LÓPEZ OBRADOR VA CONTRA CALDERÓN
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha decidido
cambiar la narrativa que domina en los medios de comunicación nacionales y extranjeros,
que se ha centrado en la grave crisis sanitaria en el país por la pandemia del
coronavirus, pues en México su nivel de letalidad es superior al promedio
mundial que es de 6.82%, mientras que en nuestro país es de 9.83%. Así también, los hospitales dedicados a tratar
la enfermedad en la capital del país ya están saturados, y aún así el
presidente desea reabrir la economía y hasta el regreso a clases a partir del
18 de mayo y el 1º de junio, presionado por Estados Unidos que desea
reestablecer la cadenas de suministros a sus industrias; y por los grandes
empresarios del país, que están teniendo que asumir crecientes costos por el
cierre de sus negocios y la obligación que tienen de seguir pagando sueldos,
deuda, rentas, impuestos, etc.
Por ello, es que López Obrador ha vuelto a poner en la escena
el tema del fallido operativo “Rápido y Furioso” que el gobierno de Obama
implementó a fines del 2009, con objeto de rastrear más de 2000 armas de alto
poder que los cárteles del narcotráfico compraron en Estados Unidos y que se
les pretendía dar seguimiento en México, lo cual finalmente no ocurrió.
Para López Obrador este operativo implicó o una flagrante
violación a la soberanía nacional de parte de Estados Unidos, al tratar de dar
ese seguimiento a las armas sin el conocimiento del gobierno mexicano; o éste último,
conociendo el hecho, incurrió en responsabilidades penales al permitir que
dichas armas circularan y llegaran a manos de criminales; y además al permitir
el operativo por parte de autoridades estadounidenses, sin los debidos
controles y permisos.
A más de 10 años de que sucedió este fallido operativo, llama
la atención que ahora López Obrador se indigne tanto y quiera llamar a cuentas a
funcionarios mexicanos de esa época, cuando se sabe que desde el gobierno de Fox
(2000-2006), todo el aparato de seguridad mexicano ha estado completamente
subordinado al de Estados Unidos, que han tenido siempre la última palabra sobre
qué hacer o no hacer en materia de seguridad nacional y pública en nuestro
país.
Incluso hoy, el propio gobierno de López Obrador mantiene la
Iniciativa Mérida que se estableció durante el gobierno de Felipe Calderón, mediante
la cual las instituciones mexicanas de seguridad compran equipo y armamento a
Estados Unidos, reciben capacitación y asesoría y se mantiene una estrecha
colaboración entre ambos países en materia de seguridad.
Así también, llama la atención que en plena campaña
presidencial en Estados Unidos, cuando el ex presidente Obama está criticando
fuertemente el muy mal manejo de la crisis sanitaria por parte de Donald Trump,
y quien fuera el vicepresidente de Obama, Joe Biden es ahora el candidato
presidencial demócrata, surja uno de los hechos que más se le criticó a esa
administración, en su primer año de ejercicio, y que ha sido aprovechado en
numerosas ocasiones por los republicanos pata criticar a Obama.
Sabemos que López Obrador le debe un par de favores (menores
por cierto) a Trump, como la muy publicitada intervención en las negociaciones
para reducir la producción petrolera (que de todas formas Trump señaló que se
la iba a cobrar de alguna forma a México) y la venta de sólo 211 ventiladores
para enfermos de coronavirus (se habían solicitado 1000), por lo que este
renacimiento del caso “Rápido y Furioso”, con objeto de poner en la picota
nuevamente a Obama, con el envío de la nota diplomática de nuestro país,
pidiendo toda la información sobre este caso, bien podría ser parte del pago
que ha exigido Trump.
Y por supuesto, también le sirve a López Obrador, no sólo
para desviar la atención en alguna medida de la grave crisis sanitaria y económica
que vive el país, sino también para frenar las ambiciones políticas de
Calderón, que está por publicar un libro sobre las “decisiones difíciles que
tomó” en su presidencia y está en espera de que el Instituto Nacional Electoral
le informe si cumplió con los requisitos para que su nuevo partido político “México
Libre”, obtenga su registro para participar en las elecciones intermedias del
2021.
Es factible también que el por lo general, muy deficiente
servicio de inteligencia mexicano, haya descubierto que Calderón es uno de los
principales impulsores de las diversas campañas en redes y por diversos grupos
políticos y sociales, que llaman a la renuncia de López Obrador y/o a votar por
su salida en el referéndum que se realizará al efecto en marzo de 2022.
Todo ello no implica que Calderón no esté en una situación
por lo demás grave, ya que se sabe que próximamente se darán a conocer videos (tomados
por servicios de inteligencia mexicanos y/o estadounidenses), en los que el
entonces secretario de Seguridad Pública federal, ahora preso en Estados Unidos
por sus vínculos con el cártel de Sinaloa, Genaro García Luna, negociaba con representantes de narcotraficantes
pagos multimillonarios para él y para el propio Calderón.
Así, los ya muy sabidos, pero hasta ahora no fehacientemente
comprobados nexos del gobierno de Calderón con el narcotráfico, podrán salir a
la luz, y ojalá que con ello varios ex funcionarios de los que se ha especulado
al respecto, sean llamados ante la justicia, como por ejemplo el ex secretario
de Trabajo del gabinete de Calderón, Javier Lozano.
Muy mal se vería el gobierno de López Obrador si después de
todo este escándalo, para desviar la atención de la opinión pública nacional e
internacional hacia este tema, terminara echándose para atrás, sin investigar
realmente a fondo a Calderón y a sus principales allegados. Pues si lo que
busca es sólo mantenerlo quieto políticamente, sin llegar al fondo legal de los
nexos de Calderón y sus colaboradores en materia de narcotráfico y corrupción,
entonces el gobierno de López Obrador quedará igual que los viejos gobiernos
del autoritarismo priísta, que únicamente utilizaban la información de las
ilegalidades de quienes estorbaban al sistema, para mantenerlos controlados,
pero no para hacer realmente justicia, ni una limpia a fondo de un sistema político
que sigue estando podrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario