GRECIA: EJEMPLO DE RESISTENCIA
El sistema financiero mundial ha decidido dar un ejemplo con
Grecia, tratando de aplicar un programa de austeridad brutal[1]
que disminuiría aún más el poder adquisitivo del salario de los que trabajan, seguiría
hundiendo al resto de la población que no tiene trabajo (casi el 30% de la
población económicamente activa), golpearía salvajemente a los pensionados, que
por lo general son los que menos ingresos tienen; y en general, convertiría al
país en un campo de trabajos forzados para pagar la descomunal deuda que los
gobiernos anteriores asumieron en nombre del pueblo griego, y que fue a dar a
las cuentas de los corruptos políticos y oligarcas de ese país (buena parte de
esa operación corrió a cargo de esa criminal institución encargada de defraudar
a países enteros, Goldman Sachs).
Los encargados de cobrar esas deudas son los burócratas de la
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (la
“troika”), y quienes otorgaron esos préstamos originalmente son bancos alemanes
y franceses, principalmente.
De lo que se trata es de doblar al recientemente electo
gobierno de izquierda griego, encabezado por Alexis Tsipras de la coalición
Szyriza, para así dar una lección a cualquier otro país que haga el mínimo
intento de retar a las cúpulas financieras mundiales, demostrando que pueden
hundir a quien se rebele a los mandatos de los banqueros y financieros
internacionales, y de esa manera evitar un efecto demostración que pondría en
riesgo sus descomunales ganancias y su dominio de la economía mundial, que se
basa principalmente en obligar (o convencer, mediante las corruptas subclases
políticas nativas) a asumir deudas gigantescas a los países, que eventualmente
terminan por quebrarlos, y ello los lleva a asumir los onerosos planes de “rescate”,
que llevan a la privatización forzada y a precios de descuento de la mayor
parte de los activos públicos del país en cuestión; sin que por lo demás se
acabe de pagar la eterna deuda que se asumió en primer lugar.
Pero el actual gobierno griego está resistiendo lo más que
puede las presiones de los usureros internacionales, para lo que está tratando
de comprometer a la mayor parte del pueblo griego a que lo apoye, rechazando la
política económica que se aplicó en los últimos años en ese país y que ha
llevado al país a la bancarrota y a un aumento acelerado del desempleo y la
pobreza.
Tsipras no la tiene fácil, ya que si rechaza lo que ha
llamado correctamente como “chantaje” y ultimátums de los usureros
internacionales, implicaría que Grecia se quedaría sin fondos, se le cerrarían
todos los medios de obtener divisas y la falta de liquidez en la economía
provocaría el caos, que seguramente llevaría a la población (y muy
probablemente a las mismas fuerzas armadas), a demandar la caída del gobierno
de Tsipras.
Eso es justamente lo que quiere la llamada “troika”, poner al
gobierno griego entre la espada y la pared para obligarlo a aceptar sus
términos, o lanzarlo al caos económico y social.
Tsipras y su gobierno aún tienen algunas opciones como
establecer el control de capitales, limitar la cantidad de dinero que la
población puede retirar de los bancos (ambos ya los decretó este fin de
semana), con la evidente insatisfacción de la mayoría de la gente; y
principalmente, contra atacar decretando que toda la deuda asumida por los
anteriores gobiernos corruptos de Grecia será repudiada, lo que pondría a los
bancos afectados y a la “troika” ante la perspectiva de no cobrar nada. Así
también, Tsipras podría definir la salida del sistema euro (tal como lo está la
Gran Bretaña), y reasumir al dracma como la moneda nacional, lo que conllevaría
de entrada una devaluación de la moneda muy significativa (entre 30 y 60%), pero
le daría a Grecia la soberanía monetaria que ahora no tiene y la desligaría de
las decisiones de los burócratas de Bruselas en este ámbito. Claro que los
costos sociales y económicos pueden ser muy altos, y por ello Tsipras
requeriría del apoyo popular (alrededor del 75% de la población debería
apoyarlo), lo que implicaría quizás nuevas elecciones para definir si cuenta
con ese apoyo o no.
De lo que no cabe duda es que Grecia es un ejemplo de lo que
va a ser una lucha continua entre muchos países subdesarrollados o emergentes
con los usureros internacionales, ya que el sistema financiero internacional se
encuentra en una etapa de crisis, en vista de que la cantidad bestial de dinero
que se le ha inyectado al mismo (los Quantitative Easing de Estados Unidos
desde el 2008, más los que han aplicado Japón y el Banco Central Europeo),
sumada al “Everest” de instrumentos financieros que acumulan una deuda
estratosférica (principalmente los derivados); más las deuda trillonaria de
Estados Unidos, que sigue manteniendo artificialmente su sistema capitalista a
través de la invención de dinero, ya superó la capacidad de manipulación y de “colocación”
de toda esta megamontaña de papel sin valor, por lo que ahora los usureros
requieren “revalorizarla”, al menos en parte; y eso sólo se logra con activos
reales, tales como yacimientos de petróleo (probados y probables; ahí está la
reforma energética de México como parte de este diseño), minas, tierras de
labor, agua (por ello ahora los usureros internacionales buscan privatizar toda
la distribución de agua del planeta), sistemas de transporte público, escuelas
y hospitales de los sistemas gubernamentales, etc.
El dinero en papel o virtualmente (cuentas en las
computadoras), no vale nada, si no está respaldado por el trabajo del ser
humano o al menos, por activos tales como recursos naturales, que aún sin
explotar, se les pueda asignar un valor (como lo hacen las petroleras, al
contabilizar los yacimientos no explotados como parte de sus activos). Por ello
ahora la urgencia de los usureros es adquirir a través de cobros de deudas,
fraudes o guerras, la mayor cantidad de activos que puedan, para evitar que la
gran mayoría de la estratosférica cantidad de “capital” que tienen en sus
manos, se quede sin valor real, a menos que esté respaldado por la economía
real, esa a la que ellos desprecian y estrangulan cotidianamente con sus
especulaciones y manipulaciones en las bolsas y en las instituciones
financieras internacionales.
¿Saldrá avante el pueblo griego de ésta situación? Se ve muy
complicado, pero lo que no puede dejar de hacer es luchar por lograrlo, pues
ello servirá como ejemplo para muchos otros pueblos que tendrán que hacerlo
(quieran o no), en los próximos años, aún sea sólo para sobrevivir.
[1] http://www.lavanguardia.com/economia/20150628/54433081110/troika-publica-medidas-exigia-grecia-tsipras-rechazo.html