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Zapata

martes, 19 de marzo de 2024

 

LOS FACTORES REALES DE PODER REAFIRMAN SU PREFERENCIA POR SHEINBAUM

Como lo señalamos en este blog el pasado 27 de noviembre, los factores reales de poder decidieron apoyar a Claudia Sheinbaum, en vista de que sus intereses estarán mejor protegidos con el actual grupo gobernante encabezado por ahora por Andrés Manuel López Obrador, que intentar un regreso a los ahora partidos de oposición PRI y PAN (con el PRD como invitado incómodo en dicha alianza).

¿A qué factores reales de poder nos referimos?

En primer lugar los principales oligarcas del país han logrado utilidades estratosféricas durante el gobierno de López Obrador. A partir del 2020, las fortunas de los 14 ultrarricos mexicanos creció en 70%. Incluso empresarios que han tenido y tienen serias diferencias con el gobierno actual, como Germán Larrea, vieron su fortuna aumentar en 58% entre 2020 y 2023; y la del empresario más rico y consentido del actual gobierno, Carlos Slim, en un 125%.

Incluso Ricardo Salinas Pliego, el tercer hombre más rico del país, que tiene una dura disputa con el gobierno que lo acusa de deber 25 mil millones de pesos de impuestos, y a quien se le ha expropiado un campo de golf en el estado de Oaxaca, no ha sido objeto de las invectivas presidenciales, como normalmente lo son periodistas, comentaristas, académicos o intelectuales que critican las políticas del actual gobierno.

De la misma forma, los banqueros han logrado las utilidades más altas de la historia de la banca en México, con dos años consecutivos (2022 y 2023) llegando a 250,000 millones de pesos.

Al inicio de la actual administración, el senador por el partido en el gobierno (Morena), Ricardo Monreal propuso obligar a los banqueros a bajar las comisiones que cobran por diversos servicios a los usuarios, lo que evidentemente fue rechazado por los dueños de la banca.

El presidente López Obrador desautorizó a Monreal y señaló que durante su gobierno no se afectaría a la banca mexicana en ningún sentido; lo que ha cumplido, permitiendo a los banqueros cobrar comisiones altísimas a la población (son las más altas de América Latina), sin que se haya expandido de manera significativa el crédito para la población en general.

López Obrador llegó a la presidencia proclamando que cambiaría las políticas neoliberales de los gobiernos del PRI y PAN que concentraron el ingreso en el país durante 36 años (1982-2018).

Sin embargo, durante su gobierno la concentración del ingreso se ha mantenido inalterada, pues según la organización no gubernamental Oxfam, los 14 ultrarricos mexicanos acaparan el 8% de la riqueza nacional, equivalente a 180 mil millones de dólares; y el 0.2% de la población más rica posee 6 de cada 10 pesos en el país.

Así que, los oligarcas del país están alineados con la candidata oficial, porque asumen que seguirán acumulando riqueza, y en los hechos, más allá de la retórica, las políticas neoliberales que aplicaron los gobiernos del PRI y PAN seguirán en la próxima administración, como sucedió durante la de López Obrador.

Los principales medios de comunicación, encabezados por la mayor empresa de multimedios del país, Televisa, han dado una mayor cobertura a las actividades de la candidata oficial, que a la de su principal contrincante, Xóchitl Gálvez (PAN-PRI-PRD), tal como se puede ver en el monitoreo que el Instituto Nacional Electoral realiza sobre la cobertura de los medios de comunicación electrónicos a las campañas presidenciales:

Claudia Sheinbaum 41.29% del tiempo dedicado a su candidatura.

Xóchitl Gálvez    36.72% del tiempo de cobertura.

Jorge Alvarez         9.28% del tiempo de cobertura.

Y por supuesto, el gobierno federal con su enorme estructura y presupuesto, sumado a los 23 gobiernos estatales que son encabezados por Morena y sus aliados, están prestando todo tipo de apoyo y recursos (de manera ilegal) a la candidata oficial, para realizar mitines multitudinarios, que tienen una gran cobertura en los medios locales de cada entidad federativa.

Todo ello, más la contratación por parte de Morena y el gobierno federal de cientos de encuestas a diversas empresas, muchas de reciente creación, que realizan sus estudios demoscópicos a gusto del cliente, están dando unas cifras de escándalo en favor de la candidata oficial, del orden de 25 hasta 40 puntos porcentuales de ventaja sobre Xóchitl Gálvez (Jorge Alvarez Maynez del Movimiento Ciudadano sólo obtiene entre 6 y 8 puntos porcentuales de preferencia).

Está claro que López Obrador ha logrado conformar una coalición de intereses muy poderosa (incluyendo a las fuerzas armadas, a las que ha elevado el presupuesto en más de 100% durante su administración y las ha puesto al frente de proyectos de infraestructura estratégicos para el gobierno), que ha ido alineando en favor de su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum.

El otro objetivo declarado de López Obrador es conseguir la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, para así tener los votos suficientes para cambiar la Constitución, sin necesidad de dialogar o negociar con la oposición.

De lograr su objetivo, López Obrador habrá dejado a su sucesora un partido político hegemónico, casi único, prácticamente sin oposición, con lo que los sueños de una parte de la sociedad mexicana de lograr una democracia multipartidista, con efectiva división de poderes, con mecanismos de control del poder político a través de la transparencia y rendición de cuentas, habrán terminado; y se regresará a la época -que se pensaba ya se había superado- de una presidencia omnipotente, un partido de Estado, con una sociedad civil casi inexistente y a merced de los grupos de poder.

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