EL ESTADO DE ISRAEL LOGRA LO QUE PROVOCÓ DURANTE AÑOS, LA RESPUESTA DE HAMAS
Durante los últimos dos años
los gobiernos israelíes, el de Netanyahu, el de Bennet y nuevamente el de
Netanyahu, han permitido que los sionistas invasores ultra religiosos de
derecha, devasten los territorios palestinos en Cisjordania, destruyan las
propiedades de los palestinos, sus campos agrícolas y continuamente ingresen
con violencia a la mezquita de Al-Aqsa con objeto de expulsar a los fieles de
ese lugar. Y durante estos años las fuerzas armadas y de seguridad israelíes ingresan
a los campos de refugiados palestinos, supuestamente buscando “militantes” y “terroristas”,
ocasionando decenas de muertes de hombres, mujeres, adolescentes y niños.
Es la misma estrategia que el
criminal gobierno de Zelensky estuvo impulsando contra las provincias prorrusas
del Este en Ucrania, con objeto de provocar la reacción del gobierno de Putin,
lo que finalmente logró en febrero del año pasado, con el inicio de la “Operación
Militar Especial”.
El mismo tipo de provocación
ha estado realizando el gobierno ultraderechista de Netanyahu y sus aliados
Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, que forman parte del gobierno, y que han
azuzado y lanzado a las hordas sionistas en contra de los palestinos, día tras
día, los últimos dos años.
Finalmente lograron lo que se
habían propuesto, llevar al movimiento Hamas de Gaza a responder a esos ataques
constantes, pues la población palestina tanto en Cisjordania como en Gaza
demandaba de sus líderes acciones para proteger sus vidas, su seguridad y su
propiedad.
La Autoridad Nacional Palestina
es un apéndice del gobierno israelí, y lo que ha estado haciendo es intentar
desmantelar las redes de solidaridad que se han creado entre jóvenes palestinos
de diferentes campos de refugiados, que tratan de defender a sus familias y su
permanencia en los territorios que les pertenecen, y que los sionistas les
roban todos los días.
Por ello tuvo que ser Hamas el
que respondiera a los constantes ataques de los invasores sionistas y del
gobierno de Netanyahu, el cual se encontraba entre la espada y la pared debido
a que sus aliados ultra racistas han estado expresando abiertamente su
intención de expulsar, e incluso de eliminar a todos los palestinos, lo que poco
a poco fue generando críticas y rechazo en las siempre hipócritas y manipuladas
sociedades occidentales favorables a Israel. Incluso los vasallos gobiernos
europeos y funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, no podían
convalidar los llamados de Smotrich y Ben Gvir para realizar una “limpieza étnica”
contra los palestinos.
Pero el mayor problema para Netanyahu
es que la diáspora judía y una parte de la sociedad israelí se manifestaban
abiertamente en contra de dichas posturas racistas; y especialmente contra la
reforma judicial impulsada por Netanyahu, para concentrar más poder y debilitar al Judicial.
Por ello, para Netanyahu era
de vital importancia conseguir que los judíos de Israel y la diáspora se
unieran nuevamente en una sola causa, que pudiera permitir “olvidar” su
criticada reforma judicial y a sus impresentables aliados ultra racistas, y
nuevamente unir a sus vasallos de Occidente en favor de Israel.
Y que mejor oportunidad que
Hamas iniciara una ofensiva contra Israel, para así presentarse como “las
víctimas” – lo de siempre- por lo que tienen todo el derecho de defenderse, o
lo que es lo mismo, de borrar del mapa a Gaza y de iniciar una brutal represión
en Cisjordania.
Con esto el gobierno de
Netanyahu tendrá meses para realizar una brutal respuesta contra Hamas y contra
los palestinos en general; y al mismo tiempo volverá a
unificar a los judíos de Israel y el mundo bajo la falsa bandera de que “han
sido atacados injustificadamente por terroristas” y con ello dejar atrás, al
menos durante algún tiempo, la división entre judíos por la reforma judicial y
el abierto racismo de su gobierno, y poder lanzarse contra cualquier judío que
pretenda criticarlo, pues ahora lo único que vale es la unidad, para “salvar”
al Estado de Israel.
Y con ello también “salva” al
impresentable gobierno de Biden, que apoya incondicionalmente a Israel, pero
que ya no sabía qué hacer con las constantes expresiones racistas y
discriminatorias de Smotrich y BenGvir.
Así también, los países europeos
se suman obedientemente al coro que ataca a Hamas, pero eso sí, en ningún
momento se inconformaron o criticaron las constantes violaciones a los derechos
humanos de los sionistas contra los palestinos y contra los cristianos que viven
en Jerusalén, a los que también provocan constantemente (los escupen, causan
daños a las iglesias, los insultan, etc.).
¿Hamas podría haber evitado
atacar a Israel? Seguramente sí, a costa de seguir aceptando los asesinatos de
palestinos, la destrucción de sus propiedades, las incursiones a la mezquita de
Al-Aqsa, etc. Pero todo tiene un límite, y aún sabiendo que este ataque le
costará una destrucción casi completa de Gaza, Hamas estaba siendo presionado por
los jóvenes palestinos, que ya no podían aguantar más.
Desgraciadamente con este
ataque de Hamas, el gobierno de Netanyahu tendrá, más que nunca, “manga ancha”
para destruir Gaza y devastar Cisjordania, dejando una crisis humanitaria aún
peor en los territorios palestinos; con la complacencia de los hipócritas y
serviles gobiernos de Occidente.
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