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Zapata

lunes, 14 de abril de 2014

MIKTA: Relaciones peligrosas (14 de Abril 2014)

Esta semana se reúnen en México los cancilleres de un grupo conformado en septiembre del 2013, promovido por Washington -aunque sus integrantes no lo puedan aceptar abiertamente- con objeto de crear un contrapeso al conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

A este nuevo intento de Washington por limitar la creciente influencia del BRICS se le ha denominado MIKTA, pues está formado por México, Indonesia, Korea (se refiere a Corea del Sur) Turquía y Australia.

A México se le ha designado en Washington como el encargado de sumarse a todo grupo que pueda contrapesar a aquellos países que Estados Unidos considera como sus competidores o adversarios en distintas regiones del mundo.

En América Latina, México está integrado a la Alianza del Pacífico junto con Chile, Colombia y Perú, que claramente busca romper con el liderazgo brasileño en Sudamérica, y con los intentos sudamericanos por conformar asociaciones económicas y políticas sin la tutela de Washington (Unasur, Mercosur, Alba).

Los cinco países que integran MIKTA forman parte del G20, donde recientemente Estados Unidos recibió un duro golpe, pues los BRICS maniobraron para que no se condenara a Rusia, por el conflicto con Ucrania, en la última reunión de ese inútil grupo que reúne a las 20 economías más importantes del planeta y que hasta ahora no ha promovido una sola reforma relevante en materia de regulación financiera o para acelerar el crecimiento económico o disminuir las desigualdades crecientes que genera un sistema económico que promueve la concentración del ingreso en una minoría.

Ahora México va a profundizar sus relaciones con importantes aliados de Estados Unidos en distintas regiones del planeta: Corea del Sur, Indonesia y Australia en la región Asia-Pacifico, y Turquía en el Cercano Oriente.

Por ejemplo, en 2010 Estados Unidos estableció un acuerdo marco de cooperación en defensa con Indonesia, en el cual se reestablecieron relaciones con las fuerzas especiales de ese país conocidas como Kopassus, que han sido denunciadas internacionalmente por violar los derechos humanos en los conflictos de Timor Oriental, Papúa y Aceh.

Por lo que respecta a Australia, forma parte del grupo conocido como "Club de los cinco ojos", que está conformado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que tiene por objeto realizar acciones de recolección de información en todo el mundo, compartirla y comprometerse a no espiarse mutuamente.

Pues bien, resulta que a fines del 2013 Indonesia suspendió toda relación militar y de inteligencia con Australia, debido a que las revelaciones de Edward Snowden confirmaron que la inteligencia australiana estuvo espiando el teléfono del presidente indonesio Susilo Bambang, por lo que éste demandó una explicación y disculpas, que no fueron otorgadas por el gobierno australiano, por lo que el embajador indonesio en Canberra fue llamado a consultas (una actitud mucho más digna que la vergonzosa posición del gobierno mexicano ante Estados Unidos, que ni recibió explicaciones, ni disculpas, y se quedó tan tranquilo).

Por lo que respecta a Turquía, el periodista Seymour Hersh acaba de dar a conocer en The London Review of Books (Vol. 36 No. 8  17 April 2014) el ensayo "The Red Line and the Rat Line", en donde expone las revelaciones de fuentes de inteligencia de Estados Unidos mediante las cuales se supo que el ataque con gas sarin contra la población civil siria, en Agosto de 2013 fue realizado por los rebeldes, y no por el gobierno de Bashar el-Assad. Los rebeldes recibieron el gas y la asesoría para utilizarlo del gobierno turco, que se ha encargado de proveer armas y apoyo logístico a los grupos radicales islámicos que combaten al gobierno sirio.

No sólo eso, resulta que el ataque al consulado de Estados Unidos en Bengahzi, Libia, tuvo que ver con el contrabando de armas que se ha realizado desde Libia a los rebeldes sirios, pasando por Turquía, con el apoyo logístico de la CIA y el MI6 británico, a lo que se le conoce como la "rat line".

Por lo que respecta a Corea del Sur, su conflicto con Corea del Norte la tiene en continuo jaque ante un posible enfrentamiento militar, sin mencionar que sus relaciones militares y dependencia en esta materia respecto a Estados Unidos, la compromete en la política del "pivote" impulsada por Washington para cercar y "contener" a China.

Con estos países que están profundamente comprometidos con las políticas guerreristas, de inteligencia y de seguridad de Estados Unidos, México va a profundizar relaciones. 

Lo que refleja esta nueva aventura de la servil política exterior mexicana, es que está dispuesta a jugar el papel que le imponga Washington para apoyar sus políticas intervencionistas y hegemónicas en diversas regiones del mundo, sin obtener ningún beneficio real para los intereses de México, que cada vez más se confunden con las necesidades estratégicas y de seguridad de Estados Unidos.



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