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Zapata

martes, 5 de diciembre de 2023

 EMPRESAS ISRAELÍES DE ESPIONAJE COLUDIDAS CON EL GOBIERNO DE PEÑA NIETO

Se acaba de dar a conocer la declaración de un testigo protegido de la Fiscalía General de la República[1] en el caso que se sigue por el espionaje realizado en la administración del entonces presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), a través del software Pegasus.

Este software fue adquirido por varias dependencias del gobierno mexicano para espiar a opositores políticos, empresarios, activistas sociales, periodistas y defensores de los derechos humanos (e incluso a funcionarios del propio gobierno) de manera ilegal; esto es, sin haber solicitado las respectivas autorizaciones a los jueces.

Lo más preocupante de las declaraciones de este testigo, no es sólo que haya confirmado que se espiaba a grandes empresarios como Carlos Slim o Germán Larrea; o a periodistas como Carmen Aristegui y Carlos Loret de Mola (de hecho el testigo pudo comprobar que había más de 1500 “objetivos”; es decir, personas de diversos ámbitos de la vida pública nacional, que eran espiados con Pegasus); sino que quien realizaba el “trabajo” era una compañía israelí de nombre KBH, representada en México por el ciudadano de esa nacionalidad, Uri Emmanuel Ansbacher.

Este individuo, Ansbacher, tenía comunicación directa con Peña Nieto y con su secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, con quienes definía los “objetivos” a ser espiados.

Y con quien mantenía una comunicación permanente, hablando en hebreo todo el tiempo, era con el entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) -hoy renombrado como Centro Nacional de Inteligencia- de nombre Eugenio Imaz Gispert (hermano del ex esposo de Claudia Sheinbaum, Carlos Imaz Gispert).

Que el jefe de la inteligencia mexicana se comunicara, según dichos del testigo protegido, mediante medios no oficiales, con un particular, de nacionalidad extranjera, representante de una compañía privada de espionaje, y en un idioma foráneo, implica que el tal Imaz Gispert era un socio o empleado de la mencionada compañía; o peor aún, un sayyanim, esto es, un judío de la diáspora que está dispuesto a ayudar a Israel, aún por encima de la lealtad que le debe al país del cual tiene la nacionalidad (en este caso México). Desconocemos si Imaz tiene doble nacionalidad (mexicana e israelí), pero lo que este caso refleja es el riesgo que individuos que tienen compromisos de negocios o lealtades cruzadas, sean designados como altos representantes en las áreas de la inteligencia, la política exterior y/o las finanzas del gobierno mexicano.

Ya se sabe del caso del miembro de la inteligencia de la Marina estadounidense, Jonathan Pollard, que estuvo enviando información confidencial a Israel por años, y después de ser descubierto y pasar cerca de 30 años en la cárcel, se le permitió regresar a Israel, donde fue recibido como héroe (vaya con el principal aliado de Estados Unidos).

Se sabe que la Secretaría de la Defensa Nacional del actual gobierno de López Obrador sigue utilizando el software Pegasus, por lo que es factible que individuos del perfil de Imaz y Ansbacher se mantengan como “enlaces” con las empresas israelíes de inteligencia, que como bien se sabe, son extensiones del aparato de inteligencia y seguridad de los gobiernos israelíes; por lo que la muy pobre y deficiente “inteligencia” mexicana seguramente está completamente infiltrada por el Mossad y de paso por su agencia vasalla, la CIA.

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