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Zapata

sábado, 16 de mayo de 2015

EL GRAN NEGOCIO DE LA GUERRA

Para el complejo militar-industrial y de seguridad de Estados Unidos, así como sus “think tanks”, la guerra es el principal negocio del país, además de ser el vehículo que permite mantener la hegemonía estadounidense en la mayor parte del planeta.
La Cámara de Representantes acaba de aprobar un presupuesto de “defensa” para el siguiente año fiscal de 612 mil millones de dólares. Por su parte, Barack Obama se reunió con representantes y algunos de los monarcas (Qatar y Kuwait) de las petromonarquías del Golfo Pérsico y de Arabia Saudita, a los que prometió una venta continua de armas y la realización de ejercicios militares conjuntos, para reafirmar su compromiso con estos países ante la que consideran “la amenaza iraní”.
Para estos monarcas fabulosamente ricos, el que Irán logre un acuerdo con el P5+1 (miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania) sobre su programa nuclear, lo que eventualmente permitiría remover las sanciones económicas en su contra, significaría un impulso muy importante para su economía y por lo tanto su presencia política, económica y religiosa en la región se vería fortalecida; algo que Arabia Saudita, sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (Bahréin, Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Omán y Kuwait), no desean (junto con Israel, Egipto y Turquía), por lo que han logrado este apoyo de Estados Unidos, que además se constituirá en un nuevo gran negocio para las empresas relacionadas con el intervencionismo militar estadounidense.
Por otro lado, Estados Unidos está expandiendo su presencia militar en el Lejano Oriente, y algunos países ya están aprovechando esa circunstancia para fortalecer sus sectores militares, con el pretexto de la “amenaza china”, que ha generado diferendos con varios países por cuestiones de límites marítimos, derechos sobre ciertos atolones e islas y sobre el aprovechamiento de los recursos naturales de esas zonas.
Tal es el caso de Vietnam, que después de conmemorar el 40 aniversario de su victoria sobre Estados Unidos y de la reunificación del país, ha decidido acercarse a Washington mediante una reunión (22 de Abril) con contratistas militares estadounidenses (representantes de Boeing, BAE Systems, Lockheed Martin, Honeywell International, entre otras) para explorar la posibilidad de comprar diversos tipos de armamento y tecnología, con objeto de contrarrestar la que consideran una China demasiado agresiva. De acuerdo con el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI; http://www.sipri.org/), de 2005 a la fecha, Vietnam ha aumentado en 128% sus compras en materia militar, y su presupuesto de defensa llegó a 4,300 millones de dólares en 2014, un aumento de 9.3% respecto al año anterior.
A lo anterior hay que sumar las operaciones estadounidenses contra el Estado Islámico en Irak; el apoyo a los grupos rebeldes en Siria (con la posibilidad de que este conflicto se intensifique, pues Israel prepara ataques contra Hezbollah –aliado del régimen de Bashar el Assad- en el sur de Líbano y ha estado atacando posiciones del ejército sirio con su aviación); aunado a su colaboración con Francia en operaciones en Mali; así como el apoyo a Arabia Saudita en sus ataques contra los houthis en Yemen; su incremento de apoyo logístico y presencia de “asesores” en Ucrania y en varios países colindantes o cercanos a Rusia (países Bálticos, Georgia, Polonia); además de su ya casi “eterna” presencia en Afganistán; y por supuesto sus bases en Corea del Sur y Japón que se han visto reforzadas por las disputas con Corea del Norte; sólo por mencionar algunas de las intervenciones y colaboraciones más conocidas.
Como se puede apreciar, la presencia militar estadounidense en todo el mundo no tiende a disminuir, sino todo lo contrario, por lo que es perfectamente entendible que los “halcones” y neoconservadores del Partido Republicano, y los “intervencionistas humanitarios” del Partido Demócrata estén más que interesados en expandir el negocio de la guerra, que en acotarlo.
Así, una buena parte de los congresistas republicanos que pretenden descarrilar el acuerdo del P5+1 con Irán, lo ven como la puerta de una posible guerra contra este país, que bien podría aumentar los gastos militares de manera exponencial (no sólo por las ventas que se harían a los países enemigos de Irán, sino por la posible intervención directa de las fuerzas armadas estadounidenses en dicho conflicto), y los negocios florecerían por muchos años.
De la misma forma, se busca nuevamente convencer a los aliados de Washington y al propio Barack Obama de que es tiempo de iniciar acciones directas contra el gobierno de Bashar el Assad, sin importar que ello pueda fortalecer al Estado Islámico y a los aliados de Al Qaeda que operan en Siria, como el Frente Al Nusra (apoyado por Israel), ya que lo que a estos mercaderes de la muerte les interesa es el conflicto bélico por sí mismo, sin importar que devaste países enteros y genere caos en regiones completas, puesto que el negocio está en la guerra, no en la estabilidad y en la paz.
A continuación se incluye un cuadro con las 10 empresas más grandes del mundo dedicadas a la venta de armamento (miles de millones de dólares), de acuerdo al SIPRI en su libro del año 2013.


2013
Rank    Company                                           Country          Arms   Total    Total    Total
                                                                                              Sales    Sales    Profit Employ
1
35 490
45 500

2 981
115 000
2
30 700
86 623

4 585
168 400
3
26 820
28 406

275
84 600
4
21 950
23 706

2 013
63 000
5
20 200
24 661

1 952
65 300
6
18 660
31 218

2 357
96 000
7
15 740
78 693

1 959
144 060
8
11 900
62 626

5 721
212 000
9
10 560
21 292

98
63 840
10
10 370
18 850

761
65 190




Sólo estas diez empresas tuvieron ventas por 202,390 millones de dólares en el 2013. Hay miles de empresas más que se dedican a la fabricación de todo tipo de insumos para las fuerzas armadas y de seguridad, que se ven beneficiadas con el aumento e intensificación de los conflictos alrededor del mundo.
De acuerdo al SIPRI, en 2014 hubo gastos militares a nivel mundial por un trillón, 776 mil millones de dólares, siendo Estados Unidos el que más gastó con 610 mil millones, correspondiente al 34% del total mundial.
Le siguió China con 216,000 millones de dólares, correspondiente al 12%; en tercero Rusia, con 84,500 millones de dólares, equivalente al 4.8%; en cuarto lugar está Arabia Saudita con 80,800 millones de dólares, el 4.5% del total ; y en quinto lugar está Francia con 62,300 millones de dólares, el 3.5% del total mundial.
De ahí que las empresas de la industria militar estén interesadas en que los políticos que aprueban presupuestos e intervenciones militares respondan a sus intereses, y por ello aportan millones de dólares para sus campañas electorales y para las labores de lobby en favor de leyes que favorezcan sus negocios.
Sólo como un ejemplo, la empresa más grande del mundo en materia militar, Lockheed Martin, incluye en su sitio web un anexo de ¡16 páginas! (http://www.lockheedmartin.com/content/dam/lockheed/data/corporate/documents/governance/2014-Political-Disbursements.pdf) en donde incluye las aportaciones a candidatos y comités de acción política de todo el país, en las últimas elecciones intermedias del año 2014.
Y en su reporte sobre sus gastos de lobbying, informa que en el 4º trimestre del 2014 gastó  3,740,000 dólares (en el 3er trimestre había gastado 3,490,000 dólares).

Por lo tanto, para el futuro inmediato la humanidad sólo puede esperar más gasto militar, más conflictos, más muerte y devastación, ya que una parte muy relevante del sistema capitalista mundial se basa en el negocio de la guerra, y sus ramificaciones son tan extensas en los sistemas políticos y económicos de las principales potencias, que se ve casi imposible que se pueda revertir esta tendencia en las siguientes décadas.

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