Presunta presión de Washington a México para frenar migración
De la
Redacción
Periódico La Jornada
Viernes 15 de mayo de 2015, p. 17
Viernes 15 de mayo de 2015, p. 17
En
un reportaje aparecido en la publicación web In
These Times titulado
Cómo Estados Unidos 'solucionó' su crisis migratoria, se afirma que México hizo el
trabajo suciode Washington bajo presión de ese país y su apoyo económico, al obstaculizar las rutas para migrantes provenientes de Centroamérica y dejándolas a merced de pandillas que los someten a violaciones, secuestros, extorsión y asesinato.
A un año
de que los refugios de la frontera sur de Estados Unidos se vieron colmados de
menores de edad sin acompañantes adultos, el tren usado por los migrantes sin
papeles conocido como La Bestia
transita prácticamente vacío. Las actuales condiciones obligan a muchos
migrantes a quedarse en refugios en Apizaco, Tlaxcala, después de días de
caminar, si no quieren ser detenidos por patrullas o ser víctimas de pandillas
criminales. In These Times
cita como fuentes a Amnistía Internacional, la Oficina en Washington para
Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) y activistas
independientes, y fue realizado con el auspicio de becas del Instituto Leonard
C. Goodman para el reportaje de investigación y la Fundación Puffin.
Durante
años los vagones de La Bestia
trasladaban a través de México a migrantes deseosos de llegar a Estados Unidos.
En junio de 2014 aquel país enfrentó lo que Washington llamó oficialmente una
urgente emergencia humanitaria, cuando a sus albergues fronterizos llegaron 50 mil niños migrantes de América Central y México, que sin compañía de adultos intentaban cruzar la frontera norte, y fue entonces cuando el presidente Barack Obama se puso en contacto con su similar mexicano, Enrique Peña Nieto, para aplicar medidas de control a la situación.
El
reportaje afirma que los migrantes “no han dejado de llegar a México,
simplemente se les ha obligado a emplear rutas más peligrosas para impedir su
llegada a Estados Unidos. Lo que se puso en marcha fue una serie de políticas
financiadas o tácitamente ordenadas por Washington. Según WOLA, estas medidas
han provocado
la más severa crisis humanitaria en el hemisferio occidental, donde las violaciones sexuales, ataques, extorsiones, secuestros y asesinatos están a la orden del día para los centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos.
La
publicación entrevistó a más de una docena de fuentes en ambos lados de la
frontera estadunidense-mexicana, todas involucradas en el trabajo con migrantes
y coincidieron en señalar que la actual situación es resultado de las presiones
que el gobierno de Washington ejerció sobre el mexicano, no para solucionar la
situación de los migrantes mexicanos y centroamericanos, sino para evitar que
éstos fueran un problema para Estados Unidos en su territorio.
Creo que está claro que el verano pasado Washington presionó al gobierno mexicano para poner alto a la migración, y lo obligó a ayudar a impedir el éxodo de centroamericanos en el sur de Texas, sostuvo Maureen Meyer, encargada principal de WOLA para los derechos de los migrantes mexicanos.
Daniel
Ojalvo, del albergue para migrantes Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca,
sostuvo que
la frontera de Estados Unidos comienza ahora en Guatemala.
El
reportaje afirma que otra opinión generalizada es que el Programa Frontera
Norte tiene, sólo en apariencia, la intención de garantizar la seguridad de los
migrantes y erradicar a grupos criminales que abusan de ellos; pero en la
práctica se trata sólo de hacer casi imposible que los indocumentados crucen el
territorio mexicano y la frontera por otro medio que no sea a pie, pues agentes
del Instituto Nacional de Migración (INM) rutinariamente detienen trenes y
autobuses para deportar a cualquier persona que intente llegar a Estados
Unidos. Los ferrocarriles tienen órdenes de ir a mayor velocidad para impedir
que suban los migrantes.
En
Apizaco se han instalado pilotes de concreto a lo largo de las vías con el
mismo fin. En octubre pasado, Arlem Nahúm Zepeda Martínez, un migrante cuyo
lugar de origen se desconoce, murió al tratar de abordar un tren que viajaba a
baja velocidad. El hombre se estrelló y luego fue arrollado por el convoy.
Antes del
Programa Frontera Sur, los migrantes no sólo enfrentaban los riesgos de viajar
en La Bestia, sino los
peligros del crimen organizado. Según estadísticas de Amnistía Internacional,
además de los secuestros y asesinatos de migrantes, un reporte de 2010 indicó
que 60 por ciento de las mujeres que intentaron cruzar el territorio mexicano
hacia Estados Unidos fueron violadas. WOLA estima que 20 mil migrantes son
secuestrados al año, y miles más son asesinados. Según Ojalvo,
más gente es asaltada, más mujeres son violadas y ahora son más los desaparecidos.
Ante
esto, el sacerdote Alejandro Solalinde fundó otro refugio en Chahuites, Oaxaca,
donde, según These Times,
pueden alojarse entre 40 y 50 personas en condiciones de extrema pobreza, con
una sola regadera.
Según
diversos reportes, la cuota para permitir a los migrantes abordar los trenes
hacia el norte en ciudades como Palenque y Orizaba es de cien dólares.
La
consigna de los agentes del INM es deportar, a cualquier costo, mediante
operativos policiales en trenes, autobuses o arrestos afuera de los refugios,
lo cual es ilegal. En muchos casos los migrantes denunciaron que fueron
atacados con pistolas paralizantes.
El
Grupo Beta, otro riesgo
In
These Times también recogió
el testimonio de un activista, quien pidió el anonimato y que habló sobre el
nuevo papel del Grupo Beta, unidad del INM.
Antes eran una ayuda, pero recientemente han cambiado, pues muchos migrantes dicen que los miembros del grupo llaman a la policía para denunciarlos.
En todo
caso, la intención tácita de impedir que migrantes lleguen a la frontera con
Estados Unidos ha funcionado, pues en los pasados seis meses las deportaciones
de salvadoreños, hondureños y guatematecos desde México se incrementó en 34 por
ciento, y el número de niños migrantes que viajan solos que llegaron a la
frontera con Estados Unidos descendió en 57 por ciento, de 45 mil los primeros
seis meses de 2014 a 19 mil, en los seis meses recientes.
Rubén
Figueroa, coordinador del grupo de derechos humanos Sureste del Movimiento
Migrante Mesoamericano sostuvo que nada detendrá el flujo de migrantes. Además
de encontrar nuevas y peligrosas rutas a pie, algunos están tomando
embarcaciones para avanzar por las costas del Pacífico y del Golfo de México, y
seguirán buscando nuevas formas de llegar a Estados Unidos.
Si se quedan, morirán, si se van, podrían morir. Su elección es entre una muerte segura y una muerte probable, señaló Figueroa.
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