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Zapata

sábado, 24 de octubre de 2020

 

MARIO DELGADO

Como lo adelantamos en este blog, los poderosos grupos económicos y políticos que apoyan al canciller Marcelo Ebrard para llegar a la presidencia de México en 2024 (junto con el de una parte relevante del establishment de Washington)[1], utilizaron todos los medios a su disposición (dinero y presencia en los medios de comunicación; así como la forzada encuesta mandada por el tribunal electoral) para que el peón de Ebrard, Mario Delgado, llegara a la presidencia de Morena, desde donde no sólo pondrá al partido a las órdenes del adelantado precandidato presidencial, sino también comenzará a frenar las propuestas más “izquierdistas” y/o “radicales” que pudieran provenir de las bases de Morena, y que no gustan a los oligarcas y a los grupos políticos priistas, panistas, perredistas y verdes, que están incrustados en Morena y que ahora se harán del control del partido.

Mario Delgado es un tecno-burócrata que ha estado toda su vida a la sombra de Ebrard[2], y que se ha dedicado a ser un leal servidor del actual canciller, quien le ha abierto el camino hasta las importantes posiciones políticas que ocupa ahora (sigue siendo el coordinador de los diputados federales de Morena y ahora será el presidente del partido).

Delgado está dispuesto a cambiar sus posiciones políticas cómo sople el viento, es una veleta. Así, cuando era senador por el PRD (2012-2018), no tuvo empacho alguno en votar a favor de las reformas estructurales promovidas por Peña Nieto.

Pero una vez que su jefe Ebrard lo instruyó a acercarse a Morena, en vista de que los “vientos políticos” estaban cambiando, su visión del país también se modificó. Y ahora, Delgado ha sido quien ha dirigido a las huestes morenistas para desbaratar las reformas estructurales de Peña.

Se ve así que sus convicciones y principios se amoldan a lo que dicten  los poderosos en turno. Por ello, si para el siguiente sexenio Ebrard logra la presidencia y decide llevar al país a una completa derechización, seguramente que Delgado estará al frente para deshacer el “legado” de López Obrador.

Total, de lo que se trata en la política mexicana es de llegar al poder, no importa cómo, no importa para qué. Y ejemplos de ello son Delgado y su jefe Ebrard.

La única piedra en el zapato que el burócrata Delgado tendrá en su camino para “moderar” al gobierno de la 4T (tal como lo quieren los grupos oligárquicos del país, aliados a Ebrard), y para acallar a las bases de Morena, será la inexperta secretaria general Citlali Hernández, que es una pieza del senador Martí Batres, un férreo opositor tanto de Ebrard, como del aliado de éste, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena.

Pero ya se las ingeniarán Ebrard y Monreal para anular a la joven Hernández, desde sus poderosas posiciones, pues controlan no sólo a las mayorías en las Cámaras de Diputados (ya se encargará Delgado de dejar en su lugar a algún incondicional); la de Senadores, con Monreal; el partido, con Delgado; la Secretaría de Relaciones Exteriores con Ebrard, quien además es de facto, el secretario de Gobernación (porque así lo ha querido López Obrador, dejando de florero a la secretaria Sánchez Cordero) y de Salud (dejando de florero al secretario Jorge Alcocer).

No sería difícil pensar que López Obrador, como lo hizo cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México, haya decidido desde ahora, que Ebrard sea su sucesor, y para ello le está permitiendo ocupar todas estas posiciones de poder, para cuando llegue el momento de decidir al candidato de Morena (siempre y cuando este partido pueda mantener su mayoría en la Cámara de Diputados y ganar varias gubernaturas el próximo año), los otros aspirantes (por ahora la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el aliado de coyuntura de Ebrard, Ricardo Monreal) se vean tan superados por la maquinaria ebrardista, que ya no puedan significar ninguna competencia real y por lo tanto, ningún conflicto en la decisión para nombrar al sucesor de López Obrador.

Lo que queda claro es que Morena va a quedar sólo como una maquinaria electoral, primero para intentar mantenerse como el partido mayoritario en las elecciones intermedias del 2021, y luego para asegurar la candidatura presidencial de Ebrard. Ya no será un vehículo de las masas para transformar la corrupta y viciada política de este país, y mucho menos para impulsar los cambios políticos, económicos y sociales de fondo que se requieren para resolver los grandes problemas que tienen al país hundido en la mediocridad.



[1] Ebrard ayudó en la fracasada campaña de Hillary Clinton por la presidencia en 2016, cuando estuvo en su autoexilio en Estados Unidos.

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Delgado_Carrillo

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