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Zapata

viernes, 11 de abril de 2014

Cloaca (11 de Abril 2014)

México es una cloaca. Casos de corrupción por todos lados; involucramiento de funcionarios públicos con organizaciones criminales; tráfico de influencias para cambiar la Constitución a través de las leyes secundarias; sin mencionar la nueva ola de violencia que azota varias entidades del país: Tamaulipas, el Estado de México, Morelos, etc.

Sería muy largo mencionar aquí los más recientes casos de corrupción con todos sus detalles. El más sonado sin duda es el de la empresa Oceanografía, que con gobiernos priistas, pero especialmente en los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón (con el visto bueno de ambos), defraudó miles de millones de pesos en contratos irregulares obtenidos a través de Pemex, y 500 millones de dólares de créditos fraudulentos otorgados por Banamex, filial del Citibank (seguramente con el conocimiento y el visto bueno de funcionarios bancarios y de autoridades supuestamente encargadas de "vigilar" estas operaciones).

Ahora la revista Contralínea (No. 379 del 31 de Marzo del 2014), afirma que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) de la Secretaría de Gobernación "investiga las relaciones de Oceanografía y su principal accionista, Amado Yáñez, con el exsecretario de Energía Jordy Herrera; con los exdirectores generales de Pemex, Raúl Muñoz Leos, Luis Ramírez Corzo y Juan José Suárez Coppel, y con el actual diputado Juan Bueno Torio....la indagatoria...detalla además, los nombres de 14 funcionarios y seis exfuncionarios de la paraestatal contra quienes se procederá penalmente por beneficiar a la naviera con contratos por más de 8 mil millones de pesos...el documento (del CISEN)....también revela que el gobierno de Calderón declinó proceder contra los hijos de Martha Sahagún por el tráfico de influencias en el que incurrieron por este caso de corrupción".

Y claro, Pemex ha sido la "vaca" ordeñada por todos los gobiernos neoliberales que la han satanizado por décadas, acusándola de ineficiente, de obsoleta y de ¡foco de corrupción! Acusan a la víctima, de lo que ellos mismos han propiciado y de donde han sacado provecho por años. Ahora resulta que los gobiernos tecnócratas que no invirtieron por tres décadas en mejorar y modernizar a la paraestatal, que en vez de limpiarla de corruptos, ya fueran funcionarios y/o líderes sindicales, y de contratos fraudulentos otorgados a amigos y compadres de funcionarios, llegaron a hacer lo mismo que lo que criticaban públicamente. Es como si fueran el Dr Jekyll y Mr. Hyde. En la mañana se dedicaban a denostar a Pemex por todos sus vicios, sin intentar corregir ninguno de ellos, mientras en la noche se encargaban de aprovecharse de esos mismos vicios en su beneficio personal. Convirtieron a Pemex en una cloaca, para con ello acusarla de "corrupta e ineficiente", como si la empresa tuviera vida propia, sin relación alguna con quienes la han mal dirigido y explotado en beneficio personal, con el objeto de justificar su privatización, como si con ello se asegurara que no va a haber más saqueos y fraudes. Ahí están decenas de casos en los cuales los "privados" resultaron tan ladrones como los funcionarios públicos (los bancos y casas de bolsa privatizados son el mejor ejemplo; ahí está el caso de Mexicana de Aviación con Gastón Azcárraga, y bueno qué mejor ejemplo que el caso de Oceanografía).

Ahora nos dicen que las empresas trasnacionales serán mejores administradoras y que con ello se desterrará la corrupción. Pero resulta que estas empresas están metidas hasta el cuello en el tema de la corrupción en México.

Ahí está el caso de Wal Mart que dio sobornos hasta por 24 millones de dólares en diversos estados de la República, para obtener permisos de construcción y dictámenes favorables de impacto ambiental para sus tiendas, sin consecuencias para los funcionarios involucrados, a pesar del escándalo público que desató ésta información. Ahora se sabe que Hewlett Packard dio 1.4 millones de dólares a funcionarios de Pemex para conseguir contratos en el área de informática. 

Y en el caso de la Línea 12 del Metro, el gobierno federal se viene a dar cuenta hasta ahora que el del Distrito Federal no pudo demostrar qué hizo con 500 millones de pesos, de los dos mil millones que la Federación aportó para la construcción de esta línea (en el nefasto gobierno de Calderón), y ahora demanda que se los regresen. Además, sigue sin quedar claro la relación que hubo entre las autoridades encargadas de la construcción y el consorcio encargado de la obra (ICA-CARSO-ALSTOM), pues pudo haber tráfico de influencias para el otorgamiento del contrato.

Pero eso sí, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de visita en Washington en la reunión del FMI-BM, se desgarra las vestiduras porque México no crece como podría hacerlo, debido a la inseguridad y los monopolios, y afirma que con las reformas estructurales aprobadas recientemente, todo esto cambiará.

Ni por asomo se le ocurre al "presidenciable" que la economía no crece como debiera, ni crecerá, porque los gobiernos de este país y la oligarquía aliada a ellos, constituyen una cleptocracia (el gobierno de los ladrones), que están dedicados a saquear y esquilmar las riquezas del país, y lo último que les interesa es que "aumente la productividad" o que el país crezca. Lo que les interesa es proteger sus "cotos privados" de saqueo, ya sea en el sector privado o en el público, donde adquieren rentas estratosféricas a través de la corrupción, el tráfico de influencias, e incluso mediante su asociación con el crimen organizado, y claro también a través de mercados dominados por oligopolios que matan cualquier posibilidad de una sana competencia. Todo ello permitido y hasta alentado por las propias autoridades federales, que saben bien que no van a acabar con esto, pero que tienen que aparentar que hacen algo para combatirlo.

En el extranjero saben perfectamente cómo funciona el sistema político y económico de México. A través del soborno, las influencias, los grupos de poder y las transas. No hay Estado de Derecho (bueno, sí lo hay para los débiles, para los pobres, para los que no pueden comprar la "justicia"), y por lo mismo, la manera de "hacer negocios" es comprando autoridades, aliándose con grupos económicos poderosos que pueden allanarles obstáculos "legales" y políticos, y volteando hacia otro lado cuando el propio gobierno federal viola los derechos de los ciudadanos, con tal de proteger a este sistema depredador y criminal.


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