mínimos federales vigentes. Obviamente
en la industria manufacturera se pagan salarios más elevados.
Por otro
lado, en Estados Unidos las grandes empresas están obligadas a pagar un
impuesto corporativo del 35%, que Trump quiere reducir ahora a sólo el 15%; pero
la realidad es que estas corporaciones realmente terminan pagando alrededor de
un 20% de impuesto[1], por
las prácticas contables que realizan, las “lagunas” fiscales existentes en el
Código Fiscal de Estados Unidos y la localización de las matrices de dichas
corporaciones en paraísos fiscales, con objeto de pagar menos impuestos al
fisco estadounidense.
Aun así,
en el caso de México la situación es mucho más favorable para las grandes
empresas, pues las 400 más grandes corporaciones (trasnacionales y mexicanas),
que son las que aprovechan principalmente el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (NAFTA, por su siglas en inglés) sólo pagan el 1,7% del
impuesto sobre la renta, cuando tienen ingresos cercanos a los 5 millones de
millones de pesos al año[2].
Así que
para las corporaciones estadounidenses, ubicarse en México les reporta una
disminución en su pago de impuestos del orden de 1,176%.
Incluso,
algunas corporaciones asiáticas como la coreana KIA, que también aprovechan el
NAFTA, logran acuerdos con el gobierno, como no pagar por 15 años impuestos,
por la planta que acaba de construir en el Bajío[3].
Así
también, las filiales de las empresas trasnacionales remiten a sus matrices
cada año, entre 3 mil y 4 mil millones de dólares al año[4].
La
realidad es que el NAFTA es aprovechado por un puñado de grandes empresas
trasnacionales y mexicanas (el 17% del total), que acaparan el 82% del valor de
las exportaciones manufactureras, mientras que el 62% de las pequeñas y
medianas empresas, sólo participan con el 9%[5].
De ahí
que Trump podría exigir al gobierno mexicano lo siguiente:
1. Para mantener los aranceles bajos o inexistentes entre México y Estados
Unidos, nuestro país tendría que comprometerse a elevar el salario mínimo a por
lo menos la mitad de lo que se paga en Estados Unidos; con la meta de ir
aumentándolo año con año, hasta emparejarlo en unos 5 años.
2. El gobierno mexicano tendría que aplicar en la realidad un impuesto
sobre la renta de 15% (no de 1.7% en promedio, como ahora lo hace) a las
grandes corporaciones; igual al impuesto corporativo que se establecerá en Estados
Unidos.
3. Ahora sí funcionarán paneles bilaterales que revisarán minuciosamente
que todas las reglas en materia ambiental, de protección al trabajador y al
consumidor sean similares en Estados Unidos y en México, y que se apliquen en
la realidad en ambos países, para evitar ventajas indebidas.
4. Finalmente, se debería establecer un Comité Binacional de combate a la
Corrupción y al Crimen Organizado para revisar que las empresas que participan
en el NAFTA no obtengan ventajas indebidas gracias a la corrupción, o que se
dediquen a “lavar dinero” del crimen organizado.
e
De esta forma Trump obligaría al corrupto, servil, vasallo e
incompetente gobierno mexicano a emparejar las condiciones en que se realiza el
comercio entre ambos países, y con ello, indirectamente, beneficiaría al
trabajador y al consumidor mexicanos, pues las condiciones laborales y del
mercado interno tendrían que equipararse a las de Estados Unidos, con objeto de
que México no saque ventaja de los salarios miserables que se pagan en el país,
del no pago de impuestos de las grandes corporaciones, y de la no aplicación de
las leyes de protección ambiental, al trabajador y al consumidor.
[3]
ww.activista.mx/2016/01/mientras-que-grandes-empresas-no-pagan-impuestos-los-trabajadores-gastan-hasta-50-de-su-salario-en-ellos/
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