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Zapata

martes, 22 de septiembre de 2015

PREOCUPACIÓN DE ESTADOS UNIDOS E ISRAEL POR PRESENCIA RUSA EN SIRIA

En los últimos días los gobiernos de Estados Unidos y de Israel se han puesto en contacto con el gobierno de Vladimir Putin, para expresar su preocupación, y en el caso de Washington, su oposición al envío de aviones rusos (S-30), vehículos militares y personal a la ciudad de Latakia, en el Norte de Siria, en donde además se están mejorando las condiciones de la base aérea que los rusos tienen ahí (así como también, un poco más al Sur, las instalaciones de su base naval en Tartus), con objeto de apoyar al ejército sirio de Bashar el Assad.
Esta decisión de Putin puede ser un "game changer" en la situación actual de Siria, pues recordemos que en las últimas semanas Estados Unidos había logrado (por fin), convencer al gobierno de Turquía de permitirle usar la base aérea en Incirlik para realizar los bombardeos contra las posiciones del Estado Islámico, y de la misma forma Francia, Gran Bretaña y Australia decidieron apoyar las misiones aéreas de Estados Unidos contra las fuerzas de los radicales islámicos en Siria.
Si bien la retórica de las potencias occidentales es que están atacando al Estado Islámico, la realidad es que con tal cantidad de aviones en el espacio aéreo sirio, lo que se estaría conformando en realidad es una zona de "no vuelo" para la aviación siria, que ha sido usada por Bashar el Assad como su principal arma contra los grupos rebeldes apoyados por Arabia, Turquía, Israel y las petromonarquías del Golfo, así como contra el Estado Islámico; en vista de que su ejército se ha ido mermando en esta lucha que ya supera los 4 años, y así también, la salida de hasta 4 millones de sirios del país, ha disminuido la población que puede ser utilizada para reclutamiento en el ejército.
Las fuerzas de Assad están concentradas en el sur-oeste y nor-oeste de Siria, tratando de proteger los principales centros urbanos del país, en donde se concentra la mayor cantidad de población, y en especial en donde están las minorías alawita, drusa y cristiana, que son los principales blancos de los rebeldes sunnitas y de los radicales islámicos (Al Nusra y el Estado Islámico).
De conformarse esa coalición aérea de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Australia, Israel (que bombardea posiciones de Hezbollah, aliada de Assad) y hasta cierto punto Turquía (que más bien está dedicada a bombardear a los kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que al Estado Islámico), entonces la aviación siria muy probablemente se podría encontrar con alguna de estas aeronaves, lo que propiciaría incidentes o hasta combates, lo que daría el pretexto perfecto para establecer abiertamente la "zona de no vuelo" para la aviación siria, con lo que el régimen de Assad perdería su arma más preciada.
De ahí que Putin decidió apoyar a Assad mandando a su propia aviación (más apoyo terrestre), para evitar que los occidentales, turcos e israelíes dominen por completo el espacio aéreo sirio.
De ahí que Obama y Kerry prácticamente obligaran al Secretario de Defensa Ashton Carter a reunirse con su homólogo ruso, D. Shoigu, para establecer un esquema de coordinación que permita a ambas fuerzas aéreas (de Estados Unidos y Rusia), operar en Siria, pero evitando encuentros desafortunados que pudieran llevar a un escalamiento del conflicto entre ambas superpotencias.
Lo mismo se puede decir de B. Netanyahu, que fue inmediatamente a Moscú (acompañado de su Jefe de Estado Mayor del Ejército, el General Eisenkot y el de la Inteligencia Militar, el General Halevi), para establecer también una coordinación en las operaciones que realizan ambos países, pues recordemos que Israel continuamente bombardea posiciones de Hezbollah (que ya opera dentro de Siria desde hace tiempo), y Rusia iniciará operaciones contra el Estado Islámico (y seguramente otros grupos rebeldes, como Al Nusra, apoyado por Israel).
Pero además, Netanyahu pretendió advertir a Putin de que el sofisticado armamento que está entregando a Siria, no debe caer en manos de Hezbollah, pues ello amenazaría directamente a Israel. Por supuesto Putin le aseguró que eso no sucederá, lo cual es mucho muy difícil que no ocurra, dada la gran colaboración que hay entre las milicias de Hezbollah y el ejército de Assad,. Baste recordar que en la guerra que Israel inició contra Hezbollah en 2006, invadiendo el Sur de Líbano, el orgullo de las Fuerzas de Defensa Israelíes, los tanques Merkava, fueron duramente golpeados con los misiles antitanque Kornet de fabricación rusa; y, en esa guerra cayeron cientos de cohetes rusos Katyusha sobre las fuerzas israelíes.
Así que Putin le habrá dado todas las seguridades que quiera Netanyahu, pero lo más probable es que Assad distribuya el material bélico que reciba como mejor le convenga a sus fuerzas armadas. Recordemos que Netanyahu también le advirtió a Medvedev en su momento (cuando fue presidente de Rusia), que no se le vendiera a Irán el sistema anti-aéreo S300, pues ello implicaría que Israel no podría bombardear las instalaciones nucleares iraníes o sus bases militares, sin enfrentar una amenaza mayúscula para su fuerza aérea. Medvedev se echó para atrás y aceptó las presiones de Israel y Estados Unidos; pero no así Putin quien al parecer ya envió a Irán la primera parte de dicho sistema anti-aéreo.
Putin no se va a dejar amedrentar por el belicoso Netanyahu, y menos cuando éste ataca a su aliado Assad, no sólo directamente, bombardeando posiciones del ejército sirio (por lo que también habló con Putin sobre esto, para evitar "daños colaterales rusos" que provoquen una respuesta rusa), ayudando a los "yihadistas" de Al Nusra y apoyando a trasmano al régimen de Poroshenko en Ucrania. Pero Putin, a diferencia de los pre candidatos republicanos a la presidencia, que afirman que no negociarían con los "enemigos de Estados Unidos" (llámese Rusia, China o Irán), el presidente ruso sabe que mientras más contacto tenga con sus enemigos (Estados Unidos, Israel, Europa Occidental), más conoce sus fortalezas y debilidades, y puede establecer mejor la estrategia para enfrentarlos, dividirlos o incluso llegar a acuerdos con ellos. Sin duda, la diplomacia rusa es más avezada y con mayor visión estratégica que las de los países occidentales e Israel.

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