LA CIA, EL MI6 Y EL MOSSAD LOS MÁS PROBABLES ORGANIZADORES DE LA MASACRE EN MOSCÚ
Un grupo armado de alrededor
de 11 personas irrumpió en el Crocus City Hall del pueblo de Krasnogorsk, en
las afueras de Moscú, antes del inicio del concierto del grupo de rock Picnic,
la noche del viernes 22 de marzo, abriendo fuego indiscriminadamente.
Hasta el momento van
contabilizados 133 muertos (incluidos niños) y 121 heridos.
Según los servicios de
seguridad rusos los once involucrados ya han sido aprehendidos; algunos de
ellos estaban a punto de huir hacia Ucrania.
El Estado Islámico (ISIS) se ha
adjudicado el atentado, supuestamente como “venganza” por lo que Rusia ha hecho
en Chechenia y en el Medio Oriente.
Para el gobierno ruso los más
probables autores intelectuales de este atentado son los servicios de
inteligencia de Ucrania, que como todos saben, están manejados por la CIA, el
MI6 y el Mossad.
No tiene absolutamente ninguna
lógica el que el Estado Islámico ataque a Rusia.
Hay que recordar que dicha organización
terrorista sólo estuvo interesada en atacar al régimen de Bashar el Assad en
Siria y a los gobiernos de Irak, después de la invasión estadounidense de 2003.
Jamás atacó a las fuerzas
occidentales como su primer objetivo (sólo de manera defensiva) y nunca a
Israel. De hecho, cuando en alguna ocasión, al estar atacando en el Oeste de
Siria a las fuerzas del gobierno de Assad, algunas bombas cayeron en los Altos
del Golán -que como sabemos están ocupadas ilegalmente por Israel desde 1967- inmediatamente la dirigencia de ISIS se disculpó con el gobierno de Tel Aviv.
¿Cuándo se ha visto que una organización
terrorista islámica se disculpe por atacar al que es considerado el principal
enemigo de los fundamentalistas musulmanes, es decir Israel?
Desde el 7 de marzo la
embajada de Estados Unidos en Moscú advirtió a sus ciudadanos que no asistieran
a eventos masivos, porque había información creíble de posibles atentados
terroristas.
Igual que cuando antes del 11
de septiembre del 2001 hasta 4000 judíos de Nueva York recibieron mensajes en
los que se les advertía no acercarse a las Torres Gemelas de Nueva York, pues
había la certeza de que habría ataques contra ellas.
Así, Washington, Londres y Tel
Aviv le están cobrando a Putin no sólo su reciente apabullante triunfo en las
elecciones presidenciales en Rusia; sino también su apoyo a la causa palestina ante
el genocidio que comete Israel; y por supuesto, la derrota que los rusos le
siguen infringiendo a Ucrania en la guerra que sostienen ambos países.
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