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Zapata

martes, 6 de agosto de 2019

MÉXICO, ESTADO “NO LIBRE” ASOCIADO DE ESTADOS UNIDOS


El aumento del racismo y la xenofobia en Estados Unidos en los últimos tres años ha ido de la mano de un discurso de odio desde la misma Casa Blanca, que ha culpado a los otros, a los diferentes, a los extranjeros, al mundo en general, de problemas agudos que tiene ese país, ocasionados por las políticas de sus propias élites dominantes. Pero siempre es más fácil buscar “chivos expiatorios” como los migrantes latinoamericanos, los musulmanes, los chinos, los rusos, los palestinos, etc.
Los pobrecitos blancos estadounidenses, son sólo unas víctimas de los malvados extranjeros, no blancos, no cristianos y no judíos (recordemos la sumisión de Trump a Netanyahu y al lobby pro-Israel) que les quieren destruir su país y su forma de vida (aquel argumento de Bush de “actúan así porque odian nuestras libertades”).
Y claro, la desinformada o mal informada población estadounidense, que cree lo que le dicen sus gobernantes y los medios de comunicación (que aprueban y defienden las políticas intervencionistas y explotadoras de su país alrededor del mundo), consume ese discurso de odio y exclusión; y en ocasiones, actúa en consecuencia, como en El Paso, Texas.
Pero aquí, nuestro vasallo gobierno decide que aunque fue un acto terrorista contra los mexicanos, hay que ser prudentes, no meternos en la política interna de Estados Unidos (cuando ellos están metidos hasta la cocina en la nuestra), no afectar la buena relación bilateral (cómo no va a ser buena, si nuestro gobierno hace todo lo que le ordena Washington). Y, por lo tanto, hay que suavizar la posición ante la tragedia y porqué no, también culpar a los demócratas, como lo hizo López Obrador en su conferencia de prensa en Valle de Bravo, recordando la fallida operación “Rápido y Furioso” que llevó a cabo el gobierno de Obama, al introducir miles de armas a nuestro país, para supuestamente rastrear las que fueran vendidas a los cárteles mexicanos del narcotráfico, y a las que finalmente les perdieron la pista (más de 2500).
Trump debe estar extasiado, nunca se hubiera imaginado que un gobierno de “izquierda” (ja ja) en México, fuera más sumiso, más vasallo, más débil, que los neoliberales que le antecedieron.
Con tal de tener una muy buena relación con Estados Unidos (es decir que Trump no se enoje con él), López Obrador está dispuesto a entregar todo (ya no quedaba mucho más que entregar, después de lo que hicieron los gobiernos neoliberales), como la política migratoria, la de seguridad (ya se había rendido desde la administración calderonista), la comercial (ya se había rendido desde el gobierno de Salinas) y también ahora, la defensa de los mexicanos en el exterior.
Eso de que va Ebrard a consolar a las víctimas a El Paso y a dar instrucciones a los consulados, no va a disminuir la discriminación hacia los mexicanos; ni tampoco el gobierno de Estados Unidos se va a molestar en compartir nada de la investigación del atentado, con su débil vecino del sur.
Todas esas balandronadas de Ebrard son sólo para tratar de tapar la humillante subordinación del gobierno mexicano hacia el de Estados Unidos, básicamente por el temor, el pavor que el jefe del Ejecutivo mexicano le tiene a los arrogantes vecinos del Norte. Patético.

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