Hace frío en la Alameda
Agustín Gutiérrez Canet
13.01.2022
https://www.milenio.com/opinion/agustin-gutierrez-canet/sin-ataduras/hace-frio-en-la-alameda
La
contradictoria posición de México sobre Nicaragua, que tensó la relación entre
el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario Marcelo Ebrard,
evidenció lo que ya ocurría desde el principio del gobierno: hay
descoordinación entre la Alameda y el Zócalo en la toma de decisiones
diplomáticas. La responsabilidad del descalabro la tiene el secretario de
Relaciones Exteriores por no pedir instrucciones a su jefe, el presidente de la
República. El artículo 89 constitucional establece que el primer mandatario
tiene la facultad y la obligación (subrayamos obligación) de definir la
política exterior, pero en la práctica a veces delega a su secretario de
Relaciones Exteriores varias responsabilidades inherentes al cargo
presidencial. Es ampliamente conocido cierto desinterés de nuestro mandatario
por lo que sucede más allá de las fronteras nacionales, pero no por ello
excusable. López Obrador da prioridad a sus proyectos internos. Recurrir al
apotegma de que la mejor política exterior es la interior, aunque parcialmente
cierta, es miope. Subestima la poderosa influencia externa en el presente y
futuro de México. Tampoco ayuda autolimitarse en una corta interpretación de
los principios de política exterior (no intervención, autodeterminación)
excluyendo adrede otro principio importante, el de la promoción y protección de
los derechos humano, fundamental para otorgar a México, en estricto apego a la
Constitución, la facultad legal y moral de condenar la violación a los derechos
electorales por parte del represor Daniel Ortega. No se puede ejercer el
principio de autodeterminación con los opositores en la cárcel. El presidente
necesita un buen asesor diplomático en Palacio Nacional. Quizá contribuiría a
que exista un mayor conocimiento de las relaciones exteriores y una mejor
coordinación con la SRE, bajo las directivas presidenciales. Mientras, en la
torre de la Alameda, despacha un político que utiliza su cargo para promoverse
como candidato a la Presidencia, y relega las funciones diplomáticas que
electoralmente no le sean redituables. La cuenta extraoficial Jóvenes con
Marcelo @todosconEBRARD, ostenta un tuit fijo desde junio de 2019 con la
leyenda: “TenemosCanciller @m_ebrard” y desde entonces exalta la figura del
aspirante a presidente. En la SRE de Ebrard hay sólo tres embajadores de
carrera en puestos directivos, mientras que abundan funcionarios inexpertos en
diplomacia, afines al canciller, pero ocupados en la “grilla”. Por ejemplo, el
director general para Europa es un arquitecto de profesión que entre las tareas
que le encomendó su jefe incluye mantener la relación política con el gobierno
de Morelos. En el peculiar mapa ebrardiano de la SRE, resulta que Cuernavaca se
encuentra en algún lugar… de Europa. El problema se agrava cuando tienes a un
canciller ambicioso que no se controla y a un presidente que le deja la rienda
suelta. En la Cumbre de la Celac en la Ciudad de México, López Obrador se
abstuvo de moderar el debate y como consecuencia el presidente parecía estar de
adorno, mientras que Ebrard era el principal protagonista entre los presidentes
latinoamericanos. Sin embargo, la mañana del lunes en la Alameda, Ebrard sintió
un frente frío proveniente del Palacio Nacional. El presidente lo descalificó
públicamente por no consultar el nivel de la representación de México en la
toma de posesión del dictador Ortega, mientras que el canciller inauguraba la
reunión de embajadores. Primero tragar sapos antes que renunciar.
Agustín
Gutiérrez Canet gutierrez.canet@milenio.com @AGutierrezCanet
https://www.milenio.com/opinion/agustin-gutierrez-canet/sin-ataduras/hace-frio-en-la-alameda
No hay comentarios:
Publicar un comentario